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En Las Garras Del Destino

En Las Garras Del Destino

Status: En proceso
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Diferencia de edad / Triángulo amoroso
Popularitas:2.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Daemin

Anastasia Volkova, una joven de 24 años de una distinguida familia de la alta sociedad rusa vive en un mundo de lujos y privilegios. Su vida da un giro inesperado cuando la mala gestión empresarial de su padre lleva a la familia a tener grandes pérdidas. Desesperado y sin escrúpulos, su padre hace un trato con Nikolái Ivanov, el implacable jefe de la mafia de Moscú, entregando a su hija como garantía para saldar sus deudas.
Nikolái Ivanov es un hombre serio, frío y orgulloso, cuya vida gira en torno al poder y el control. Su hermano menor, Dmitri Ivanov, es su contraparte: detallista, relajado y más accesible. Juntos, gobiernan el submundo criminal de la ciudad con mano de hierro. Atrapada en este oscuro mundo, Anastasia se enfrenta a una realidad que nunca había imaginado.
A medida que se adapta a su nueva vida en la mansión de los Ivanov, Anastasia debe navegar entre la crueldad de Nikolái y la inesperada bondad de Dmitri.

NovelToon tiene autorización de Daemin para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 20: Olor a traición

[POV' Nikolai]

—Alexéi, limpia el lugar —ordené, apretando los dientes.

—Ya está el equipo en camino. Tomas, Igor y Sergei se quedan a quemar todo.

Asentí.

Me dolía hasta el alma. El costado ardía como si me estuvieran quemando desde dentro. Sentía el calor húmedo de la sangre pegándose a la piel, bajándome por la cintura.

Dmitri me vio al subir a la camioneta. No dijo nada. Solo me lanzó una botella de agua mientras me empujaba al asiento.

—Te estás poniendo lento, hermano —soltó, como si fuera un mal chiste.

—hablás demasiado.

Cerré los ojos un segundo.

Respiré hondo.

La herida no era grave. No iba a morir… pero sí iba a joder. Y bastante.

Lev estaba inconsciente. Atado, con el rostro partido, al fondo del vehículo que iba detrás.

La noche en la carretera fue larga.

Llegamos a la mansión.

Las luces nos cegaron un segundo. Apenas bajé del auto, sentí cómo las piernas me pesaban.

—Llévenlo al sótano.

Di dos pasos. Alexéi me sostuvo un momento.

—No estás bien —me dijo.

—Solo necesito una ducha. Y que alguien cierre esta maldita herida.

—¿Y si se infecta?

—Me han infectado cosas peores —gruñí.

Crucé el jardín sin decir palabra.

Entré por la puerta principal.

Y el silencio me golpeó primero.

Ese silencio elegante que solo tienen las casas donde nadie duerme tranquilo.

Avancé por el pasillo hacia la sala. Cada paso me recordaba que seguía sangrando. Que la ropa ya estaba pegada a la piel. Que el costado me ardía como si me estuvieran arrancando la carne con una navaja oxidada.

Pero seguí.

No me iba a detener.

Y entonces la vi.

Anastasia.

Estaba en la cocina, de espaldas, tomando agua. Llevaba una pijama corta de seda negra, abierta por la espalda, ajustada en la cintura. Las piernas al descubierto. El cabello suelto. Todo en ella era una provocación. Era ese tipo de sensualidad que jode la cabeza. Que te atrapa sin permiso.

Ella se giró con el vaso en la mano.

Y me vio.

Se quedó helada.

—¿Nikolái?

Su voz se quebró apenas.

Sus ojos bajaron. Vieron la sangre. El costado empapado. La mano presionando fuerte. La pistola en la otra. El rostro sin una sola emoción.

—¿Qué… qué te pasó?

No respondí.

Caminé hasta el centro de la sala. Dejé la pistola sobre la mesa como si fuera un encendedor cualquiera. Apreté más la herida. La sangre goteó al suelo.

—¿Te dispararon? —preguntó, esta vez más alto, con el vaso temblando en los dedos.

Asentí apenas, sin drama.

—Fue un mal negocio. Pero ya está.

Ella dio dos pasos hacia mí.

Casi sin pensarlo.

—Estás sangrando mucho…

—Lo sé.

—¿Y por qué no te dejaste atender?

La miré.

Tenía los labios entreabiertos. El ceño fruncido. Y esa mirada que mezcla rabia con algo que no quiere aceptar: miedo.

—Porque primero quería ver a ese bastardo arrastrarse —dije, seco—. Ya está en el sótano.

Ella se acercó un poco más. Estiró una mano hacia mi camisa desgarrada. Yo no me moví.

—Estás empapado… —susurró—. Esto no es un rasguño, Nikolái. Esto es una herida.

—Y sigo de pie.

—¡No es normal! —espetó—. ¡Estás actuando como si nada! ¡Mirá cómo estás!

Yo solo la observé.

Como si verla a ella, parada frente a mí, medio desnuda, con la respiración agitada y la mirada rota, doliera más que la bala.

—¿Por qué te preocupa? —pregunté en voz baja.

Ella tragó saliva.

—Porque no quiero que te mueras.

La miré, sin decir nada. Me pareció curioso.

Curioso cómo se le quebraba la voz, cómo me miraba como si importara más de lo que debería.

—¿Eso es todo? —le solté, sin cambiar el tono—. ¿No quieres que me muera?

Ella frunció el ceño, molesta. Pero no se fue.

—Estoy diciendo que no me da ganas de encontrarte tirado como un perro.

—Qué amable de tu parte.

Ella no dijo nada más.

Se giró, molesta, con el vaso aún en la mano, y caminó hacia el pasillo. Pero antes de desaparecer, soltó entre dientes:

—No te muevas. Voy por el botiquín.

Yo ni me inmuté.

Solo me giré hacia la sala y me dejé caer en el sillón más cercano, frente a la chimenea. La herida me ardía como el infierno, pero el calor del fuego servía para disimular el dolor… o al menos para distraerlo.

Apoyé el codo en el brazo del sofá. Dejé que la cabeza cayera hacia atrás por un segundo, con los ojos cerrados.

Pensar en lo que pasó no me servía.

No soy de los que reviven el tiroteo en la cabeza ni se preguntan por qué salió mal. A los traidores se los mata, a los errores se los entierra, y al dolor se lo ignora. Punto.

Pero lo que sí me entretiene… es lo que viene después.

Escuché sus pasos regresar. No se apresuraba, pero tampoco dudaba. Cuando entró de nuevo en la sala, vi que traía el botiquín con una toalla encima.

Se arrodilló frente a mí sin decir una sola palabra.

—¿Eso es una fantasía médica o de verdad quieres curarme? —pregunté, sin sarcasmo, solo por joderla.

—Callate —dijo, abriendo el botiquín.

Levanté un poco el brazo izquierdo para que pudiera acceder a la herida. Ella se acercó y comenzó a cortar la camisa con unas tijeras. La tela se abrió con facilidad, dejando al descubierto la piel enrojecida, el impacto, la sangre.

No se asustó.

Pero vi cómo apretaba los labios.

—Podrías haberte desangrado —murmuró.

—Pero no lo hice.

—Por ahora.

Ella limpió la herida con algo de fuerza. Lo suficiente para hacerme apretar la mandíbula.

—¿Lo estás disfrutando? —le pregunté.

—Sí —respondió, sin mirarme.

Ni se inmutó mientras aplicaba el antiséptico. Ni cuando empezó a vendarme el costado con cuidado. Sus manos eran firmes. Frías.

Cuando terminó, guardó todo sin decir una sola palabra. Cerró el botiquín. Se levantó. Me miró apenas. Y sin esperar respuesta, soltó:

—Buenas noches.

Y se fue.

Subió las escaleras sin apurarse. Sin mirar atrás.

Yo me quedé sentado frente a la chimenea, con la venda nueva, el cuerpo ardiendo y una sonrisa mínima en los labios.

...----------------...

[8:30 a.m.]

El sótano olía a sangre vieja, a metal. Ese tipo de olor que se te pega en la garganta aunque no abras la boca.

Lev estaba atado a una silla, los brazos detrás, la cara hecha mierda, un ojo completamente cerrado y la boca hinchada. El cuerpo cubierto de moretones y la herida de la pierna aún abierta.

No se inmutó al verme entrar. Ni parpadeó. Solo ladeó la cabeza con esa sonrisa torcida que solía usar cuando trabajaba para mí.

—Qué honor… ¿vino el zar en persona? Pensé que ibas a mandar a Dmitri a romperme los huesos.

No le respondí. Lo observé de arriba abajo. Él escupió sangre al costado, con tranquilidad.

—¿Qué pasa, no te gustó que te pusieran la trampa en la cara? ¿Te jodió que te usaran como a un pendejo?

Me paré frente a él.

—Abre la boca otra vez, Lev… y te arranco la lengua con las manos.

Él se rió, seco, con los labios rotos.

—Ahí está. Ese es el Nikolái que extrañaba.

Me agaché frente a él. Lo miré a los ojos.

—Dime con quién hablaste. Y quizás solo te arranque los dedos.

—¿De verdad creés que esto fue por mí? Yo solo abrí la puerta, jefe. El resto ya estaba adentro. Solo esperaban que te dieras la vuelta.

—¿Quién?

—Ya sabes quién. Pero no lo querés decir… porque te molesta hasta pensarlo.

Me acerqué más.

—Dilo.

—¿Y si no lo digo qué? ¿Me das veneno? —se rió, se ahogó con su propia sangre—. No seas ridículo, Nikolái. Esto no se arregla con balas. Esto ya empezó… y tú ni enterado.

—No me jodas, Lev. No te hagás el valiente. A ti te pagaron. Y soltaste la lengua.

—¡Claro que hablé! —me escupió cerca del zapato—. ¡Hablé de ti, de tu gente, de tu sistema de mierda! Porque estoy harto de tragar mientras tú te sentabas en tu trono a mirar cómo todos se rompían el lomo. Así que sí, los vendí. Y lo volvería a hacer, ¿me oíste?

Me enderecé. Saqué el arma del cinturón y la dejé en la mesa. Que suene. Solo para que escuche el metal.

—Te creés con cojones, pero solo eres un peón con delirio de grandeza. ¿Quieren guerra? Van a tenerla. Pero tu no la vas a ver.

Lev se rió con los labios partidos. Le dolía respirar, pero seguía sonriendo. Ese hijo de puta sabía algo. Y lo estaba disfrutando.

—¿Quieres entender lo que está pasando? Abre bien los oídos. No te lo voy a repetir.

No dije nada. Solo lo miré.

—Esto no empezó con los Borodin. Ni con los italianos. Ni con lo que viste ayer. Esto empezó cuando uno de los tuyos… le vendió el alma a alguien más grande que tú.

Me quedé quieto.

—¿Quién?

—Uno que se sienta en tu mesa. Que escucha todo. Que sonríe. Y que mientras tú confiás… le está entregando tus rutas, tus hombres y tus movimientos a gente que no vas a poder ni tocar.

—¿Qué gente?

—Gente que conoces. Gente que compra. Que mueve bancos, gobiernos y armas con la misma mano. Y que lleva años esperando el momento de hacerlos sangrar desde adentro.

—¿Qué quieren?

—Todo. Te quieren fuera del mapa. Quieren borrar tu apellido, tus rutas, tus contactos… y hacer que parezca que vos lo entregaste todo por decisión propia.

No hablé.

—Aún tienes la corona… pero hace rato que el juego se está jugando en otra mesa.

Escupió al suelo. Tosió. Luego alzó la cabeza, sin miedo, mirándome directo.

—¿Querías guerra? Ya empezó, Kolya. Y ni siquiera sabes de qué lado estás peleando.

Me quedé en silencio.

Caminé hasta la mesa, recogí el arma con calma. La sostuve un segundo entre los dedos, como si pesara menos que mi paciencia.

Me acerqué a él. Lo miré sin apuro.

Y justo antes de levantar la punta hacia su cabeza, me agaché a su altura.

Le hablé al oído.

—Gracias por confirmar que hay un traidor.

Lev me miró. Por primera vez, la sonrisa se le

congeló.

Me incorporé de nuevo.

¡BANG!

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😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
gracias autora por otra vez mostrar a los de está historia.. me gustó mucho que esta vez le colocarás rostro al papá de Nikolai.. al viejo sin vergüenza jajajaja.. al pica flor.. y es que está como los hijos. buenote 🤣🤣😂😂🤗🤗
MinDae: Me alegro de que te haya gustado ☺️🫶🏻
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😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
el que está libre de pecado que tire la primera piedra... más claro de lo que les hablo Nikolai imposible.. 😵‍💫😵‍💫😏😏
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
te quieren destronar Niko.. y quién será ese traidor tan cerca de ti.!!!! 😐😐
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
😱😱😱 que Nikolai herido.. nooooo.!!!
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
sinceramente me encanta tu historia. te lo he dicho desde que la empecé a leer.. Pero sería mucho pedir que nos regales un maratón jajajajaja.. 🤭🤭🤗🤗☺️☺️
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪: jajajaja sería buenísimo.. me encanta el suspenso que llega tu historia. 🫶🏻
MinDae: en esa estoy no te preocupes 😉
total 2 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
que bueno que ya estás aquí nuevamente autora.. ahora sí, plis deleitanos con más capitulos. mira que los extrañé jajajaja ☺️☺️😎😎
Bianca Diaz Quiroz
yo si te estrañe y me alegro que vuelvas a escribir , pero igual disfruta tus vacaciones 🫰🏻
MinDae: yo también las extrañé un montón! 🥹💛 Para mí, disfrutar de estas mini vacaciones es justamente eso: poder volver a escribir y subir capítulos para ustedes.😌
total 1 replies
Irazu Díaz
tranquila no te estreses , concéntrate en lo mas importante (tus estudios ) y obvio como cada capitulo que nos regalas es muy intrigante me encanta toda via ay muchos secretos x descubrir para entender la historia, animo 👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻🫰🏻🫶🏼
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
😱😱 tía al rescate.!!!
Mauge Albornoz Diaz: hay está historia está buenísima felicidades autora!!
total 1 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
tranquila autora, te entiendo. pero no te creas si había falta que actualizaras... extrañaba leer lo que seguía a continuación.!!!! y ese Dmitri también quiere probar lo del hermano.. ya veo por dónde va la cosa y como que será un amor de 3 🫣🫣🤦🏻‍♀️🤦🏻‍♀️
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪: es que se nota que los 2 de cierto modo gustan de ella y la quieren proteger. y Anastasia bueno quedó perpleja jajaja.. me encanta tu historia te lo dije desde un principio. ☺️☺️
MinDae: 🤭 ay, esa mente tuya... me encanta que estés tan metida en la historia.
Pero tranquila, que aquí nada es casualidad. Dmitri no da un paso sin motivo… y Nikolai tampoco.

¿Amor de 3? No sé...

No te adelanto nada. Pero te prometo que no vas a poder soltarlo.😏😈
total 2 replies
CHANCHI
POBRE ANASTASIA NO SABE PARA DONDE DISPARAR CN TANTOS HOMBRES 🤣🤣
Irazu Díaz
aparecieron los gemelos fuego , igual a nuestros protagonistas uno serio el otro Travieso 🥰
Irazu Díaz
no que no se comparte , respeta travieso ? Anastasia que vas aser con semejantes bombones , son hermanos acuerdate tienes para escoger 🤤
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
🥳🥳🥳🥳🥳 ya por lo menos le dió el primer beso. Dios que más nos esperará en esta trama 😎😎🫣🫣
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
me encanta el descaro de Dmitri. y el temple de macho alfa de Nikolai. y que bueno que dentro de todo Anastasia medio se adapté a la vida que le tocó. amó tu novela. actualiza por favor jajajaja 😅😅🫶🏻🫶🏻🤭🤭😊😊
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
nooo seas así.. me dejaste castigada por varios días jajaja. pero bueno entiendo las responsabilidades también. están súper los capítulos 🫶🏻😎
Irazu Díaz
ay x dios tu si sabes dejar con suspenso con mil emociones juntas , de verdad eres muy buena escritora me encanta el trabajo que ases
MinDae: Aww, gracias ☺️ esto me anima cada día ❤️
total 1 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
🫣🫣 Dmitri por Dios.!! 😱😱
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
no importa cuántos años tengo Nikolai me quedo con ese hombre frío jajaja.. pero se que Anastasia le va a derretir ese corazón de hielo.. gracias escritora... por favor regálame más capitulos plis 🫣🫣🤭🤭🙏🏻🙏🏻😎😎 ha faltó una foto del viejo picaflor el papá de Nikolai y Dmitri. jajajaja hubiese sido bueno verlo. 😂😂
MinDae: hay síii 😂😂 se me paso por hay lo presentaré 😄
total 1 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
y el papá viejo pero todo un picaflor 🤭🤭🤣🤣
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