Bernada, estaba con el alma rota y un gran dolor en el alma, un angel le envío un gran regalo y ella resurgió de entre sus cenizas para tomar revancha, pero..., sin poder evitarlo, el amor la encuentra y ella solo podía decir. "Cariño, déjame ayudarte"
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Cap. 3 Mi papi, no tiene novias
Dejó a una antes ansiosa Belle, pero ahora cómoda y tranquila Belle en la cama, le puso un video de películas cómicas para que su estado de ánimo no se decaiga.
Cuando salía del lugar, un pequeño terremoto chocó con ella, la pequeña Samira la miró y sin que nadie lo espere dijo…
—¿Eres novia de mi papi?, ¿vienes a vivir con nosotros? —dijo sonriente mientras que Bernarda estaba muda.
El pobre Alexander se apresuró en tapar la boca de esa niña, pero antes de lograrlo, ella decidió terminar con el honor de papá.
—Mi papi, no tiene novias, nunca ha tenido novia, creo que es virgen…, debería ser un gran partido, ¿verdad? —dijo riendo cuando la mano de Alexander logró su objetivo, eso era realmente vergonzoso.
Bernarda, casi da una carcajada al escuchar semejante oferta, ella realmente estaba divertida con la energía de la preciosa Samira.
—Hola, no soy novia de tu papá, pero, gracias por la oferta, es realmente irresistible —dijo sonriendo, hasta que se dio cuenta de lo que ella misma había dicho.
Capaz y la madre de las niñas andaban por ahí, mientras ella hacía especulaciones de oferta de matrimonio.
Alexander carraspeó y aclaró para que ella no se asustara.
—Señorita, lo siento, ella es un poco habladora, su madre falleció cuando Samira tenía 3 años, y Belle 6, fue muy duro para Belle, soy el hermano menor de su madre, tengo su custodia, son mis hijas legalmente y también en mi corazón, así que no se enoje si se ponen intensas con eso de la posible futura mamá —dijo Alexander poniendo una olla en la hornilla de la cocina, era una sopa que había preparado para la cena de las niñas, sabía que llovería y estaría frío, y no quería que cenen cosas grasosa, sus barriguitas se enfriaban con facilidad.
Ella lo miraba con atención, era realmente un excelente tío, un gran padre, un hombre con valores y compromiso, ¿Cómo puede haber hombres así en el mundo y una se enamora de los ogros?, se preguntaba en silencio.
Alexander se dio la vuelta y fue a una habitación, sacó ropa seca para la mujer, se la dio y le mostró el baño.
Ella solo asintió, fue cuando se dio cuenta de que esa ropa debió ser de su hermana, de la mamá de las niñas, se sintió muy halagada de ser tratada con tanto cariño.
Después de estar seca, sacó su celular y llamó al Dr. Román, el abogado que lleva la herencia de su tío, haciendo la entrega de acuerdo a lo que estaba establecido.
Ella le pidió que la recogiera y le envió la dirección, sin saber, que, al otro lado, el hombre de mediana edad tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Bernarda cenó mientras conversaba con Alex y Sami, quienes tenían una interacción muy tranquila. Cuando el Dr. Román ya había llegado, Bernarda, nunca se imaginó lo que vendría con esa situación.
—Berni, me alegra que me llames, veo que conoces a Alexander Ferrer, tu tío lo quería mucho, siempre estaba hablando de él, pero este testarudo nunca quiso aceptar estar más cerca, pero, bueno, ahora que se conocen, quiero hablar con ustedes dos, ya saben, charla de adultos —dijo mirando a una cabecita que se asomaba por la puerta —Alex, entendió y llevó a Samira a la cama, reviso a Belle quien ya se había dormido y volvió a la sala de estar.
Bernarda estaba muy confundida, pero está segura de que se va a llevar una sorpresa, parecía que su tío tenía un sentido del humor muy negro.
Todos se sentaron, así que el Dr. Román comenzó a hablar, y debía aclarar esto.
—Bien, debo informarles que, ahora que se han conocido y se ve que no se llevan mal, bueno, Alexander, como sabrás, esta casa y el Taller están a nombre de Leyton Marin, el tío de Bernarda, en el testamento, indica que te transferirá la casa con una condición, y es que te cases con su sobrina Bernarda Monterrosa, y Bernarda, eso que tanto anhelas, eso que tanto quieres, se cumplirá a totalidad cuando te cases con Alex, es un hombre trabajador, claro que ambos deberán vivir en esta casa mínimo un año y se podrán divorciar en tres años, pero no creo que tengan inconvenientes —dijo el Abogado mientras que Bernarda y Alexander se miran sin entender, o más bien parecía que habían entendido demasiado bien.
Alexander frunció el ceño molesto, esto no se lo esperaba hasta que escuchó al hombre hablar de inmediato.
—Alex, sé que te preocupan las niñas, pero ellas necesitan una madre, sé que puedes solo con esto, pero también sería bueno tener un apoyo, esa madrastra tuya está queriendo meterse aquí como sea y sacar a las niñas.
—Ella cree que esta casa fue comprada por tu inútil padre y quiere esta casa para su estúpida hija —dijo Román dejando a Alex mudo.
Ese mismo día había tenido ese tema con la menstruación de Belle y se sintió perdido por un momento, aunque había leído sobre ese tema. Aun así se sintió fuera de lugar. Su Samira pronto va a estar en esas, y ahora se venía cuidándola más que antes. Su Belle era cada vez más llamativa, veía cómo otros niños la miraban, pero lo peor era que también la había visto como hombres mayores que ella, por mucho, la terminaban mirando.
Bernarda, por otro lado, estaba procesando. Era factible una boda, esas niñas son un amor. Ella necesitaba esas acciones del consorcio Davis, quería venganza, quería verlo llorar de dolor al perderlo todo.
—¿Bernarda? —dijo el Dr. Román, mirándola seriamente.
—¿Eh?, bu…, bueno, yo…, quiero pensarlo, Alexander también creo que tiene que sopesar, pero puedo decir que si esto se concreta, me comprometo que voy a ayudar a las niñas en lo que pueda, no quiero ser un reemplazo de su madre, pero sí una buena protectora y amiga —dijo suavemente, en ese momento, ella no se veía tan fría como solía ser en su vida habitual, y es que esa casa la embargaba de sentimientos desconocidos que se habían despertado en ese momento.
... sin embargo, todo hay que decirlo: tu trabajo es muy bueno, está historia es bella y atrapante. Ánimo, continúa. tienes mucho, pero mucho Talento... saludos