Romina una mujer que se enfrenta a un cambio en su vida después de un accidente que la deja postrada en una sillas de ruedas busca venganza del culpable que le arrebató todo llegando a los límites para recuperar lo que un día le perteneció sin medir consecuencias.
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Buenas noticias.
Tú y Simón fueron los únicos que se quedaron a pesar de todo. Mi mal carácter y mi manera obstinada de ser no se los hizo fácil y aun así nunca me dejaron desamparada.
- Y nunca lo aremos hija.
De verdad que les debía mi vida misma y eran en las únicas personas en las que podía y puedo confía.
Al llegar al hospital y luego de realizarse todos los estudios juntas esperan ansiosas los resultados en la cafetería cuando ven a alguien familiar bajar por un café.
- ¿Ese no es Lautaro?
- Eso parece.
- ¿Que está haciendo aquí?
- De seguro está cuidando de esa niña a la que tanto quiere tía. Ayer dijo que estaba enferma.
- Pero esto es un atropello, ahora mismo voy a hablar con él.
- Noo.. Déjalo no quiero que sepa que estoy aquí. Además, esta es una buena oportunidad. Solo déjalo ser.
- Romina esto no me gusta si la gente comienza a hablar de su favoritismo por esa mujer.
- Será mejor para mi.
Martina negaba con la cabeza angustiada, las personas de por sí ya menospreciaban a Romina por su condición y esto solo les daba otra cosa de que hablar.
Poco después los resultados salieron y juntas abandonan el lugar ilusionadas.
- Te lo dije hija. Yo sabía que podrías volver a caminar. Martina lloraba emocionada por los buenos resultados.
- No llores tía. Esto hay que celebrarlo con risas y no con lágrimas.
- Pero si estás lágrimas son de felicidad.
- Quiero que guardes este secreto más aún de Lautaro.
- Como digas, pero ahora mismo organizó una pequeña celebración para nosotras dos.
- Que sea para tres personas. No te olvides de Simón.
- Ja Ja Ja Como puede faltar Simón, ya mismo lo llamo para que vaya a cenar está noche a casa.
Definitivamente, estás si eran buenas noticias y había que festejar por primera vez en muchos años.
Mientras todos se encontraban disfrutando de una agradable cena recordando viejas anécdotas ven llegar a Lautaro quien se asombra al ver el estado alegre de todos.
- Veo que estás muy feliz porque no he regresado a casa esposa mía, incluso ya me encontraste un reemplazo.
Simón aprieta los puños con fuerza por sus palabras.
- Déjame recordarte que el único reemplazo aquí eres tú esposo. Recuerda que Simón llegó primero.
Esa declaración tan apresurada deja a Lautaro rojo de la furia y a Simón rojo de la vergüenza.
- ¿Acaso te olvidaste de algo importante? Creí que dijiste que si no dejaba quedarse a esa mujercita tú también te irías con ella.
- Romina esto que estás haciendo es demasiado infantil.
- ¿Traer a otra mujer a mi casa e imponerme dejarla quedar no es infantil?
- Esta enferma maldita sea.
- Ese no es mi problema Lautaro. Acaso tengo cara de hacer caridad.
- No tienes corazón.
- Y tú no tienes conciencia. Puedes irte a seguir cuidando de tu mujercita que yo ahorita no necesito de tus servicios.
Lautaro arroja su saco contra el sillón y se va a su habitación.
Porque todo lo que sale de tu boca es veneno Romina. Porque disfrutas verme vencido a tus pies.
Ah maldición solo volví porque me lo suplico Lucía, quería que le explicará todo para no crear malos entendidos y me la encuentro muy feliz con otro hombre.
Como se supone que intente arreglar algo si Romina no me da la minima chanse de acercarme a ella.
Luego de darse un baño Lautaro la espera para poder intentar hablar como dos personas civilizadas.
La ve llegar solo en una delgada bata de dormir.
- ¿Adónde te has bañado?
- Crees que está gran casa solo cuenta con un baño.
- ¿Te ayudo tu amigo acaso y por eso tardaste tanto?
- Puede ser. ¿Quieres comprobarlo?
- Romina por favor.
- Ya te lo dije, hoy no necesito de tus servicios cuando te quiera usar te lo are saber con anticipación.
- ¡ ROMINA !
- Recuérdalo bien Lautaro ahora eres mi prostituta personal una que uso a mi voluntad cuando quiero y ahora no quiero. Así que bien puedes irte o bien duérmete.
- ¿Te hace feliz humillarme de esta forma? ¿Te sientes bien al recordarme que me compraste?
- La verdad si me hace muy feliz. Buenas noches.
Romina pasa por mi lado y la veo tomar posición en su lugar de la cama. Me siento a su lado y le explico en calma todo. De nada sirve seguirnos haciendo daño de esta manera tan cruel.
- Lucía es solo una amiga mía, una que está pasando por un momento muy difícil, ya que cada día lucha por mantenerse viva.
Yo solo quiero ayudarla a que siga con vida Romina te juro que no tenemos nada más que una buena amistad.
Después de que mis padres fallecieron caí en un mal hábito y fue ella quien aún luchando por su salud me ayudo sin dudarlo. No puedo simplemente dejarla a su suerte.
Por favor solo te pido que lo entiendas.
Romina escuchaba atenta cada palabra, pero no respondió nada.
