Katty Velásquez, la nerd menos querida de la prepa, se transforma de una fea oruga en una hermosa mariposa, después de 10 largos años se encuentra con su amor platónico de quien solo Tiene recuerdos nada agradables, para su mala suerte su padre arregló un matrimonio con el.
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Cita.
La noticia fue como una gran bomba explorando en el aula, Milka puso los ojos en blanco y fingió desmayo, sus dos mugres amigas la sostuvieron dándole aire y chillando. Era de esperarse ya que esa resbaloza siempre estaba de ofrecida.
El cogio mi mochila con una mano, y con la otra apretó mi mano y me sacó de en medio de la multitud, sonreí en cámara lenta sin dejar de ver su apuesto rostro mientras era llevada por el, en verdad era un excelente superhombre.
' Llévame al mismo infierno que gustosa te seguiré con los ojos cerrados'.
Nos detuvimos en la entrada principal y yo como una tonta estaba perdida en su belleza.
"Katt ¿Estás bien?".
'Que dulzura me llamó Katt' susurré para mi poniendo cara de cachorrito.
Mi vista se plantó en sus sexys labios, imaginando un gran beso ardiente justo ahi, apretándome la cintura con sus fuertes brazos y acorralándome contra la pared.
"¿Katt?" agitó su mano frente a mi rostro "¿En qué estás pensando?" su pregunta me volvió en si.
"¿He? ó...... ¿que decías?.., ahhh no pienso en nada". Respondi con rapidez sintiendo que mis mejillas se ruborizaban. No podía decirle que tenía pensamientos lujuriosos, que vergüenza.
"He brother" 2 chicos se acercaron hacia nosotros, no eran más que Pol y Frank, nuestros compañeros de clase, estaban en el mismo equipo de natación.
"Que onda", saludó Daniel, mientras metía las manos a sus bolsillos.
"Si que eres un papi" agregó Pol, un chico moreno y crespo mas bueno que el pan "Vimos como defendiste a capa y espada a la cerebrus, con que es tu novia ¿He?".
Dijo en tono burlon haciendo que me incomode y me muerda los labios.
"Su nombre es Katty" respondió mi gotita de miel en tono molesto.
"Bueno hombre no te esponjes", dijo Frank, sin dejar de rumear su goma de mascar como una vaca. "Sólo venimos a avisarte que tenemos entrenamiento a las 4".
"Ok" Respondió el inexpresivo y me tomó de la mano y caminando juntos. "No les hagas caso".
"Claro que no". Me acompañó a mi casa ya que vivo sólo a 2 cuadras del colegio. Antes de marcharse me dijo:
"Katt, quiero invitarte a mi casa, tengo una sopresa sorpresa para ti".
Con esa sonrisa perfecta, mi corazón se aceleró aún más.
"De acuerdo".
"Perfecto, nos vemos mañana a las 4 de la tarde, paso a recogerte".
"Mejor te espero en ese parque", dije mientras apuntaba al parque que estaba a 1 cuadra de mi casa.
Mis papás eran muy sobreprotectores y si me veían con Daniel se armaría el interrogatorio. Para ellos aún era su bebé, los chicos eran distracción según ellos y sólo debía de enfocarme en mis estudios.
"Ok, hasta mañana". Se despidió dándome un dulce beso en la mejia.
Entré a casa flotando en el aire, dispuesta a no lavarme la cara por una semana, menos mal sólo la empleada estaba en la mansión viéndome con rareza, de seguro pensando en que me fumé algo.
Ya quería que fuera sábado para volver a ver a mi Amor, retorciéndome bajo las sábanas sin dejar de emocionarme por nuestra primera cita.
Ya era el bendito día, toda la mañana me pasé poniendo patas arriba mi armario buscando algo hermoso con que lucirme. Pero toda mi ropa era horroroza, solo sudaderas, suéter's holgados, joggers y tennis, ningún hermoso vestido.
"¡Maldición!"
Corrí hacia una galería de ropa cercana, y me probé muchos vestidos, después de un rato encontré un vestido rosa palo hasta mis rodillas, todo cerrado. No soy una chica que le gustaba mostrar carne, combine mi vestido con unas balerinas negras con un moño grande como adorno.
Ya estaba lista frente al espejo, me recojí el cabello en media cola y me puse labial rosado. A mi gusto estaba un poco más bonita. Mamá y papá estaban en una reunión en la Empresa así que no se me complicó las cosas, ellos llegarían a las 8 de la noche.
Con el corazón en la garganta esperaba en la banca del parque, mis manos estaban sudorosas por los nervios.
"Ya estoy aquí" Su voz profunda sonó a mis espaldas estremeciendome. El estaba ahí, tan celestial como siempre, con una casaca jeans celeste muy rasgado y un pantalón negro que se ajustaba a la perfección mostrando sus músculos muy jugosos y trabajados y yo estaba babeando otra vez.
"Ho-hola" saludé sin dejar de agitar mis manos mientras me paraba como un resorte.
El me recorrió con la mirada de pies a cabeza.
"Estas preciosa".
Ese cumplido hizo fluir mi sangre a todo ritmo, mis mejias estaban quemando.
"Gracias".
"Bueno vamos".
Su chofer nos estaba esperando, nos subimos al coche y nos dirijimos dirigimos a su casa. Al llegar una sirvienta nos recibió.
"¿Tus padres no estan en casa?"
Pregunté, tenía la ilusión de conocer a mis suegros.
"Están de viaje" Respondió mientras me conducía a la cocina. El hizo una ceña y la empleada se retiró.
Me sentó a la mesa y sacó de la refri una torta helada de frutas.
"Que delicioso se ve", exclamé, sintiendo salivar.
"Lo hice yo mismo, para mi linda novia".
Mientras cortaba dos rebanadas y lo ponía en la mesa.
'Santo Dios que ricurita'. Estaba tan emocionada por ese hermoso detalle, jamás en mi vida me había sentido tan feliz.
"Gracias, eres lo maximo" Agradecí, y sin demoras me metí un trozo en la boca. "Santa madre, que exquisitez, esta muy bueno".
"Quién ¿yo o el pastel?"
Una sonrisa pícara se formaba en su prefecto rostro ruborizandome por su pregunta.
"El pastel, aunque tu eres todo una obra de arte, no puedo decir delicioso ya que no te he probado".
"Entonces pruébame para saber que tan delicioso soy".
Sus palabras hicieron que soltara la cuchara, estaba tan roja que mi cerebro dejó de conectar.
"He...yo. ¡No!".
"Sólo bromeo", dijo el con una sonrisa, haciendo que el aire vuelva a mi cerebro.
Después del postre me llevó a conocer su habitación, dentro de ella había olvidado un obsequio para mi.
Muchos éxitos, en su narrativa.
ves, inflexión del verbo ver
Idea muy trillada y novela, al fin de cuentas.
La hice empoderada, decidida a darle una lección de respeto por las mujeres y de manejo de negocios...
Pero no un amor cursi