La princesa imperial Calypso Aziel Zandell Leroy toma el trono después de la muerte de su padre, aún ella siendo la segunda en la línea de sucesión dado que su hermana la primera princesa imperial Cataleya no quiso regresar al imperio después del accidente...
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Capítulo 3 La historia De Los Abuelos
Mi abuelo se llamaba Eleazar II Leroy Constans y era Rey de Lirio. Se casó a los 14 años con Marie Liberia Hugs Stuart de 13 años. Se amaron en todo su matrimonio y aunque mi abuelo ya no esté, mi abuela sigue siendo fiel a él.
Cada día hace su rutina como cuando pasaba tiempo junto a mi abuelo, y todos los días a la misma hora visita un pequeño lugar donde pusieron los objetos preciados de mi abuelo para honrar su memoria. Ellos estaban comprometidos desde antes de nacer; mi abuela Marie era hija única de los Duques Hugs.
Cuando se casó con mi abuelo, él le juró ser su familia en el palacio para que extrañara menos a mis bisabuelos. Ellos le dejaron el título para que se lo pasara a alguno de sus hijos. Al pasar los años, ellos fallecieron y mi abuela dejó a personas encargadas para que cuidaran del ducado.
Cuando tuvo a sus hijos, se designó que mi tío sería el Rey de Lirio y mi madre la Duquesa de Hugs. Pero no contó con que mi madre se enamoraría del príncipe heredero del Imperio. Así que ella también designó que uno de los nietos, sea hombre o mujer, heredará el título si así lo quieren.
Por lo que sé, mis primos no quieren el título; Sebastián quiere convertirse en general bajo el mando de su hermano Román, el próximo Rey, y Sandra sueña con convertirse en esposa de alguien poderoso. Así que mi abuela está convencida de que alguno de los hijos de mi madre podría tomar el título.
Así que aquí estamos. Mi abuela quiere ganarse el afecto de Cataleya para que ella asuma el puesto de duquesa. Aunque aún no decidimos quién subirá al trono, yo tengo claro que no quiero quedarme en un solo lugar, y ser Emperatriz me lo impedirá. Cataleya, por otra parte, siempre ha dicho que será una grandiosa Emperatriz.
Nosotras ya decidimos, aunque nuestros padres aún no lo saben. No es que mi abuela sea mala al querer que Cataleya se quede; entiendo que no quiere que el legado de sus padres se pierda por completo y está intentando convencer a Cataleya que se quede porque de las dos ella es la más amable y comprensible.
Salgo de mis pensamientos cuando mi tío me habla.
"Calypso, tu abuelo siempre quiso conocer a ambas, pero siempre se identificó contigo y esa es la razón por la cual eras su preferida, aunque tuvo más nietos y a todos los amo intensamente, a ninguno de mis hijos se le permitió entrar en este lugar y así ha sido desde que él no está aquí", dijo mi tío con nostalgia.
Después de esa breve conversación, aunque ya era algo tarde, me dejó aquí para poder recorrer el lugar. Me pidió no tardar en regresar a mi habitación.
Mientras recorría el sitio, podía observar cada detalle: hermosos patrones y colores, libros de cualquier tipo. Tomé uno y me puse a leerlo; se trataba de magia antigua, contenía hechizos complejos y otros no tanto. Me sentía tranquila en este sitio, pero sabía que debía regresar, así que tomé el libro y salí de ahí.
A la mañana siguiente, estaba alistándome para bajar a desayunar cuando Cataleya entró sonriendo, mostrándome al pequeño cachorro en sus brazos.
—¡Mira hermana, este pequeño de aquí me lo regaló la abuela! Cuando nos vayamos, podré llevarlo y mostrárselo a Arslan, estará contento —dijo sonriendo.
—Es bonito, hermana, pero debemos bajar a desayunar y no puedes llevarlo. Dáselo a la doncella para que lo cuide mientras regresas —le dije.
—Sí, hermana —dijo Cataleya sin objetar.
Ambas bajamos y nos dirigimos al comedor. Al llegar, ya todos estaban ahí. Hoy pudimos sentarnos juntas, así que no me sentiría incómoda con la presencia y mirada de Sandra. El desayuno transcurrió con normalidad. Mi madre hablaba con la abuela y tía sobre la fiesta de bienvenida, y ya estaba todo listo. Sería una fiesta con los nobles del reino, pero aun así es algo tedioso estar rodeadas de personas que buscan beneficios.
Se llegó el momento de la bienvenida y el salón estaba repleto de gente. Mi tío nos presentó a todos los nobles y ellos presentaron a sus hijas e hijos, queriendo que convivieran con nosotras para poder tener una alianza de amistad con nuestro imperio.
Cataleya rápidamente se adaptó a los jóvenes de las casas nobles, pero por mi parte me parecía algo aburrido. Así que me escabullí al balcón.
Al entrar, me topé con una escena algo vergonzosa: mi primo Román se encontraba en condiciones íntimas con una dama noble. En cuanto me vieron, se asustaron y quise disculparme.
—Siento interrumpir, no fue mi intención, con permiso —dije tratando de salir del balcón.
Pero por más que intentaba abrir, no podía. Suspiré y me giré hacia Román.
—Emm Román, la puerta no abre —dije nerviosamente.
—¡Seguramente viniste a arruinar nuestro momento y buscas llamar la atención de su majestad Román, siendo tan pequeña ya eres una zorra llamándolo por su nombre! —dijo aquella chica furiosamente.
Vi como mi primo frunció el ceño cuando esa chica dijo aquello. Estaba por hablar cuando de pronto él la abofeteó fuertemente.
—Será mejor que cierres esa boca tuya, la única zorra aquí eres tú —dijo Román fríamente.
—Román, ¿por qué dices eso? Si la estábamos pasando muy bien hasta que llegó esta zorra —dijo la chica llorando.
—¡Basta! Vamos, córtenle la lengua y échenla fuera por insultar a mi prima, la princesa Calypso —dijo Román mientras tomaba mi mano y se arreglaba la ropa con la otra mano.
Me volví hacia atrás y vi unos hombres cubiertos de negro llevándose a aquella chica mientras lloraba por liberarse.
—Tranquila, es solo una noble tonta que por pasar por mi cama y hacerme creer que le quite su virtud piensa que la haré mi esposa —dijo Román—. No necesitas ponerle atención y lamento el mal momento que pasaste por culpa de ella.
—Las puertas de los balcones tienen un seguro que hace que se atoren —continuó Román—. Ya todos aquí saben que eso sucede, así que como eres nueva por aquí no te lo explicaron —dijo sonriendo.
Entramos y todos se encontraban socializando. A lo lejos vi a Cataleya con Sandra sonriendo con un grupo de jóvenes.
No sabía a dónde ir para estar tranquila hasta que Román llamó mi atención.
—¿Me concedes esta pieza, mi lady? —preguntó Román, ofreciendo su mano.
Asentí y pasamos a la pista de baile. Todas las miradas se posaron en nosotros y pude observar cómo Sandra me miraba furiosamente. Suspiré y le dije a Román:
—Yo no sé por qué Sandra me odia —dije suspirando.
—Bueno, no es que te odie, simplemente está celosa —respondió Román.
—Pero si yo no le hice nada, no tengo mucho tiempo aquí como para que le haya hecho algo —dije.
—Es porque el abuelo te plantó un jardín y te hizo una biblioteca —explicó Román—. Ella siempre quiso ese lugar, pero el abuelo siempre la reprendió y le prohibió acercarse a ese lugar. Después de que desapareció en el mar, ella intentó muchas veces entrar, pero la abuela también se lo negó. Ella es muy caprichosa, mis padres siempre la consienten, pero más mi madre. Lamento que te trate así, hablaré con ella, no te preocupes.
—Supongo que también es porque cree que voy a ocupar su lugar en tu corazón —dije—. Ella te adora y como me prestas atención, eso la hace sentir celos de hermana.
—Creo que también, jaja —dijo Román—. Te digo que es muy caprichosa, pero me aseguraré de hablar con ella para que se comporte.
Al terminar de hablar, terminó la pieza de baile y todos aplaudían diciendo lo mucho que nos sincronizábamos. Vi venir a Sandra y decidí dejar que hablaran solos, mientras me dirigí a la mesa de postres.
Había diferentes tipos y sabores de postres, pero yo solo buscaba uno en específico. Al no encontrarlo, me decepcioné y estaba por retirarme hasta que una voz conocida habló.
—Mi pequeña esmeralda, ¿buscaba esto, no es así? —preguntó mi padre sonriendo con un plato lleno de postres de piña.
—Sí —dije tímidamente.
—Sabía que vendrías a buscar postres, así que me adelanté a tomar algunos para que no te quedaras sin probarlos —dijo mi padre tiernamente.
—Gracias, papá —sonreí.
Y así, ambos nos dirigimos a una mesa a degustar los postres de piña. Papá también es fanático de esta fruta; en la familia, solo nosotros dos comemos ese tipo de postres.
25/10/24
Un hotel muy lindo 😍