Mariana una mujer que se casó llena de ilusiones, creyendo en el amor eterno. Se da cuenta de que los cuentos de hadas y las historias románticas están muy lejos... Su esposo Hernán, la engaña con cuanta mujer se le pone por delante. hasta que aparece en su vida un chico de 38 años. ¿Mariana estará dispuesta a darse una segunda oportunidad con Fernando? ¿O segura en un mundo de mentiras, casada con Hernán?
NovelToon tiene autorización de Lorena Carapia para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Un rayo de luz
El incómodo silencio se hizo presente dentro de nuestra habitación. Me costaba hasta respirar un poco de aire. Me siento asfixiada, al solo tener a mi esposo encima de mí.
Cada músculo de mi cuerpo se me congela. Dejo de respirar, y el miedo se apodera de mí. Cuando el silencio se hacía más profundo, otra vez, la voz de Hernán, se escucha por toda la habitación.
_____ Cada día que pasa te vuelves más torpe. ¡Mírate al espejo!
Siento como sus manos se apoderan de mi cuello, haciéndolo girar mi cabeza hacia un lado. Al verme al espejo, de inmediato cierro mis ojos. Solo puedo ver a una mujer fracasada.
Una mujer que jamás ha podido tener los ovarios suficientes, para ponerle un límite a mi maldito matrimonio.
______ ¡Abre los ojos! ______ Me ordena obligando abrirlos.
______ ¿Dime qué ves?
_______ ¿Qué tipo de mujer eres? _____ Me pregunta, mientras sostiene mi barbilla con una de sus manos.
______ Lo ves.
_______ Ni tú misma te puedes reconocer.
______ Eres una mujer horrible. No sé como me pude enamorar de ti, ¡Oh, sí! Lo que me enamoró de ti, fue tu dinero.
_____ Deberías seguir los consejos de nuestros hijos y ya no ir a las empresas.. _____ Terminó por decirme.
Hernán me suelta la mandíbula y por fin puede dar un ligero respiro de alivio. Cuando pensé que por fin, se iba a ir de la recámara.
Coloca sus manos en mis hombros. Empujándome con fuerza contra la silla. Mi espalda baja se llevó un fuerte golpe.
Pero, ya estaban tan acostumbrando a todo. Ser humillada por mi esposo era el pan de cada día.
Quería gritarle a Hernán en su cara, que las empresas son mías. Qué la única dueña de todo eso yo... Él no tiene nada.
Si no fuera por mí, él no tendría la vida de lujos que tiene ahora... ¿Por qué no tengo el suficiente valor, para poder enfrentarme a él?
_______ Yo tengo todo el derecho de manejar lo que mis padres me heredaron. Soy la vicepresidenta aunque debería el CEO.
Al escuchar mis palabras, Hernán ejerce más fuerza en mis hombros y comienza a reírse en mi cara.
______ Je, Je, Je.
______ ¡Si serás estúpida! ¿Cómo piensas gobernar unas empresas tan grandes? ¿Cómo lo son las empresas Escobar?
_____ Para lo único que sirves es para lamer el piso por donde camino. ¡Deberías bajarte ya de a nube en la que dejé que subieras!
______ Hazle caso a Leo, y mantente alejada de todo lo relacionado de las empresas...
______ ¡Quédate en casa, prepara la comida, como lo has hecho todos estos años, cuida de tus hijos, y a tender a tu marido! Eso es lo único que debes hacer.
______ Eso de andar jugando a querer ser una empresaria. NO, es lo tuyo...
Estoy cansada, harta de esta vida a la que Hernán me ha obligado a estar. Hace cinco años, tomó las fuerzas necesarias para hablar con un abogado y presionar a Hernán para que me dejara trabajar a la empresa.
También pensaba pedirle el divorcio, pero Estela, (mi hija más pequeña) me convenció para qué cancelará todo lo relacionado con separarme de su padre.
Estela, únicamente tenía 17 años, su llanto me conmovió, y cedí a echar abajo todo. Con la condición de quedarme como la vicepresidenta de mis propias empresas.
Hernán siempre ha tenido el poder de gobernar a mis tres hijos. Estela es mi hija más pequeña. Creo que fue a la que más ame.
Al nacer niña creí que tendría un apoyo en ella. Que al ser mujer, me iba a comprender, apoyar, sin embargo, no fue así.
Hernán la compro con regalos caros, con viajes por todo el mundo, con libertad absuelta. Estela fue creciendo adorando a su progenitor y a mí me vio como un cero en su vida.
Empujé a Hernán como pude. Enseguida, levantó mi mano, y lo señaló con mi dedo índice.
_______ ¡Te he dicho que no!
______ No voy a ceder esta vez; Hernán.
______ No, voy a ceder a tus caprichos, ni a los de mis hijos.
________ Yo soy la dueña de todas las empresas, y así será por el resto de mi vida. Solo muerta me vas a sacar de ahí.
______ ¡Pronto me convertiré en el CEO, y tú, junto a Leo, tomarán papeles secundarios en ellas!
Hernán enfureció, levantó su mano y estuvo a punto de dejarla caer en mi mejilla. Sabía que ya no era la misma niña tonta del pasado, que si esta vez me ponía una mano encima, toda esta falsedad terminaría por acabarse.
Detuvo su mano en el aire, y luego la fue bajando poco a poco, apretando su puño con fuerza. Utilizando un tono más dulce y gentil, me dice.
______ Todo lo relacionado con la empresa deberías dejarlo en mis manos, mi amor. Para eso soy el hombre de esta familia.
_______ Esta vez, no voy a caer en tus manipulaciones...
______ ¡Estoy cansada!
________ De ahora en adelante, las cosas van a hacer como yo las quiero. Si no estás de acuerdo. ¡Puedes pedir el divorcio, yo en cantada de firmarlos!
Hernán, enojado, se dio la vuelta y salió de la habitación. No sé como le hice para sacar todo este coraje.
Una sonrisa apareció en mis labios, llevé mis manos a mi cara. No puedo creer lo satisfactorio que se siente haber podido decirle a Hernán esas palabras.
Por fin, me siento feliz conmigo misma. Puedo saltar; por toda la habitación. Como si fuera una adolescente.
Giré la silla en donde estoy sentada, al verme otra vez al espejo, podía ver a una mujer distinta a la de hace unos momentos.
Tomé el labial rojo, que hace mucho tiempo compre y nunca me atreví a ponerlo en mis labios. Al abrirlo, esa aroma a cereza, entró por mi nariz.
Enseguida, puse un poco en mis labios, quedando encantada por la manera en que se me ve.
________ ¡Está eres tú, Mariana Escobar!
_______ Mirate bien... Esta mujer eres tú, tú.
Llevé mis manos a mi rostro, pasando mis dedos por mi cara. Me comienzo a ver con otros ojos.