La historia sigue a Patrick, un aventurero serio y amable que trabaja para la iglesia en un mundo de fantasía medieval. Patrick recibe la misión de recolectar poderosos artefactos mágicos, incluyendo la espada Dama, que puede invocar a una entidad llamada Dama Blanca. Durante su viaje, Patrick rescata a Samantha, una chica mitad demonio con un carácter fuerte pero frágil, que es perseguida por la iglesia debido a su linaje. Juntos, enfrentan peligros y desafíos mientras Samantha comienza a enamorarse de Patrick, y él descubre secretos oscuros sobre los artefactos y las verdaderas intenciones de la iglesia. La historia se desarrolla en un vasto mundo lleno de reinos, criaturas míticas, y seres divinos, donde la discriminación entre razas y la lucha por el poder son constantes.
NovelToon tiene autorización de Ismael forchiney para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 3: El Camino hacia lo Desconocido
**Capítulo 3: El Camino hacia lo Desconocido**
La primera luz del alba comenzaba a filtrarse entre los árboles, bañando el claro donde Patrick y Samantha habían acampado con un suave resplandor dorado. Patrick despertó con los sonidos de la naturaleza a su alrededor: los pájaros cantando, el viento susurrando entre las hojas. Se estiró lentamente, sintiendo el aire fresco de la mañana. Samantha todavía dormía, envuelta en su capa desgastada, su respiración profunda y regular.
Mientras observaba a la joven demonio, Patrick no pudo evitar reflexionar sobre la peculiaridad de su situación. Samantha, a pesar de su naturaleza, parecía más humana que muchos de los que había conocido. El miedo y la desconfianza que cargaba eran una carga pesada, y Patrick estaba decidido a ayudarla a liberarse de ese peso, aunque sabía que no sería fácil.
Cuando Samantha finalmente abrió los ojos, Patrick ya había avivado la fogata y preparado algo de comida. La joven se incorporó lentamente, sus ojos amarillos oscurecidos por el cansancio y la incertidumbre. Sin embargo, al ver que Patrick la observaba con una mirada amable, sus tensiones se disiparon un poco.
"Buenos días," dijo Patrick con una sonrisa, extendiéndole un trozo de pan y un poco de carne seca.
Samantha tomó la comida en silencio, mordiéndola con cautela. No estaba acostumbrada a la bondad, y todavía le resultaba difícil aceptar la ayuda de alguien. Aun así, algo en Patrick la tranquilizaba, y comenzaba a confiar en él, aunque fuera un poco.
"¿Adónde vamos hoy?" preguntó Samantha después de un rato, su voz aún cargada de desconfianza.
Patrick se tomó un momento para responder, mirando hacia el horizonte. "Vamos a dirigirnos hacia el este, hacia la ciudad de Valmor. Es una ciudad lo suficientemente grande como para que podamos encontrar respuestas sobre tu situación y, con suerte, algún lugar seguro donde puedas estar."
Samantha frunció el ceño, no estaba acostumbrada a depender de otros, pero tampoco tenía muchas opciones. "¿Y después qué? ¿Voy a estar siempre huyendo?"
Patrick la miró, notando el cansancio en su voz. "No tienes que huir para siempre, Samantha. El mundo es vasto y peligroso, pero también hay personas y lugares donde podrías encontrar paz. Y con el tiempo, podrías aprender a defenderte mejor, a controlar tus habilidades."
Samantha permaneció en silencio, asimilando las palabras de Patrick. Sabía que lo que él decía tenía sentido, pero también sabía que su naturaleza demoníaca era un problema que la perseguiría donde quiera que fuera. Aun así, por primera vez en mucho tiempo, sentía un atisbo de esperanza.
Después de recoger sus pertenencias y asegurarse de que no dejaban rastro de su campamento, Patrick y Samantha emprendieron su viaje hacia Valmor. El camino era largo, pero Patrick confiaba en que la ciudad les ofrecería las respuestas que buscaban.
Mientras caminaban, Patrick decidió enseñarle a Samantha algunas habilidades básicas de supervivencia. Le mostró cómo identificar plantas comestibles, cómo encontrar agua y cómo moverse de manera sigilosa por el bosque. Samantha absorbía toda la información con avidez, ansiosa por aprender y no sentirse una carga. Aunque había vivido gran parte de su vida en cautiverio o huyendo, nunca había tenido a alguien que le enseñara cosas útiles para sobrevivir.
A medida que el sol ascendía en el cielo, el paisaje alrededor de ellos comenzó a cambiar. Los árboles se volvieron más densos y el terreno más accidentado. Patrick sabía que estaban acercándose a las tierras altas, una región conocida por sus escarpadas montañas y profundas gargantas. Era un lugar peligroso, pero también era el camino más directo hacia Valmor.
Mientras avanzaban, Patrick notó un cambio en el aire. Una sensación de inquietud se instaló en su pecho, una advertencia que había aprendido a no ignorar. Se detuvo en seco, levantando una mano para indicar a Samantha que hiciera lo mismo.
"¿Qué ocurre?" susurró Samantha, tensándose al instante.
"Algo no está bien," murmuró Patrick, mirando a su alrededor con ojos agudos. "Mantente alerta."
Samantha asintió, su cuerpo se tensó como un resorte mientras seguía el ejemplo de Patrick. Su desconfianza natural hacia el mundo exterior se mezcló con el miedo, pero trató de mantener la calma, recordando lo que Patrick le había enseñado.
Entonces, lo escucharon: un crujido en la maleza, seguido de un susurro de hojas. No estaban solos.
Patrick desenvainó a Dama, la espada emitió un leve resplandor cuando salió de su funda. Samantha retrocedió un paso, observando cómo Patrick se colocaba en una postura defensiva.
"Muéstrense," ordenó Patrick en voz alta, su tono firme y sin miedo.
Por un momento, el bosque pareció contener la respiración. Luego, de entre los árboles, emergieron varias figuras. Eran tres hombres, cada uno armado con espadas y arcos, sus rostros cubiertos por capuchas. Sus miradas eran frías y calculadoras, y el símbolo grabado en sus armaduras revelaba su identidad: mercenarios.
"Nos has dado más problemas de los que vales, Patrick," dijo el que parecía ser el líder, su voz grave y áspera. "Pero parece que finalmente te hemos alcanzado."
Patrick no reconocía a los hombres, pero no le sorprendía que alguien estuviera tras él. Como aventurero, había hecho algunos enemigos a lo largo de los años, y no era raro que algunos buscaran venganza o una recompensa.
"Si vienes por la recompensa, estás perdiendo tu tiempo," respondió Patrick, manteniendo su espada lista. "No pienso entregarme sin luchar."
El líder de los mercenarios soltó una risa seca. "No se trata solo de la recompensa, Patrick. Alguien muy poderoso quiere verte fuera del camino. Y por lo que hemos oído, esa chica que llevas contigo también vale un buen precio."
Samantha sintió un escalofrío recorrer su espalda. Estos hombres no solo querían a Patrick, también iban tras ella. Pero antes de que pudiera reaccionar, Patrick se colocó frente a ella, protegiéndola con su cuerpo.
"No dejaré que se la lleven," dijo Patrick, su voz baja y peligrosa. "Si quieren pelear, tendrán que pasar sobre mi cadáver."
El líder de los mercenarios esbozó una sonrisa siniestra. "Eso se puede arreglar."
Sin más advertencias, los mercenarios atacaron. Dos de ellos se lanzaron contra Patrick, mientras el tercero sacaba un arco y apuntaba a Samantha. El caos estalló en un instante, con el sonido de espadas chocando y flechas cortando el aire.
Patrick se movió con la destreza de un guerrero experimentado, bloqueando los golpes y contraatacando con precisión. Dama brillaba intensamente, su energía fluyendo a través de él mientras repelía a sus enemigos. Pero los mercenarios eran habilidosos, y no se dejarían vencer fácilmente.
Mientras tanto, Samantha trató de mantener la distancia, esquivando las flechas que le disparaban. Sabía que no era tan fuerte como Patrick, pero también sabía que no podía quedarse de brazos cruzados. Recordó las lecciones de Patrick y se agachó, buscando una oportunidad para ayudar.
Finalmente, cuando uno de los mercenarios se distrajo lo suficiente, Patrick vio su oportunidad. Con un movimiento rápido, desarmó a uno de ellos y lo derribó con un golpe certero. El mercenario cayó al suelo, inconsciente.
El líder de los mercenarios rugió de furia al ver a su hombre caer. "¡Esto no ha terminado, Patrick!" gritó, retrocediendo con los otros mercenarios restantes. "Volveremos por ti y por esa chica. Y la próxima vez, no seremos tan amables."
Antes de que Patrick pudiera perseguirlos, los mercenarios se retiraron, desapareciendo entre los árboles. El peligro había pasado, pero Patrick sabía que la amenaza seguía latente.
Samantha, temblando ligeramente, se acercó a Patrick. "¿Quiénes eran esos hombres? ¿Por qué estaban tras nosotros?"
Patrick envainó su espada, su expresión era grave. "Eran mercenarios, y alguien los contrató para cazarnos. No sé quién, pero claramente quieren deshacerse de nosotros, probablemente por lo que representamos."
"¿Y ahora qué hacemos?" preguntó Samantha, con la preocupación evidente en su voz.
"Seguimos adelante," respondió Patrick con determinación. "Pero tenemos que ser más cuidadosos. Hay muchas fuerzas en juego, y parece que estamos atrapados en algo más grande de lo que pensábamos."
Mientras el sol ascendía en el cielo, Patrick y Samantha continuaron su camino, conscientes de que cada paso los acercaba más a un destino incierto. Pero una cosa era segura: no se darían por vencidos, y enfrentarían cualquier desafío que se les presentara, juntos.