Daniel, un joven curioso, intenta robar un libro misterioso, pero todo sale mal y, en lugar de escapar, es transportado a Nova, un mundo maldito cubierto por agua. La única forma de regresar a su mundo es salvar Nova de la maldición, pero no será fácil. Enfrentará a poderosos enemigos y luchará por sobrevivir, mientras descubre secretos sobre el mundo y su propia tripulación. Con un futuro incierto, Daniel deberá encontrar una manera de romper la maldición y regresar a su hogar, antes de que sea demasiado tarde.
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Un golpe de realidad
El barco se acercaba lentamente a la costa de la ciudad donde Zeus, el temido pirata, había hecho su refugio. La tripulación estaba en silencio, cada uno con pensamientos propios mientras observaban cómo las aguas cristalinas se volvían más cercanas. En la cubierta, Daniel, quien ocupaba el cuerpo del capitán Steven, miraba hacia adelante con la sensación de que algo en el aire había cambiado. El viento soplaba con fuerza, llevando consigo la promesa de una confrontación inminente. Sabía que este encuentro no sería fácil, pero no estaba preparado para lo que estaba por suceder.
"Ya casi estamos ahí", murmuró Daniel, sin embargo, su voz se mezcló con el sonido de las olas rompiendo contra el casco del barco. La sensación de anticipación era palpable, y ni siquiera Josh, en el cuerpo del comandante Naou, dijo palabra alguna. Los dos sabían que algo peligroso los esperaba, pero la incertidumbre les recorría por igual. Sabían de la reputación de Zeus, pero ver su presencia de cerca era algo completamente diferente.
Cuando el barco finalmente tocó tierra y los tripulantes pusieron pie en la costa, Daniel sintió cómo una extraña presión le oprimía el pecho. La ciudad que se extendía ante él no era como las demás que habían visitado: las calles eran oscuras, las casas derruidas, y una sombra oscura parecía envolver cada rincón. Zeus era conocido por ser un pirata despiadado, pero este lugar se sentía diferente, como si estuviera marcado por algo aún más oscuro que su propia fama.
De repente, antes de que pudieran avanzar más, una figura colosal emergió de entre las sombras. Era un hombre alto, de musculatura imponente, con una barba larga y enmarañada. Su presencia irradiaba una aura de poder tan fuerte que parecía que el aire mismo temblaba a su alrededor. La figura era inconfundible: Zeus, el pirata legendario.
Daniel, en el cuerpo del capitán Steven, no pudo evitar sentirse pequeño ante la figura que tenía enfrente. El aura que emanaba Zeus era tan intensa que parecía envolver todo a su alrededor. Josh, en el cuerpo de Naou, también lo notó y se quedó paralizado, observando cómo el pirata avanzaba hacia ellos con pasos firmes. En su interior, sentía el peligro inminente.
Zeus no dijo una sola palabra, pero su mirada era tan penetrante que parecía que pudiera ver a través de Daniel, como si supiera exactamente quién era, aunque este no estuviera en su cuerpo original. Con una rapidez sorprendente, Zeus extendió su mano y, antes de que Daniel pudiera reaccionar, lo tomó por la cabeza con una fuerza brutal. El cuerpo de Steven, que aún era fuerte, fue levantado sin esfuerzo y lanzado con violencia contra una de las casas cercanas.
El impacto fue brutal. Daniel sintió como si todo su cuerpo se hubiera comprimido, el crujir de sus huesos resonando en sus oídos. El dolor fue inmenso, pero cuando sus ojos se abrieron, se dio cuenta de que algo extraño ocurría. Su cuerpo, el cuerpo de Steven, no se había roto. Aunque el golpe había sido devastador, no sentía fracturas, ni huesos rotos, ni lesiones graves. Por alguna razón, su cuerpo parecía más resistente de lo que había supuesto. Se levantó rápidamente, sintiendo una extraña mezcla de miedo y sorpresa al darse cuenta de que su nuevo cuerpo, el de Steven, era más fuerte de lo que había imaginado.
Al levantarse, miró a su alrededor y vio que los escombros de la casa estaban esparcidos por todo el lugar. Respiró profundamente, tratando de calmarse, y se volvió hacia el lugar donde Zeus aún lo observaba. El pirata no parecía impresionado, como si hubiera esperado que el impacto no causara daño. Daniel frunció el ceño, aún asustado, pero listo para enfrentar lo que viniera.
-- "Vaya, parece que tu cuerpo es más fuerte de lo que imaginaba", -- dijo Zeus, su voz grave resonando por toda la ciudad. -- "Pero aún así, eres débil. Has olvidado lo que somos." --
Daniel apenas pudo reaccionar antes de que Zeus continuara, su tono lleno de reproche.
-- "¿Te has olvidado de tus orígenes, capitán? ¿De lo que prometimos?" -- Zeus dio un paso hacia él, su aura creciendo aún más, envolviendo todo a su alrededor. -- "Recuerdo que tú y yo planeábamos gobernar este maldito mundo, pero ahora me presentas a un hombre que se ha ablandado, que se ha olvidado de lo que realmente somos." --
Daniel tragó saliva. Las palabras de Zeus lo golpearon con fuerza. Recordaba fragmentos de la historia de Steven, pero había algo que no encajaba. ¿Cómo podía este ser el mismo hombre que había decidido hacer el bien? ¿El capitán que había dejado atrás sus viejas ambiciones?
-- "Yo... yo no soy Steven," -- murmuró Daniel, levantando la mirada. -- "Soy... no sé quién soy. Pero lo que sí sé es que no quiero seguir por ese camino. Si dominar el mundo significa perder lo que soy ahora, entonces no quiero nada de eso." --
Josh, observando todo desde el lado, no dijo nada, pero sus ojos se clavaron en Zeus. La intensidad de la presencia del pirata era abrumadora, y el cuerpo de Naou que ocupaba no estaba listo para hacerle frente. El comandante no era un hombre de poder físico, sino de astucia y liderazgo. Pero la diferencia de fuerzas era evidente.
Zeus soltó una risa profunda, casi burlona, al escuchar las palabras de Daniel. Su rostro se tornó aún más severo, como si no pudiera entender cómo alguien podría renegar de su propio destino. Dio otro paso hacia él, su aura intensificándose.
-- "Tú y yo, capitán, estábamos destinados a ser más. Juntos, habríamos dominado todo, pero ahora me has defraudado. Has dejado que la debilidad te consuma, y lo peor de todo es que lo haces con orgullo." -- Zeus miró a Daniel con desprecio, como si ya lo hubiera condenado. -- "Te lo advertí, Steven. El mundo no tiene lugar para los débiles." --
Daniel, sintiendo cómo la presión de la situación aumentaba, apretó los puños. No era Steven, pero estaba usando su cuerpo. Y si bien se sentía fuera de lugar, sabía que no podía retroceder.
-- "No soy Steven, pero esto no tiene por qué ser nuestro destino. Podemos cambiar las cosas, podemos hacer lo correcto." -- dijo Daniel con firmeza, aunque su voz temblaba levemente.
Zeus lo miró fijamente, evaluándolo. Por un momento, la tensión en el aire se sintió interminable. Finalmente, Zeus habló de nuevo, su tono cambiando a uno más tranquilo, pero igualmente imponente.
-- "Veremos si puedes demostrarme que realmente has cambiado, o si lo que has hecho es solo una ilusión. El tiempo lo dirá, pero recuerda, joven capitán," -- Zeus sonrió de forma malévola. -- "Lo que empieza con poder, termina con destrucción." --
Daniel sabía que esto no terminaría aquí. El poder de Zeus era abrumador, pero no iba a rendirse. Tenía que encontrar una manera de enfrentarlo, incluso si eso significaba luchar contra algo que parecía invencible. El destino de todos estaba en juego, y Daniel, aún con la incertidumbre que traía consigo su nuevo cuerpo, tenía claro que no podía ceder.
Josh, observando desde un costado, sabía que la batalla apenas comenzaba, y el verdadero desafío aún estaba por llegar.