Dos personas, que por destino se unen, un amor destinado a no ser, traición y venganza, muerte y pasión, desencadenado por El Desencuentro.
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Cap. 3 No hables así de tu hermana
Mi padre volvió a abofetearme sin que pudiera evitarlo y lo que escuché me dejó aún más desconcertada.
—No hables así de tu hermana, deja de calumniarla, Ariel vino hace un momento y ha explicado todo, viste mal, ellos charlaban y se acercaron demasiado, creíste ver que se besaban, pero ambos dijeron que no es así, que se ven como hermanos y tú estás tomando venganza inventando cosas que no pasaron, así que discúlpate con tu hermana por llamarla zorra. Ella no te ha hecho ningún daño, además, deberías disculparte con Ariel por hacerle pasar este mal rato, pronto se van a casar, y no vas a expulsar a nadie de esta casa, si alguien se va serías tú, ya que estás deshonrando a la familia con tus calumnias —me dijo furioso y yo solo puedo mirarlo, no sé qué decir, ¿es realmente mi padre?, ¿esas víboras tuvieron razón al decir que yo soy hija de otro hombre?, tal vez sea verdad, ya que desde que mi madre falleció, este hombre es un desconocido para mí definitivamente.
—No me disculpo un carajo, no quiero saber de este tema o lo que te han contado esas víboras, pero cuando regrese hoy en la noche, quiero que esta maldita no esté en mi casa, porque esta es mi casa, y si la encuentro, los echaré a todos ustedes, no me importa, así que decide padre, esa maldita que no es mi hermana ni nada mío, o yo —dije mientras salía de ahí, escuché a mi padre llamarme mil veces, pero solo me dirigí al parqueo y saqué uno de los autos, me fui a toda velocidad, quería manejar y olvidar lo que estaba pasando, cuando estaba en camino, dos autos me interceptaron obligándome a parar, unos hombres encapuchados bajaron y me subieron a la fuerza a uno de los vehículos, alguien me dio un golpe muy fuerte y no recuerdo más.
Cuando recobre la conciencia, estaba siendo arrastrada por el bosque, dos de los hombres me arrastraban como si fuera un trapo, podía ver que había un hueco.
—¿Quiénes son?, ¿qué quieren? —Pude balbucear mientras uno se reía.
—Eso no te interesa princesita, solo debes saber que eres un estorbo para alguien importante, y que deberás pagar el precio, muerta eres más valiosa —me dijo mientras que yo solo trato de ponerme lo más lucida posible, pero no puedo, mi mente aún da vueltas, me siento mareada y entumecida.
—Por favor, déjenme ir, les daré dinero, mucho dinero —dije mientras ellos se reían.
—Eso es lo que nos advirtieron que dirías, que tienes dinero y no sé qué, pero ya sabemos que no es así, solo tenemos trato con quien pueda pagar bien, ahora este hueco es para ti, hay combustible dentro, deberemos quemarte para que quedes irreconocible. Después llevaremos tus restos a un lugar donde te encuentren, no te preocupes, dejaremos pistas de que eres tú y que fuiste asesinada por un secuestro fallido, nadie te está buscando, todos saben que eres una caprichosa que se desaparece por mucho tiempo, así que nadie saldrá perjudicado —dijo el hombre mientras me lanza cerca de la fosa, apenas puedo moverme, pero aún no he perdido la conciencia.
Ahora desnuda a esta belleza, primero nos vamos a divertir un rato, después no desharemos de ella, no termines dentro, no hay que dejar señales de lo que pasó -dice mientras el otro tipo comienza a arrancar mi ropa y yo solo lloro y sollozo, ni siquiera puedo defenderme.
Sin que nadie lo espere, escucho un disparo, haciendo que el hombre que casi está encima de mí sea impactado hacia atrás, y el otro que parecía querer sacar un arma recibió un disparo directo en la cara, no supe más, me desmayé, me sentía tan débil que no podía siquiera abrir los ojos.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero desperté en una pequeña cabaña, el fuego de la chimenea está encendida, me hacía frío, pero sentía que mi cuerpo recuperaba calor, miré para todos lados, sin entender, hasta que los recuerdos de estas últimas 24 horas volvieron a mi mente, mis lágrimas corrían como lluvia, y cuando trate de moverme, una voz gruesa y profunda entro directo a mi lóbulo parietal paralizando mi cuerpo con una sola orden.
—No te muevas, aún estás débil, ese golpe estuvo muy fuerte, es claro que te querían muerta, pero yo no quiero problemas, así que deberías irte, no quiero gente, no quiero que te quedas, así que más vale que puedas recuperarte porque te echaré lo ante posible —me dice mientras que yo me volteo con calma, si me muevo rápido me mareo.
—¿Tú me salvaste? —digo recordando los disparos.
—No, solo estaba de paso, y quiero que te quede algo en claro, no quiero hablar contigo, no me interesa, así que recupérate y vete —me dice mientras se para del rincón donde estaba sentado y es muy alto, es que soy un poco bajita, mi madre era así, pero él es alto, se lo ve rudo y no sé si es guapo o no, tiene el cabello largo y barba, se ve que lleva mucho tiempo por aquí.
—Yo…, yo, me voy —dije aturdida, de todos modos, tenía cosas que pensar, ¿era acaso una coincidencia?, el día que encuentro a mi hermanastra con mi prometido, me secuestran e intentan asesinarme, mi padre me habla como si yo no tuviera ningún derecho a decir nada ni molestarme con nada.