soy un hombre del siglo XVII que oculta el hecho de que somos sexual para no ser encarcelado o asesinado, sin embargo, mientras voy por la calle veo una hermosa librería a la cual entro para buscar un libro, pero mientras estoy en mi búsqueda veo algo extraño en los estantes, meto mi mano y de la nada soy jalado a un mundo extraño el cual se parece mucho a lo que había leído sobre la china antigua, luego de levantarme y sacudirme un poco el polvo, un hombre llega en su caballo y de la nada pone su espada en mi cuello.
¿ Quién es este hombre?
¿ porque me apunta?
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¿estoy enfermo?
Una semana Luego de que Hua Cheng me llevara a vivir en su tienda, comencé a sentir malestares, al primero que vino a mí fue el dolor de cabeza severo, era tan insoportable que hacía que me retorciera en la cama, me permitía levantarme ni pensar, era tan horrible que hasta el mismo Hua Cheng se preocupó e hizo que me hicieran una medicina para controlar el dolor, unos días de luego de haber tomado aquella medicina el dolor de cabeza se fue, pero llegó un nuevo malestar, este hacía que devolviera toda la comida sin importar si era un simple pedazo de pan o un trozo de carne hasta las verduras no eran admitidas en mi estómago, era realmente incómodo el no poder comer nada y gracias a esto mi peso bajo mucho, Hua Cheng nuevamente consulto con uno de sus hombres y este hizo una medicina, pero esta no me sirvió de nada, ya que las nauseas y vómitos persistían.
Ese malestar me duró un mes y no pudo ser tratado con nada y debido a esto Hua Cheng envío una carta solicitando un médico y este llegó luego de tres semanas, en cuanto tomo mi pulso miró a Hua Cheng y le dijo:
-señor, el es un omega, cierto?
-si, ¿porque?, ¿tiene algo grave?
-no, señor, el joven esta en embarazo.
-que?
-si, está por cumplir 2 meses.
En cuanto escuche eso me desmaye, cuando abrí los ojos nuevamente, solo estaba Hua Cheng, él me ayudo a sentarme y luego dijo:
-alcanzaste a escuchar lo que dijo el doctor?
-si, pero creo que debió equivocarse, es imposible que esté embarazado.
-porque lo dices.
-pues es obvio, porque soy un hombre.
-te dije que eres un hombre omega y puedes concebir.
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Mis ojos se llenaron de lágrimas, Hua Cheng al verme así me abrazo y dijo:
-perdón, no quise hacerlo, si quieres podemos pedirle una receta al médico para que te deshagas del niño.
En cuanto él dijo eso, yo agarre mi vientre y con enojo dije:
-no, yo quiero a este bebé, no quiero abortarlo.
El sonrió, me tomó en sus brazos y luego comenzó a dar vueltas mientras reía, el estaba realmente feliz, mientras me daba vueltas dijo:
-seré papá, estoy realmente feliz, gracias, gracias(beso).
Luego de eso comencé a marearme, así que le di un par de palmaditas en el hombro izquierdo y le dije:
- Creo que me estoy mareando, me podrías bajar(arcada, -buagh).
Gracias a él sin número de vueltas que él me había dado, no pude aguantar las náuseas y vomité sobre él, en cuanto eso pasó me sentí realmente mal, ya que pensé que él se iba a enojar por lo que había sucedido, pero en vez de enojarse comenzó a reír, luego con suma delicadeza y paciencia limpio mi boca y me llevo al río para que me enjuagase y allí también él pudiese limpiar el desastre que yo había hecho, por pena no hable y me quede quieto aceptando su amabilidad, en cuanto ambos estuvimos limpios él no me dejó caminar y me llevó de nuevo en sus brazos hasta la tienda de campaña y ya estando allí salió por un rato para luego regresar con una bandeja llena de comida, luego la puso al lado de la cama, miró y me dijo:
- mi amor de ahora en más debes comer bien para que así tú y nuestro bebé estén fuertes y saludables.
Al escuchar lo amable que era conmigo las lágrimas comenzaron a brotar nuevamente y entre sollozos le dije:
-Hua Cheng, ¿no estás enojado por ensuciarte?
él sonrió de manera tierna con su mano derecha tocó suavemente mi rostro y mientras hacía eso me dijo:
- mi amor no importa si vomitas en mí o te vienes cuando te acaricio, porque tus fluidos no me dan asco, además sé muy bien que lo que sucedió fue a causa de nuestro bebé, por lo que no tengo por qué culparte o enojarme.
En ese momento sentí un cariño único hacia él y sin siquiera pensarlo, lo abracé, cerré los ojos y me refugié en su pecho, al escuchar su corazón y sentir su olor, me sentí tranquilo y protegido, él a su vez también me tomó en sus brazos y con su mano derecha tocó mi vientre mientras besaba mi mejilla, luego dijo:
-gracias por llegar a mi vida, juro que los protegere siempre, te amo mi Chen Chen.
