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CADA DÍA

CADA DÍA

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Contratadas / Aventura de una noche / Traiciones y engaños / Matrimonio arreglado / La mimada del jefe / Amor en la madurez
Popularitas:8.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Scarlet Ortiz

Descubre una historia donde el amor y el peligro se entrelazan en cada página. Katherine, una joven a punto de graduarse en Marketing, nunca imaginó que una noche de pasión marcaría el inicio de un romance tan intenso como peligroso. Areu, un hombre enigmático, millonario, con una seguridad que desarma, esconde un secreto capaz de destruirlos a ambos.

A medida que Katherine se sumerge en su mundo, las dudas crecen: ¿puede confiar en un hombre que nunca muestra del todo quién es? ¿Qué hay detrás de su mirada intensa y sus caricias perfectas?

Una historia cargada de romance, suspenso y giros inesperados, donde cada decisión puede costar más que el corazón. Entre besos robados y verdades ocultas, Katherine descubrirá que amar a Areu no solo es un riesgo… es un desafío contra su propia vida.

¿Estás listo para adentrarte en un mundo donde el amor puede ser el mayor peligro?

NovelToon tiene autorización de Scarlet Ortiz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

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...[Del amor al odio]...

El olor a pólvora aún flotaba en el aire, mezclado con el tenue rastro de sangre y polvo. Mis oídos zumbaban por los disparos recientes, pero el sonido que más retumbaba en mi mente era el silencio de Katherine.

Estaba allí, a solo unos pasos de mí, pero parecía más lejana que nunca. Su mirada ya no me buscaba con la misma luz. Ahora estaba llena de algo que nunca quise ver reflejado en sus ojos: miedo.

Yo lo provoqué.

Me arrodillé frente a ella, ignorando el ardor en mi costado, el dolor punzante de un rasguño superficial por una bala perdida. No importaba. Nada importaba más que ella.

—Katherine… —mi voz salió más baja de lo que pretendía, áspera, rota.

Ella se estremeció. No por el frío, sino por mí.

Dio un maldito paso atrás.

No sé qué fue peor: verla golpeada y atada o ver cómo su cuerpo reaccionaba con repulsión a mi cercanía.

¿En qué momento pasó esto? ¿En qué momento permití que alguien cruzara esa línea y la tocara? Era mi responsabilidad mantenerla a salvo, pero aquí estaba ella, cubierta de moretones que no había causado, pero que sentía como si fueran míos.

Intenté tocarle la mejilla, con la delicadeza de quien sostiene algo frágil, pero se apartó.

—No… no me toques, —murmuró, su voz temblorosa.

Eso dolió más que cualquier herida que haya recibido en mi vida.

Me puse de pie, apartándome un paso para darle espacio, aunque lo único que quería era arrastrarla hacia mis brazos y asegurarle que todo estaba bien, aunque sabía que no lo estaba.

—Debemos irnos de aquí, —dije con voz firme, intentando recuperar el control que tanto se esperaba de mí.

Alexander apareció a mi lado, su rostro manchado de sangre ajena, la pistola aún en su mano. Su mirada me bastó para entender que la zona estaba asegurada.

—El área está limpia, —informó—. Pero Nikolai escapó.

Maldito bastardo.

Quería ir tras él, destrozar todo lo que estuviera en su camino. Pero no podía. Porque Katherine estaba rota frente a mí, y eso era una herida que ni la venganza podía curar.

La cargué en mis brazos cuando sus piernas fallaron. No protestó, solo se dejó llevar, como si el peso de la verdad hubiera drenado toda su energía.

El trayecto hacia mi auto fue un borrón de luces intermitentes, gritos apagados y el sonido lejano de sirenas que nunca llegarían a tiempo. Nunca llegan cuando se trata de nosotros.

La acomodé en el asiento del copiloto y cerré la puerta con cuidado. Alexander se adelantó para organizar a los hombres, dándome ese espacio que sabía que necesitaba.

Conduje sin un destino claro. No podía llevarla a su casa; no era seguro. Tampoco al penthouse. Así que terminé llevándola a un lugar que muy pocos conocían: una de mis propiedades alejadas del centro, un refugio para cuando las cosas se volvían… complicadas.

Cuando llegamos, ella no dijo nada. Solo bajó del auto, tambaleándose ligeramente. No me atrevía a ofrecerle mi mano.

Dentro, el silencio se convirtió en un enemigo más. Ella se sentó en el borde del sofá, mirando al vacío, mientras yo me mantenía de pie, sin saber cómo llenar ese espacio entre nosotros.

¿Cómo se arregla algo así?

—Dime algo, —susurré finalmente, incapaz de soportar más el silencio.

Katherine alzó la vista, sus ojos hinchados por el llanto contenido.

—¿Qué quieres que te diga? —su voz era un filo afilado.

Me acerqué, despacio, como si me enfrentara a un animal herido.

—La verdad. Lo que piensas. Lo que sientes.

Sus labios temblaron.

—¿La verdad? —soltó una risa sin humor—. ¿Quieres hablar de la verdad ahora, Areu? Después de que me mentiste todo este tiempo, después de que permitiste que me enamorara de una versión de ti que ni siquiera existe.

Sus palabras eran puñales, pero merecidos.

—Yo no mentí sobre mis sentimientos, —repliqué, mi voz baja pero firme—. Todo lo que sentí por ti es real. Sigo sintiéndolo.

Ella se levantó de un salto, su rabia dándole la fuerza que su cuerpo golpeado había perdido.

—¡¿Y eso qué importa, Areu?! —gritó—. Eres un mafioso. ¿Sabes lo que eso significa para mí? Para mi vida. Para todo lo que pensaba que éramos.

Tragué saliva. Podía enfrentar balas, traiciones, enemigos de cualquier calibre. Pero no estaba preparado para enfrentarla a ella de esta manera.

Me acerqué un paso más.

—No elegí enamorarme de ti, —confesé—. Pero lo hice. Y haría cualquier cosa para protegerte. Incluso si eso significa alejarme.

Ella parpadeó, sorprendida, su respiración agitada.

—¿Eso es lo que vas a hacer? ¿Alejarte?

Negué con la cabeza.

—No. No puedo. No quiero.

Un silencio tenso se instaló entre nosotros. Mi corazón latía con una fuerza que casi dolía.

Entonces, Katherine dio un paso hacia mí. Luego otro. Hasta que estuvo tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero su voz fue firme:

—Te odio por esto.

Asentí.

—Lo sé.

Y luego, sin pensarlo, sin poder evitarlo, sus labios chocaron contra los míos. No fue un beso dulce ni suave. Fue rabia, dolor, necesidad.

Nos aferramos el uno al otro como si quisiéramos arrancarnos el pasado de la piel.

Pero el pasado no desaparece.

Siempre encuentra la forma de alcanzarte.

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Silvia Noemi Beroiza
Excelente
S C A R: Holaaa, los capítulos subidos no son los correctos ya que es una versión del años atrás, pero puedes encontrar los capítulos nuevos ahí mismo. Los anteriores no puedo borrarlos yo, ya el sistema de Noveltoom me informo que lo harán, así que por favor entiéndeme y gracias.
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Silvia Cejas
cada vez más cortos los capítulos
S C A R: Holaaa, los capítulos subidos no son los correctos ya que es una versión del años atrás, pero puedes encontrar los capítulos nuevos ahí mismo. Los anteriores no puedo borrarlos yo, ya el sistema de Noveltoom me informo que lo harán, así que por favor entiéndeme y gracias.
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Olga Garcia
Excelente
Nuncamesigas
autora, sabes lo que significa ser leal, ¿verdad? Sí, tú y yo. Así que continuemos la historia :)
S C A R: La historia empezará otra vez, y esta vez va a ser mejor, lo hago para darles algo bueno, algo de calidad, pero hoy subo algo si o si
S C A R: En el titulo dice que esta siendo editada, pues así es, pero hoy publicare algo nuevo
total 3 replies
Marilin Salas
AREU TENIA PRIMERO Q INVESTIGAR
Marilin Salas
me gusta
María Lomas
más capítulos x favor ♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️
Vicko ✨🌟💫🌷🌷
una relación peligrosa , y desafortunadamente la que puede salir herida es ella. El solo busca placer y ya ..
Vicko ✨🌟💫🌷🌷: jajaja si es muy cierto. 😜
S C A R: los celos de el puede llegar a hacer muy fuertes y eso causa que la relación sea peligrosa
total 2 replies
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