Después Del Matrimonio, Llega Una Infidelidad.

Venganza, claro que María quería vengarse del maldito Lucas. Así como Laura también quería vengarse de David, pero, ¿Eso realmente valía la pena?

La respuesta, damas y caballeros, es sí. Para dos damas que han sufrido humillaciones, desamor y traición, no hay nada más placentero que la deliciosa venganza para con aquellos que las dañaron.

—Acepto.

Así fue como comenzó la relación de María y Octavio.

Ambos se sentían traicionados, ella por su esposo. ¿Y él? Por su propia hija. Odio, eso es lo que sentían ambos. Porque aunque Lucas y Tania no tenían idea de nada, el plan de Laura y Octavio ya estaba sobre ruedas.

Cada vez que Tania le decía a su padre que iba a ir a "estudiar" o a "salir con algunas amigas", María lo llamaba para avisarle que Lucas casualmente tenía "viajes de negocios" al mismo tiempo que ella hacía planes.

Estúpidos, eso era lo que Tania y Lucas pensaban de todos a su alrededor, porque estabas seguros que nadie jamás sabría que un profesor y su alumna vivían el delicioso sueño prohibido.

Sin embargo, sí había alguien que lo sabía, dos personas muy cercanas a ellos. Tanto María como Octavio, habían estado ayudándose mutuamente para cuando todo explotara.

Él, al ser un policía, le ayudó a reunir pruebas para poder deshacerse de su infiel esposo. Mientras que por su parte, cambiaba todo su testamento para al final no dejarle nada a su hija. ¿Era injusto? Tal vez, porque al final del día, ella seguía siendo la pequeña bebé que él crió con tanto amor. Pero no podía importarle menos, su hija fue la que tomó esas decisiones, y pronto será momento de que acepte las consecuencias de sus actos.

—Papi, hoy tengo el día libre, ¿Qué te parece si nos vamos a cenar a algún restaurante lujoso? –Preguntó Tania, su hija, mientras lo miraba con ojos de cachorrito, los mismos que en el pasado le habrían hecho aceptar solo para complacer a su bebé, pero ya no más. La venda en sus ojos se había caído, y ahora solo sentía rechazo absoluto ante la mujer que está frente a él–.

—Tengo que trabajar doble turno hoy.

—¿Y no puedes faltar hoy? Hace mucho que no pasamos tiempo juntos, papá.

Si, era cierto, ambos no habían pasado tiempo juntos desde mucho antes de que Octavio supiera que su hija era la amante de su profesor. Él simplemente podría acceder y pasar tiempo con su hija, como antes. Pero no iba a hacerlo, no, porque ahora todo lo que sentía por ella era rechazo.

—Ya dije lo que tenía que decir, Tania.

Sin agregar nada más, el hombre fue a ducharse, esperando a que su hija se fuera de la casa como siempre solía hacer cuando estaba molesta. Y así lo hizo, llamó a Lucas, quien estaba a punto de sentarse a pasar un poco de tiempo con su hijo.

Le explicó la situación y, como todo hombre infiel, decidió aceptar ir a consolar a su amante, quien se sentía triste. En lugar de pasar tiempo con su familia.

—Daniel, discúlpame, tengo trabajo que hacer.

Su hijo, simplemente lo miró en silencio y luego se levantó, dirigiéndose a su habitación. Era un niño, pero no era estúpido, entendía perfectamente lo que ocurría, sin mencionar que sabía que su padre le era infiel a su madre, pues vio las fotos que Tania le enviaba a su madre.

Por un segundo, Lucas sintió la necesidad de quedarse y cumplir su palabra para con su hijo, pero Tania seguía insistiendo, por lo que la eligió a ella, como siempre. Porque lo que menos quería era tener que soportar a María y ahora el capricho de un hijo que ni siquiera quiso tener.

María lo vio partir, sin despedirse. Sabía a dónde iba, también porque Tania ya le había avisado que hoy se vería con su esposo.

Tomó el teléfono y le avisó a Octavio que Lucas había ido a verse con su hija. Fue entonces cuando Octavio le propuso algo.

—¿Qué opinas de qué vayamos al cine? Tú, yo y tu hijo.

Ella se sorprendió, era un gran paso, pues todo esto era por venganza, ¿Verdad? Iba a negarse, pero al ver la cara de decepción de Daniel, no pudo negarse. Aceptó, tanto ella como su hijo, fueron al cine con Octavio, ¿Y qué creen? La pasaron de maravilla.

Maria nunca había visto a su hijo tan feliz como ese día. Pronto el pequeño Daniel dejó de preguntar por su padre, y comenzó a preguntar únicamente por Octavio.

Eso se debe a qué Octavio se volvió la única figura masculina presente en su vida, lo llevaba a la escuela, jugaban juntos en el parque, hasta hablaban juntos por teléfono. Se creó un vínculo que ni siquiera su verdadero padre tenía.

^^^~Tiempo Actual~^^^

—¡¿QUÉ MIERDA SIGNIFICA ESTO, MARÍA?! –gritó el hombre con rabia, pues no podía creer lo que veía. Su esposa, dejó de besar a Octavio y miró a su marido con una expresión placentera y una leve sonrisa de satisfacción–.

—Oh, ya llegaste querido, ¿Te divertiste en Italia? –preguntó entre jadeos, mientras el hombre entre sus piernas se apartaba lentamente, sonriendo arrogantemente–.

Lucas no podía creer lo que veía, ella no sólo le estaba siendo infiel en su propia cara, casa y cama, sino que también parecía no importarle en absoluto.

—¿Cómo...? ¡¿CÓMO TE ATREVISTE A HACERME ESTO?! ¡SOY TU ESPOSO Y MEREZCO RESPETO?! –espetó, acercándose con furia para poder abofetearla, pero Octavio se interpuso, bloqueando su camino–.

—¿Por qué haces tanto escándalo, Lucas? ¿Te molesta que haga exactamente lo mismo que tú?

Él se puso pálido, pero intentó mantener la calma, porque no había forma de que ella supiera de su doble vida.

—No sé de qué estas hablando, ¡ME MATO TRABAJANDO DÍA Y NOCHE, MIENTRAS QUE TÚ TE ACUESTAS CON OTRO HOMBRE!

—Lucas –dijo ella, con voz gélida, lo cuál le hizo callar al instante, pues ella nunca le había hablado de ese modo–. No quieras verme la cara de estúpida. Sofía, Carolina, Scarlet, Johana, esos son los nombres de tus estudiantes, las mismas con las que tuviste sexo en estos meses.

Él quedó en shock, ¿Cómo podía ella saber todo eso?

—C-Cariño, no es así, yo no...

—Y por último, la amante del momento, la misma con la que quieres casarte y hasta tener hijos, ¿Cómo se llamaba? Ah, si, Tania. La misma amante con la que quedaste por meses, siendo fiel a ella, diciéndole que querías que ella tuviera tu hijo, también le dijiste que querías que ella fuera tu esposa, en lugar de mí, ¿No es así?

La cara de Lucas era un poema, nunca había sentido tanto miedo como en ese momento. Su cuerpo empezó a temblar y sudar, trató de acercarse, pero una vez más, Octavio no se lo permitió.

—María, mí amor, no es así... E-Escuchame, ¿De acuerdo? No sé que te dijeron esas mujeres, pero todo es mentira. Soy tu esposo, debes confiar en mí.

—No se trata de lo que dijeron, Lucas. Se trata de lo que yo misma he visto todo este tiempo. Fotos, videos, mensajes, audios, todo lo he visto yo misma.

—N-No cariño, estás mal, te lo juro. No hay nada entre esas chicas y yo...

—Quiero el divorcio, Lucas.