La Enfermera y el Agricultor Parapléjico

Al llegar a la hacienda, Mirella es abordada por Jorge, que estaba muy preocupado por el viaje de Mirella y Valentín.

Jorge: Mirella, me gustaría hablar contigo.

Mirella: ¡Ah! Hola, Jorge, ¿puede ser más tarde? -dice Mirella desanimada.

Valentín, que estaba recibiendo ayuda de González para salir del coche, escucha a Jorge hablar con Mirella, no le gustó, pero no dijo nada.

Jorge: Claro.

Valentín mira a Mirella con una mirada fría.

Mirella acelera el paso y entra en la casa, yendo a su habitación.

Valentín le dice a González que quiere hablar con Jorge a solas.

Valentín: Jorge, quería saber cuáles son tus intenciones con Mirella. Como sabes, está sola, trabaja para mí, de cierta manera, me siento responsable de ella.

Valentín habla con un tono de voz tranquilo, o al menos eso es lo que quiso demostrar en esa conversación.

Jorge: Son las mejores, pretendo casarme con ella, formar una familia, eso solo depende de ella.

Valentín: Mirándote, Jorge, no sé si realmente te harías cargo de Mirella, eres un hombre vivido, probablemente has conocido a muchas mujeres guapas, Mirella no es guapa y no tiene nada que ver contigo.

Jorge: Discúlpeme, señor Valentín, pero no estoy de acuerdo con usted, no creo que Mirella sea fea, hablando de la belleza exterior, yo la encuentro guapa, y por dentro es una chica dulce y amable.

Valentín: Jorge, somos hombres, para mí, no necesitas mentir.

Jorge: No lo entiendo, ¿qué quiere de mí con esta conversación?

Valentín: Bueno, solo creo que Mirella no merece que la engañen, está sola, pobrecita.

Jorge: En cuanto a eso, puede estar tranquilo, ah, otra cosa, si acepta casarse conmigo, la llevaré a una ciudad más grande, me gustaría mucho que ejerciera su profesión.

Valentín: Ok, Jorge, buena suerte.

Valentín se va y se dirige a su despacho.

"¿Qué le ve él?", piensa Valentín.

Mirella va a ver a Guadalupe a la cocina, Lupita viene corriendo para saber sobre el viaje que Mirella hizo con Valentín.

Lupita: Cuéntame todo lo que pasó en ese viaje, Mirella -dice sentándose al lado de Mirella.

Mirella: Ah, Lupita, nada del otro mundo, ah, salvo que conocí a una chica muy simpática, psicóloga, es muy agradable.

Lupita: ¿En serio no era estirada?

Mirella: No, me dijo que si me iba a vivir allí, me ayudaría a encontrar trabajo en el área de enfermería.

Guadalupe: ¿Qué te retiene aquí, Mirella? Vete, eres joven, necesitas conocer mundo.

Mirella: No es tan sencillo, Guadalupe, ¿recuerdas el préstamo que le pedí a Valentín para el tratamiento de mi madre?

Guadalupe: Puedes decirle que se lo pagarás con el tiempo.

Mirella: ¿Lo aceptará?

Lupita: ¿Sabes lo que creo? Creo que te gusta cuidar del señor lisiado.

Mirella: ¡Lupita! ¡No hables así! Por Dios, cualquiera puede sufrir un accidente y acabar en silla de ruedas.

Lupita: Vale, ya no está aquí quien habló -dice Lupita con las manos en alto.

Lo que Mirella no sabía es que Valentín estaba escuchando la conversación, después de escucharla, se va a su habitación.

Ya por la noche, Mirella va a su habitación, se acuesta y acaba recordando su noche con Valentín.

"Fue bonito".

Mirella tiene la absoluta certeza de que Valentín se avergüenza de ella, eso la entristece.

"¿Cómo pude enamorarme de un hombre que solo me utiliza?"

Las lágrimas son inevitables, Mirella se siente sola sin nadie con quien desahogarse, tiene miedo de hablar con Guadalupe y Lupita, miedo a ser juzgada por esta situación en la que ella misma aceptó estar.

Después de unos minutos, Mirella escucha el ruido de piedrecitas golpeando la ventana, Mirella se levanta para ver, es Jorge al otro lado.

Él le hace señas para que vaya hacia él, Mirella hace una señal de afirmación.

Se seca las lágrimas y sale, al llegar hasta Jorge, él la llama para que vaya al jardín.

Jorge: ¿Has estado llorando?

Mirella: Ah, no, solo estoy triste.

Jorge: ¿Por tu madre?

Mirella: También.

Jorge: Yo también perdí a mi madre, sé lo que se siente.

Mirella: Pero tú tienes a tu padre.

Jorge: Sí, menos mal.

Mirella se siente bien cuando está con Jorge, pero su corazón late fuerte por Valentín, se culpa a sí misma por ello.

Jorge: Mirella, me gustas mucho, dame una oportunidad, te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para hacerte feliz.

Mirella: Jorge, por el momento no pretendo tener novio, solo estoy esperando a terminar de pagar el préstamo, en cuanto lo haga, me iré de aquí.

Jorge: Yo también tengo pensado irme a la ciudad, Mirella, podemos casarnos e irnos.

Mirella: Ah, Jorge, no quiero darte esperanzas.

Jorge es un chico guapo con una belleza notable, sabe expresarse bien, es ambicioso, quiere progresar en la vida.

Jorge: Está bien, esperaré el tiempo que necesites, Mirella.

Después de que Mirella termine la conversación con Jorge, entra, se lleva un susto cuando entra en la habitación y ve a Valentín.

Mirella: ¡Qué susto! -dice llevándose la mano al pecho.

Valentín: Jorge se muere por follarte, Mirella, por lo que veo no va a tardar, menos mal que yo fui el primero.

Mirella: ¡Basta! ¡Para! ¿Qué se cree que soy? ¿Porque firmé ese maldito contrato cree que soy cualquiera? -dice irritada.

Valentín nunca había visto a Mirella hablar así, se sorprende.

Mirella: ¡Fuera de aquí! Estoy harta de que me humille, de que diga que soy rara por no decir fea, ¡ahora cree que soy cualquiera! Estoy cansada, arrepentida de haber firmado ese maldito contrato.

Valentín: Pues deja de estar detrás de ese veterinario, si no voy a acabar despidiéndolo.

Mirella: Haga lo que mejor le parezca, ahora quiero estar a solas con mi arrepentimiento.

Valentín: De acuerdo, mañana quiero que me subas el café a la habitación.

Valentín sale de la habitación de Mirella, que en cuanto él sale, da un fuerte portazo.