NovelToon NovelToon
Por Ella...

Por Ella...

Status: Terminada
Genre:Romance / Mujer poderosa / Madre soltera / Completas
Popularitas:572
Nilai: 5
nombre de autor: Tânia Vacario

Ella creyó en el amor, pero fue descartada como si no fuera más que un montón de basura. Laura Moura, a sus 23 años, lleva una vida cercana a la miseria, pero no deja que falte lo básico para su pequeña hija, Maria Eduarda, de 3 años.

Fue mientras regresaba de la discoteca donde trabajaba que encontró a un hombre herido: Rodrigo Medeiros López, un español conocido en Madrid por su crueldad.

Así fue como la vida de Laura cambió por completo…

NovelToon tiene autorización de Tânia Vacario para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 20

El amanecer llegó con una brisa suave que se infiltraba por las ventanas del apartamento. Laura se despertó antes que todos, con el corazón acelerado y una mezcla de emociones que oscilaban entre ansiedad e incredulidad. Miró alrededor y observó las maletas listas, los juguetes de Duda cuidadosamente acomodados en una de las bolsas y a la pequeña durmiendo al lado de Doña Zuleide en el sofá.

Ella ya había entregado el apartamento al arrendatario y se había deshecho de muchas de sus cosas que de nada servirían en su nueva vida. Doña Zuleide también había puesto el apartamento en alquiler. Juntó solo algunas fotos y, por lo demás, se deshizo de todo. Aquella señora estaba entusiasmada por vivir una vida nueva, en un lugar diferente...

Respiró hondo. Estaba a punto de embarcarse en una nueva vida. Iba a casarse con un hombre que mal conocía, solo por un contrato de un año, pero que había sido la única persona en extender la mano cuando todo parecía desmoronarse.

Rodrigo era un misterio.

Un hombre que había surgido de la nada y ahora se había convertido en la parte crucial de su vida y de la vida de su hija.

A finales de la mañana, un convoy de coches blindados llegó a la puerta del edificio. Los guardias de seguridad, discretos, se encargaron de todo. Rodrigo llegó un poco después, impecable como siempre, con un traje casual claro y gafas de sol. Saludó a Laura con un asentimiento de cabeza y sonrió levemente al ver a Duda corriendo para abrazarlo.

—¿Estás lista para volar, pequeña? —preguntó él, agachándose a la altura de la niña.

—¿Voy en el avión grandote? —dijo ella, maravillada.

—En un avión solo nuestro —respondió él, sonriendo—. Con derecho a ventanilla solo para ti.

Laura observaba la escena en silencio, emocionada. Rodrigo sostenía la mano de su hija con tanto cariño y naturalidad, que era imposible no preguntarse quién era realmente detrás de aquella mirada firme y aquella presencia autoritaria.

Doña Zuleide, por su parte, estaba animada. Vestía un conjunto nuevo, comprado especialmente para el viaje, y reía mientras comprobaba los documentos y los billetes organizados por Carlos.

—Imagínate, Laura... Yo, que nunca he salido de Brasil, ahora voy a parar en España. ¡Quién lo diría! —dijo, ajustándose el pañuelo en el cabello—. Esta niña aún llegará lejos, y tú junto.

Rodrigo se acercó y ofreció el brazo a Laura, que vaciló por un segundo, pero aceptó. Los dos siguieron hacia el coche. En el camino hasta el aeropuerto, el silencio reinó, solo interrumpido por comentarios entusiastas de Duda sobre el cielo, los pájaros y las nubes.

Al llegar al hangar privado del aeropuerto de Galeão, la grandiosidad del jet particular impresionó a Laura. Ella nunca había estado tan cerca de algo tan lujoso. El avión brillaba bajo el sol de la mañana, con detalles metálicos y cristales oscuros. Carlos, el brazo derecho de Rodrigo, observaba todo con atención, especialmente la manera en que su jefe sonreía al tomar a la niña en brazos y mostrarle las alas de la aeronave.

—Ese hombre ha cambiado —murmuró Carlos a uno de los guardias de seguridad—. Nunca lo he visto encariñarse con alguien así, mucho menos con una niña.

Rodrigo parecía totalmente a gusto al mostrar el interior del jet a Laura y a la pequeña. Sofás de cuero beige, sillones reclinables, una pequeña cocina e incluso una suite en la parte trasera. Duda corrió de un lado para otro, maravillada.

—¿Puedo dormir aquí? —preguntó ella, señalando la cama con sábanas blancas muy entusiasmada.

—Puedes, sí —dijo Rodrigo—. Esa cama será solo tuya durante el vuelo.

El embarque fue tranquilo. Laura se sentó cerca de la ventana con Duda a su lado. Doña Zuleide se quedó en otro sillón cómodo admirando todo con los ojos aguados.

—Parece cosa de telenovela, niña... —susurró ella a Laura—. Pero es real de verdad.

Mientras los motores se encendían y el avión comenzaba a desplazarse por la pista, Laura miró a Rodrigo, que leía algunos papeles con seriedad. Pensaba en cómo aquel hombre, tan misterioso y poderoso, ahora formaría parte de su vida por, al menos, un año.

"¿Será que aguanto vivir en un mundo como el suyo?"

"Y después de esto, ¿qué será de nosotros?"

Esas preguntas martilleaban la cabeza de Laura, pero ella sabía que nada podría ser peor que perder a María Eduarda.

El avión despegó, y con él, todos los temores y esperanzas de Laura. Era un nuevo capítulo, una nueva oportunidad. La madre, la mujer, la guerrera que siempre luchó sola, ahora volaba en dirección a lo desconocido.

Durante el vuelo, Rodrigo demostraba una paciencia que impresionaba hasta a sus propios empleados. Duda se durmió acurrucada en su pecho, y él se quedó allí, inmóvil, mirando el rostro tranquilo de la niña como si fuera un tesoro que necesitaba proteger.

Carlos Sánchez, siempre atento, se acercó a Rodrigo durante un momento más tranquilo y preguntó:

—Señor, ¿puedo hacer una pregunta?

—Diga, Carlos.

—¿Qué pretende exactamente con esa mujer y esa niña?

Rodrigo miró por la ventana antes de responder.

—No tengo todas las respuestas aún. Solo sé que, por ahora, ellas están bajo mi protección. Las tres. Y eso es todo lo que importa.

Carlos asintió, pero no consiguió esconder la inquietud. Conocía a Rodrigo desde que era solo un chico rebelde, siendo preparado para asumir negocios pesados. Y ahora allí estaba él, cargando a una niña en brazos como si fuera suya.

Horas después, cuando el jet comenzó a descender en Madrid, Laura sentía el estómago revuelto. Era el miedo... el frío en la barriga...

Rodrigo, percibiendo su tensión, le tomó la mano discretamente.

—Todo saldrá bien —dijo él, con firmeza.

Ella solo asintió, sin tener certeza de lo que sentía. Pero algo dentro de ella decía que, por primera vez, tal vez ella y su hija, habían encontrado un puerto seguro.

El avión aterrizó suavemente. Del lado de fuera, coches de lujo los aguardaban. Guardias de seguridad españoles sustituyeron a los brasileños, y el protocolo cambió. Rodrigo ahora asumía completamente su posición de poder.

—Bienvenidos a España —dijo él, con una sonrisa calma—. Ahora comienza una nueva etapa. Y voy a cumplir cada palabra de lo que prometí —su voz era profunda y su mirada escudriñaba la de ella.

Laura respiró hondo, tomó las manos de Duda y bajó las escaleras del avión con la cabeza erguida, recordando muy bien las lecciones de su madre. Una nueva vida los aguardaba, y el destino, por más imprevisible que fuera, ahora estaba entrelazado con aquel hombre que había surgido de la nada y lo había puesto todo patas arriba.

Así comenzó la nueva jornada de Laura, Zuleide y Duda. No solo en un nuevo país, sino en un mundo completamente diferente de todo lo que ya conocieron.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play