La Bruja Del Caos Y El Príncipe De Las Rosas

Al amanecer, todo estaba listo para el viaje, Sohel en su forma de dragón, espera a Calix, quien después de comer algo, agradece al noble por su hospitalidad y se dirige hacía Sohel, subiendo en su lomo, para iniciar su viaje. Y mientras encuentran la puerta a las tierras del dragón, esperan que calamidad no cause más problemas como paso en aquel pueblo.

Mientras se alejan del lugar, son alcanzados por Ciaran y Ravenna. Pasaron horas volando, saliendo totalmente del continente, sobrevolando por el océano, esperando encontrar información en una isla que quedaba un poco lejos. Cuando llegaron a aquel lugar, ya se estaba haciendo de noche, así que sobrevolando el lugar, se aseguran de que no haya peligro, y es que al parecer la isla sigue sin ser habitada por humanos. Al bajar, lo hacen en medio del bosque, donde se alzan enormes columnas de piedra, con símbolos extraños.

[La información de la entrada debe de estar aquí.] Comenta Sohel.

Ciaran da unos pasos hacía una de las columnas, observando los símbolos dibujados en estos.

{Creí que la entrada estaría aquí, ¿acaso la cambiaron?} Pregunta Ciaran.

[Así es, poco después de tu encierro, los ancianos cerraron esta puerta y dejaron el escrito, este idioma solo lo entendemos tú y yo.] Explica Sohel.

—¿que paso para que los dragones ancianos cambiarán la ubicación de la entrada?— pregunta Calix.

[Cierto dragón y su bruja, intentaron entrar para causar problemas.] Mira con molestia a Ciaran.

{Entonces no es porque el mundo haya cambiado.} Responde Ciaran.

[Lo es, antes esta isla era parte del continente de donde venimos, pero, la naturaleza hace cambios.]

—es impresionante lo que la propia naturaleza puede hacer...— comenta Calix.

Ciaran sigue leyendo, para encontrar la información de la entrada, aunque Sohel también lee otra columna y les avisa que encontró el escrito, según la información, la puerta esta ubicada en una montaña de las tierras del sur, pero, habían un problema, en el sur, solo hay pequeñas islas pero ninguna tiene montañas, y el único continente en esa zona, tampoco posee tiene montañas, son tierras bajas y repletas de desiertos.

—si esta isla se separo del continente, también existe la posibilidad de que ese lugar haya sido tragado por el mar.— era una posibilidad y de ser así, no podrán entrar a las tierras de los dragones.

Ciaran y Sohel se miran entre con preocupación, pues sabes que Ravenna podría tener razón. Calix deja salir un suspiro pesado, parece que todo se ha complicado más.

—existe también la posibilidad de que ese lugar haya cambiado de ubicación, y en lugar del sur, pudo moverse en otra dirección. Esto será agotador, pero podemos buscar lugares con montañas cercanos a esta isla.— explica Calix.

[Será agotador, y no nos asegura nada, pero, podemos intentar.] Sohel apoya el plan.

Estaban por partir, cuando los relámpagos rojos azotan contra las columnas, derribandolas una a una, Calix y Ravenna se alejan rápidamente mientras que Sohel y Ciaran vuelan para evitar ser golpeados por los escombros. Mientras ven como de las gritas formadas por el azote de los rayos, se abren más y van saliendo bestias parecidas a las que vieron en los bosques.

—esas malditas cosas nos han seguido.— Calix se prepara para atacar.

De una pequeña bolsa de tela que trae en la cintura deja caer varios pétalos rojos y estos se elevan de inmediato, lanzando estos contra la bestia que iba hacía él. Los pétalos van contra la bestia, generando cortes en cada parte que alcanzan. Calix dirige los pétalos creando un círculo en el cuello de la bestia y comienzan a cortar mientras giran a su alrededor.

Ravenna, aunque esta peleando con otras bestia, puede ver la manera en la que Calix ataca de forma letal con esos pétalos, ¿quien diría que algo tan delicado podría ser letal?, aunque no eran momento de pensar en eso. Ravenna ataca con las lianas espinosas, atando a la bestia, mientras que Ciaran aprovecha esto para lanzar un ataque con una descarga eléctrica, la potencia de este ataque más la presión de las lianas causan que la bestia se parta en dos.

Sohel por su parte, ya se ha librado de la última bestia, a la cual le corto la cabeza con sus garras. Y Calix, termina con la que estaba peleando.

[Tal parece que la calamidad sabe de nuestras intenciones.] Comenta Sohel.

{Debemos encontrar esa puerta pronto.} Insiste Ciaran.

–en esta ocasión, estoy de acuerdo con el dragón de la oscuridad.— comenta Calix.

{Gracias, humano, recordaré no eliminarte.} Responde el dragón de la oscuridad.

—que bien...— responde.

—él no te eliminará, pero yo si.— Ravenna pasa de largo para ir a subirse al lomo de Ciaran.

—¡ha!, eso esta por verse, bruja.— por su parte, Calix, sube en Sohel.

Ambos dragones se elevan para salir de esa isla, pero, lo que no se esperaban, era ver una especie de criaturas idénticas a las que acaban de eliminar, pero estas tenían alas parecidas a la de los dragones. Las bestias vuelan a prisa para alcanzarlos intentando agarrar a los dragones con sus filosas garras, pero ambos evitan el ataque.

—pero que carajos...malditos bichos.— grita un furioso Calix.

Nuevamente libera sus pétalos para atacar a la bestia que iba tras él y Sohel. Mientras que Ravenna se sujeta bien de Ciaran y este gira para ubicarse tras la criatura y lanzar desde su hocico una poderosa descarga que hace caer a la bestia, aunque otras se unen al ataque.

Sohel también ataca lanzando una especie de energía blanca que explota al tocar a esas bestias, mientras Calix también intenta quitarse a otras bestias del camino. La situación de estaba volviendo molesta, y peligrosa, ya que Calix y Ravenna no pueden bajar para hacerles más fácil la movilidad a los dragones, y si se tiran al agua no es una buena idea. Ravenna rodea a Ciaran con la niebla y sus espectros salen lanzándose contra las bestias, algunas caen al agua, pero estas desaparecen y vuelven a salir de la niebla.

{Dragón blanco, quédate dentro de la niebla.} Le propone Ciaran.

Sohel vuela hacía Ciaran y Ravenna coloca la niebla alrededor, mientras sus espectros salen para atacar a las bestias. Aunque tanto Ciaran como Sohel usan sus ataques para ayudar.

—esa maldita calamidad...voy a eliminarla con mis propias manos.— asegura Ravenna. Levanta las manos y del agua van saliendo miles de lianas espinosas que atrapan a las bestias mientras sus espectros atacan, logrando acabar con todos. Tras esto, la niebla desaparece al igual que las espinas.

Ravenna deja escapar un leve suspiro, pero siente un mareo y pierde el equilibrio cayendo del lomo de Ciaran, al ver esto, es Calix quien salta para atraparla, ante esto, Ciaran y Sohel se apresuran para tratar de atraparlos, pero no los alcanzan y caen dentro del agua, lo cual es un fastidio para Calix, porque el vestido de Ravenna la hace más pesada al mojarse.

Pero, logra salir a la superficie, y es cuando Sohel baja tomando entre sus garras a la bruja, mientras que Calix se sostiene de su cuello para poder subir a su lomo.

{Ravenna...¿que le ha pasado?, ¿esta herida?} Pregunta preocupado Ciaran.

[Debemos ir rápido a tierra y revisarla.] Responde Sohel.

Por suerte, no tardan en llegar a una pequeña isla donde bajan, Sohel deja a Ravenna en el suelo, y esta aún permanece inconsciente. Ciaran toma forma humana y se acerca a la chica, colocando sus dedos índice y medio sobre las sienes de la chica.

—¿ella esta bien?, no parece haber sufrido alguna herida.— comenta Calix, mientras se sienta cerca de la chica y le toma el pulso.— sigue viva.

{Se esforzó con su magia, sacar las espinas desde el fondo del mar requirió mucho mana.} Ciaran deja escapar un suspiro de alivio, por un momento creyó que la chica había sufrido una herida grave.

...