El cielo no puede ser mas azul que ahora, ni la sangre mas espesa y roja, asi como un cadaver no puede oler a rosas.
Mori cuando apenas comenzaba a vivir mi vida, aunque no puedo decir que tenia una gran vida, pero al final del dia me pertenecia, era mia.
Las circunstancias del mundo en aquel entonces, no eran las mas favorables para nadie, las naciones estaban en constante disputas y un solo error basto para desatar la gerra.
Supongo que de alguna maner deberíamos de estar agradecidos por seguir vivos, pero el ser humano siempre se lamenta por lo que no tiene, maldice por lo que le quitaron y pocas veces agradece por lo que le ha sido dado.
El mundo parece mas grande ahora que en ese entonces, ¿Y como no? si quedan muy pocos sobrevivientes.....
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...... Capítulo 1......
-Lo sé, así como también sabes que no lo aceptarán, ella nos es de utilidad, sobre todo ahora que finalmente la guerra estalló- responde el hombre con ironía.
-¡Oh! Thomas, no conoces aún el poder de una madre- dice burlona la mujer.
-No conozco el de una madre, pero si el tuyo. Sé que no saldría nada bueno de ti; sin embargo, te recuerdo que tu hijo, fue quien aceptó el riesgo, se convirtió en un voluntario y no voy a permitir que arruines su legado.
El hombre está bastante decidido a ganar la batalla y al parecer esta funcionando, ya que pronto escuché el repiqueteo de los tacones de esa mujer alejarse, sin decir nada más.
-¡Todo listo doctor!- escucho hablar al hombre de antes y por un instante me asusté, pues había olvidado donde estaba.
Estaba tan ocupada escuchando conversaciones ajenas que había olvidado todo lo demás. Me preguntó que sera lo que está listo, pero no puedo moverme y las sensaciones en mi piel no son muy exactas.
-¿Qué tenemos?- pregunta el hombre llamado Thomas y que al parecer es médico.
-Signos vitales nulos, actividad cerebral inexistente- dice una voz de mujer que no supe en qué momento llegó.
-Bien- responde Thomas.
-Es extraño señor, por la rigidez de su cuerpo se puede decir que lleva al menos cinco o seis horas muerta.- alega la mujer, pero no hay respuesta.
-Los infectados tardan de una a tres horas en el mejor de los casos, antes de preséntar los primeros cambios. Y está mujer, está tan tranquila que parece que no va a despertar nunca.- prosigue la mujer.
-Tu misma lo acabas de decir Rebeca- la voz de Thomas se vuelve diferente y un chasquido se escucha, seguido de un olor a cigarro.-Los infectados- vuelve a hacer una pausa.
-Ella nació con esa condición al igual que sus hermanos- dice como en un suspiro.-Vigilen sus signos, si hay cualquier cambió, quiero saberlo de inmediato.
-Si Doctor.- Se escucha decir al hombre y la mujer al mismo tiempo.
Se escuchan los pasos de alguien alejándose y luego una puerta, todo se queda en silencio.
Solo se escucha el sonido de un monitor que evidentemente está conectado a una persona sin vida. El sonido es desquiciante, pero ya que no puedo hacer más que escucharlo.
Procuró pensar en la conversación que acabo de escuchar, todo es un enredó constante. Son una montaña de emociones sin mucho sentido.
Entre todo lo que escuché, hablaban sobre una mujer que nació con cierta condición, **¿Me preguntó a qué condición se referían?** **¿Y esa mujer será peligrosa?**
Me remuevo inquieta mentalmente y escucho un sonido que me sobresalta, es como cuando una roca cae y se parte. Exactamente así es el sonido, solo que hizo eco con un sonido que casi deja sorda a una persona.
>>Crack<<
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Alguien habla, aunque su voz parece un suave murmullo. Respiró, el olor es algo rancio, como si el aire estuviera contenido.
Sigo respirando hasta acostumbrarme al olor y el sabor que produce el aroma en mi garganta. Alguien sigue hablando, pero su voz es apenas un hilo.
Siento como si estuviera despertando de un sueño profundo y no recuerdo en que momento me quedé dormida.
Trato de hacer memoria, para ver qué es lo último que recuerdo, pero incluso mis propios recuerdos son débiles.
Escucho el débil sonido del monitor que indica mi frecuencia cardíaca, lo que me hace recordar que yo estaba muriendo no hace mucho.
Me agitó un poco, pero se siente algo extrañó.
**Agua** pienso y me vuelvo a mover sin lograr ir hacia ningún lado. Hay agua a mi alrededor, mis parpados pesan mucho, mis pies y muñecas duelen.
Algo los jala hacia abajo, pero no se que es. Escucho golpes secos no muy lejos de mí, intento girar, pero mi cuerpo pesa mucho.
-Lo siento - escucho decir y se que ya antes escuché esa voz.
-No equivocamos Doyumi, lo siento.- esa voz evoca recuerdos, pero es una voz sin rostro.
-Rojo...-dice la voz. -La clave es Rojo, no lo olvides Doyumi.
Se hace un silencio, seguido de fuertes golpes a lo lejos, no se quienes son las personas que están a mí alrededor, solo habla el hombre, parece afligido.
La tal Doyumi no responde.
Los golpes son cada vez más fuertes y son muchos, parece que provienen de afuera de esta habitación.
-Doyumi, cuando puedas salir, busca respuestas en...- un gruñido que me hace estremecer se escucha.
El hombre vuelve hablar y dice algo que no capto del todo, solo dos palabras. **Silencio** **Zona**
Luego el hombre no se escucha más, solo un grito horrible y luego algo parecido a una detonación.
Yo tiemblo, espero que no me encuentren, lucho por abrir mis ojos, por levantarme, por correr pero, nada.
>>Crack<<
**Ese sonido otra vez** pienso...
...****************...
Siento una respiración cerca de mi rostro, es cálido pero se que no es humano.
Está vivo eso también lo sé, pues huele a hierva fresca. Arrugó la nariz y me vuelvo un poco, pero el visitante no se amedrenta.
Carraspeó fuerte para ver si se aleja, pero sigue muy cerca. Abro un ojo y trató de enfocar sin mucho éxito, así que abro el otro, dejando que la luz del nuevo día los hiera suavemente.
Los cierro por instinto y vuelvo abrirlos, suspiró fuerte, levantándome hasta quedar medio sentada.
El invitado me mirá expectante, luego vuelve su atención a mi mochila, dónde guardo hojas de limón para cuando quiero té.
Sonrió mientras lo veo comer mis hojas de te.-¡Oye, ese no es tú almuerzo, son para que yo tomé té caliente en días como esté!.
-¡Shu!.-digo agitando mi mano, pero el sigue tranquilo.
-¿Acaso sabes que soy?¿No deberías salir corriendo con el más mínimo movimiento mío?.- el animal sigue calmado.
-¿Así que no te importa mi presencia eh?.- el me mirá por un segundo y vuelve a lo suyo, demostrando que no lo intimido.
-Ja.-bufo a modo de molesta indignación. -Pero mira que eres atrevido.- farfullo y el venado frente a mí, levanta un poco su cabeza, me mira sin girarse a mí.
Luego, vuelve la cabeza al lado contrario, sigue mascando, vuelve a verme y sigue con lo suyo.
-¡Te comeré!.- gritó amenazante. Él solo me mira por el rabillo de su ojo y se gira para emprender una muy lenta huida.
Sonrió por su osada actitud y suspiro, sé que se terminó mis hojas de limón. De lo contrario no sé habría marchado con tal tranquilidad.
Miró a mi alrededor, todo está suave, blanco y frío. La tormenta paró en algún punto de la noche, no sin antes dejarme sepultada bajo ella.
Me levanto con algo de pereza, me estiró a todo lo largo y ancho, un bostezo sale de mí. Cojo la botella dónde transportó agua, doy un par de tragos.
Ya está casi vacía así que debo buscar dónde llenarla nuevamente.-¡Agh!.
Gritó con fingido asco, pues sabía que eso pasaría.-¡Oye tú, la próxima vez no dejes tus babas!.
Sé que el animal no entiende lo que digo, y seguramente si lo hiciera, no le importaría. Lo único importante es que ha comido algo después de días.
Pues con toda esta nieve, no es fácil encontrar comida en estos días. Recojo mis pocas pertenencias y renuevo mi marcha.