¿Qué harías si un día despertaras en un mundo totalmente desconocido?
Andaira, una joven del siglo XXI, despierta en la majestuosa mansión Valois sin memoria y con más preguntas que respuestas. En un reino de magia y misterio, deberá desenterrar los secretos de su pasado y descubrir su verdadero destino. Rodeada de intrigas y peligros, Andaira se encuentra con Kaiden, un valiente príncipe y poderoso general, quien la ayudará a enfrentar las sombras que amenazan su existencia.
A medida que Andaira explora este mundo mágico, se dará cuenta de que su vida está entrelazada con fuerzas antiguas y poderosas. ¿Podrá encontrar su verdadera identidad y salvar al reino de una oscura amenaza?
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Capitulo 19
Tenía muchas ganas de ir a ver a Andaira, pero esta mujer no me va a dejar en paz.
—Kaiden, deberíamos pasar un tiempo a solas —dijo mientras intentaba tocar mi pecho de manera seductora. Me pareció repulsivo y la alejé.
El rostro de la princesa Veridia no pudo ocultar su disgusto.
—Veridia, ya te lo he dicho antes. No hay nada entre nosotros. Deja de insistir —le dije con firmeza, intentando no perder la paciencia.
—¿Cómo puedes rechazarme por esa... chica? —su voz estaba llena de veneno y celos—. Ella no es digna de ti.
La furia se encendió dentro de mí. No permitiría que hablara así de Andaira.
—No te atrevas a hablar de ella de esa manera —respondí, mi voz baja y peligrosa—. Andaira significa todo para mí, y nada de lo que digas cambiará eso.
Veridia retrocedió, sorprendida por la intensidad de mis palabras. Pero en lugar de marcharse, su expresión cambió a una de determinación fría. Comenzó a murmurar palabras en un idioma antiguo, y sentí una extraña energía envolviéndome.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté, dando un paso atrás.
—Solo estoy asegurándome de que veas las cosas con claridad, Kaiden —dijo, acercándose lentamente. Sus ojos brillaban con una luz extraña mientras levantaba una mano hacia mi rostro.
Intenté apartarme, pero mis movimientos se volvieron lentos y torpes. Sentí como si una fuerza invisible me estuviera reteniendo. Veridia se acercó más, sus labios a punto de tocar los míos.
De repente, una luz brillante apareció entre nosotros, y mi espíritu guardián se materializó, un lobo espectral utilizando su gran poder se interpuso entre Veridia y yo. La energía que me retenía se desvaneció, y pude moverme nuevamente.
—¡Aléjate de él! —tronó el espíritu guardián, su voz resonando con autoridad.
Veridia retrocedió, su rostro pálido de sorpresa y miedo. Sin decir una palabra más, se dio la vuelta y se marchó apresuradamente, dejándome finalmente solo.
—Gracias, Nyx —le dije a mi guardián—. Tú siempre apareces en el momento perfecto. —El asintió y nuevamente desapareció.
Respiré profundamente, tratando de calmarme. No podía permitir que Veridia me distrajera de lo que realmente importaba: Andaira. Debía encontrarla y explicarle todo lo que había pasado, asegurarme de que entendiera lo importante que era para mí.
Caminé rápidamente por los pasillos del palacio, buscando a Andaira en cada rincón. Finalmente, la encontré en uno de los jardines, sola y con una expresión de tristeza en su rostro.
—Andaira —llamé, mi corazón latiendo con fuerza.
Ella se giró para mirarme, y pude ver el dolor y la confusión en sus ojos.
—Su alteza —respondió con frialdad.
Me acerqué a ella, decidido a hacerle entender lo que sentía.
—Andaira, por favor, dame una oportunidad para explicarme. Esto no es lo que parece. Veridia no significa nada para mí comparado contigo —dije, acercándome más a ella.
Al final en el calor de la discusión ella me dijo cosas hirientes, pero cuando mencionó a mi hermano, los celos se apoderaron de mí. Sin poder contenerme más, me acerqué a ella y la besé.
El beso fue como un fuego que se encendió en mi interior, quemando todo a su paso. Sentí su sorpresa al principio, pero luego se relajó y correspondió. Podía sentir su dolor y su confusión, pero también su deseo, mezclándose con el mío. Cada caricia de sus labios, cada suspiro que escapaba de su boca, intensificaba la conexión entre nosotros.
Mis manos se deslizaron por su espalda, atrayéndola más cerca de mí. Su calor, su suavidad, todo me hacía sentir vivo de una manera que nunca antes había experimentado. Sus dedos se aferraron a mi camisa, y su toque envió escalofríos por mi columna. Era como si el mundo desapareciera a nuestro alrededor, dejándonos solo a nosotros dos en ese momento.
Sentí su corazón latiendo con fuerza contra mi pecho, sincronizándose con el mío. Sus labios eran suaves y cálidos, y cada beso parecía borrar un poco más del dolor y la duda. No quería que este momento terminara, quería perderme en ella, demostrarle con cada caricia cuánto la amaba.
Bajé mis labios a su cuello, besándolo suavemente. Sentí cómo se estremecía bajo mi toque, y susurré con desesperación:
—Por favor, Andaira, no te alejes de mí. No puedo perderte.
Sus palabras hirientes aún resonaban en mi mente, pero en ese momento, todo lo que importaba era hacerle entender cuánto la necesitaba. Quería que sintiera mi sinceridad, mi amor, y que supiera que estaba dispuesto a luchar por ella, por nosotros.
Al final, ella me pidió tiempo, y yo me quedé allí, observando cómo se marchaba. Deseaba más de ella, aún podía sentir un hormigueo en donde sus labios y sus manos habían estado. La necesidad de tenerla cerca, de demostrarle mi amor, era abrumadora. Sabía que debía darle el espacio que necesitaba, pero cada segundo sin ella se sentía como una eternidad.
no lo sé... tal vez estoy paranoica
es fantástica
porque su madre no la sano???
pero me gusta