Ella lo ama a pesar del a gran diferencia de edad.
Él solo la ve como su hermanita menor.
¿Podrá triunfar el amor?
Para quienes han leído Rosas Amarillas esta es la historia de Cameron y Lizet desde que la llama creció en el corazón de una pequeña adolescente.
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Milán
La reunión cada vez se ponía mejor, Lion se lució explicando el proyecto y los inversores estaban más que felices con la propuesta de esta nueva cadena hotelera, los números eran más que satisfactorios para ambas partes.
Cada tanto observaba a su amigo, este tenía le cabello un tanto revuelto, la corbata de costado y aún permanecía con las gafas. Este definitivamente no era el Cameron que él conocía.
La reunión termino, un fuerte apretón de manos sello la feliz cooperación y como siempre acordaron como seguirían avanzando de ahí en más-
Poco a poco todos volvieron a su lugar de trabajo, Cameron no fue la excepción camino a su oficina y antes de entrar le pidió a su secretaria un café fuerte, realmente lo necesitaba.
Camino hasta el sofá en tonos grises que era parte de su oficina y se arrojó cansado, aun se repetía uno y otra vez las palabras de Lizet.
“…con quien hable, con quien desee estar e incluso con quien duerma, no es tu problema…”
-¡¡Si es mi `problema!! – grito furioso, dando un golpe a la pequeña mesa de café.
-Lo lamento- la voz temerosa de Carolina irrumpió, la pobre estaba en la puerta temblando con el café en la mano, jamás había visto a su jefe así, Cameron era serio y profesional, pero nunca lo oyó gritar como ahora. -
-Tranquila- rápidamente se puso de pie y tomo el pocillo pues esa mujer iba derrámenlo de tanto temblar.
-No quise interrumpir, perdón por no golpear. La voz suave y temblorosa abandono los labios de la mujer.
-Tranquila Carolina, estoy estresado por una situación personal, disculpa si te asuste- Cameron sonrió tratando de tranquilizar a la pequeña mujer frente a él.
-No hay problema Señor, todos tenemos problemas a veces, solo no se dé por vencido, usted es muy exitoso y eso no es solo por su capacidad, sino por su perseverancia.
La mujer le regalo una amplia sonrisa y se mostró calma, para Cameron esas palabras fueron un bálsamo.
-Gracias, ahora tomate una hora de descanso, lo mereces por tener un jefe gruñón- Cameron palmeo suavemente el hombro de la mujer que asintió dejándolo solo.
Camino a su escrito y se sentó pensando en que debía hacer. Ir a buscarla era una opción, aunque lulú podría rechazarlo y razones tenia, muchas, a decir verdad.
Por otra parte, tendría que pensar que inventar, hablar con Lion seria todo un desafío, este querría saber por qué viajaría.
-Vacaciones – pensó, luego negó con la cabeza, jamás las tomabas porque ahora y porque Milán.
-Piensa, vamos piensa- susurro tomado el café para llevarlo a sus labios.
-toc, toc
-Adelante. Frunció las cejas cuando el café amargo atravesó su garganta.
-¿Cómo está mi gran amigo? Lion entro con gran sonrisa, y Cameron lo conocía a la perfección.
-No- dejo salir firme
-¿Qué? No dije nada aun susurro- se sentó frente a él acomodando su corbata a rayas negra y gris-
-Te conozco Lion, y mi respuesta a lo que sea seguirá siendo no- Cameron levanto una ceja aclarando su posición.
-Dime, - cambio de tema debía preparar el terreno-
-mmm- dejo salir Cameron dando otro sorbo.
-¿Con quién dormiste anoche?, porque mierda, fue muy bueno para dejarte en ese estado- aplaudió pausadamente.
Cameron rodo los ojos y negó.
-Vamos no me molesta, pero desde que rompiste con Nicol no te he visto con ninguna mujer, pensé que decidiste unirte al celibato-
-Celibato yo?- Cameron rio- si pisara un monasterio me prendería fuego – ambos soltaron una carcajada sonora-
-Bien por fin mi amigo ha vuelto- Lion lo observo fijamente, noto el cambio de actitud de Cameron, erróneamente creyó que el rompimiento con Nicol lo había afectado y cuando intentaba hablar del tema este lo evadía. Hoy después de mucho tiempo sintió que su risa era sincera.
-E y no digas idioteces, siempre estuve aquí, ahora dime ¿Qué quieres? - busco cambiar de tema.
-Necesito que viajes, para cerrar algunos detalles, sabes que no me gusta alejarme de mis princesas y pensé que te vendría bien nuevos aires- Lion unió sus manos rogando un sí.
-No quiero, lo lamento, manda a Marcus, debo. debo- Cameron buscaba que inventar, necesitaba buscar a Lizet.
-Cameron por favor, Marcus es bueno, pero no es tu.
-Lion no además a ¿Dónde piensas mandarme? la última vez morí de calor en los Emiratos árabes, es mi última palabra- llevo el café a sus labios
Lion se puso de pie derrotado. Bien hablare con Marcus, espero pueda partir el viernes a Milán
Cameron abrió sus ojos y el café se desvió en su garganta provocando que lo escupirá por todo el escritorio
COF, COF
Lion corrió detrás y lo palmeo varias veces- respira amigo, ya sabía, algún día esos cafés amargos, te harían mal, toma le paso un pañuelo-
- Milán- logro decir casi atorándose-
- Si, a donde más, es que esta mañana no viste con quien firmamos la cooperación, ¡¡ Dios Cameron!!- Grito -evita madrugar, nuestros inversionistas son de Italia; pero no te preocupes ya entendí, no quieres ir, le diré a Marcus.
Lion camino por la oficina quejándose- Tú lo conoces quiere todo con un mes de anticipación, espero esté listo para viajar en siete días, - Toma el agua- Lion le paso un baso
- -Gracias- Cameron trato de no mostrarse tan entusiasmado, aunque por dentro gritaba de felicidad.
- Sabes tienes razón, Marcus es muy complicado, lo hare- dijo serio
- Si, eres el mejor, sabía que podía contar contigo- Lion palmeo fuertemente la espalda de su amigo.
- -Le diré a Patrick que se encargue de los pápeles y tu estadía Estaba eufórico
- Tu solo empaca tus valijas, en siete días Milán te espera- Su amigo camino entusiasmado hasta la puerta, pero sosteniendo el picaporte, volteo nuevamente.
Cameron elevo ambas manos cerras en punió y festejaba en silencio, pero al ver los verdes ojos de su amigo fingió estirarse.
- ¿Que? Pregunto sacando a Lion de su pose graciosa, este tenía la cabeza de costado y sus cejas fruncida, tratando de entender al grandote.
- Estaba pensando, podrías ver Lizet. La mirada inocente de Lion fue un puñal para Cameron
- -No sé, tu sabes cómo son los negocios. Carraspeo falsamente. Lion volvió hasta el escritorio, apoyo ambas manos en él, su cuerpo se inclinó ligeramente acercando su rostro al Cameron que trago duro.
-Lo es todo.