Catalina Miranda es una joven deslumbrante que persigue con fervor sus sueños, a pesar de las adversidades que la rodean. Su familia no cuenta con grandes recursos económicos ni ocupa un alto estrato social, pero cada día luchan con valentía para salir adelante. Para Catalina, su madre y su hermana menor son el centro de su mundo; sueña con conseguir un buen trabajo que les brinde la vida digna que merecen, convirtiéndolas en verdaderas reinas.
Catalina es una soñadora incansable, siempre dispuesta a extender su mano a quienes la rodean. Sin embargo, su vida da un giro inesperado en una oscura noche. Al escuchar murmullos inquietantes provenientes de las afueras de su hogar, se siente atraída por la multitud de vecinos congregados. Con el corazón en un puño y temiendo lo peor, se acerca lentamente, solo para encontrarse con una escena desgarradora que cambiará su vida para siempre.
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Capítulo XVII ¿No tiene idea de quien es?
Punto de vista de Catalina
Gabriel me saco de aquel lugar, pues se dio cuenta de que algo no andaba bien, ese sujeto me había señalado como su jefa, como la autora intelectual de la muerte de mi familia. Estaba confundida y sin respuestas.
"¿Qué quiso decir con eso?", pregunté preocupada.
"No prestes atención, ese hombre es un lunático", trato de calmarme Gabriel.
"Ese sujeto estaba convencido de que soy su jefe, aquí está pasando algo más y debo saber que es... Entraré nuevamente para sacarle información", dije con determinación.
"Iremos juntos, solo trata de no perder el control", dijo Gabriel notoriamente preocupado.
"Me voy a controlar, no te preocupes".
Volvimos al establo y ahí estaba ese sujeto, ahora se veía peor que antes no podía creer que yo hubiera hecho algo así. Me senté frente a él y pedí a los hombres que nos acompañaban que lo bajaran y lo amarraran a una silla. Estos se miraron sin saber que hacer pues se supone que solo Gabriel les daba órdenes.
", ¿Están sordos?, les di una orden y mis órdenes no se discuten", de mi salió una voz fría y firme. No estaba para perder tiempo pidiendo favores, todos tenían que acostumbrarse a que yo era ahora su nueva jefa y que mi voz era tan importante como la de Gabriel.
Los sujetos empezaron a desatar a ese tipo sin discutir, por su lado, Gabriel se mantenía en silencio, una vez el sujeto estuvo frente a mí respire profundo y empecé el interrogatorio.
"¿A qué te refieres cuando dices que soy tu jefe?", pregunté sin rodeos.
"Pronto lo sabrá y cuando eso suceda su mundo se pondrá de cabeza", respondió en una voz apenas audible el criminal.
"Sabes que con una sola palabra mía pueden terminar tu vida de manera lenta y dolorosa, tal y como tú lo hiciste con mi familia", dije llena de ira.
"¿Su familia?, en realidad no tiene idea de quien es ¿verdad?. Es una lástima que pronto su castillo hecho de naipes caerá y tendrá que tomar una decisión que podría salvar la vida de las personas que ama", al decir aquellas palabras fijo su mirada en Gabriel. El miedo me invadió solo de pensar que alguien quisiera lastimarlo.
"Habla de una vez, quien te mando a lastimar a mi familia", alce la voz haciendo que el hombre temblará de miedo; sin embargo, el hombre no dijo nada y solo empezó a reír como un desquiciado.
"No cabe dudas que eres una de ellos, en especial igual a ella, a mi hermosa dama, lástima que no se conocieron antes. Ustedes dos juntas hubieran controlado el mundo sin problema alguno", ese sujeto cada vez decía más incoherencias y me estaba cansando de tanto rodeo.
"¿Quieres morir?", pregunté con frialdad.
"La muerte es algo inevitable, pero estoy preparado para eso y más, no importa lo que me haga no estoy autorizado para ir más allá de lo que ya le he dicho, mi señora". Sus palabras eran sinceras independientemente de lo que quisiera saber él no diría nada más, pensé darle una muerte rápida y sin dolor, pero lo que dijo después me hizo borrar cualquier rastro de consideración hacia él. "¿Sabe?, fui yo quien le quito la pureza a supuesta hermana. Cuando la vi la pedí para mí y no me equivoque, ya que estaba exquisita".
No pude contenerme, me llené de ira al saber que ese desgraciado había mancillado a mi hermana, así que pedí una muerte lenta y dolorosa para ese sujeto. Voltee la mirada y me disponía a salir de aquel lugar, pero antes de irme el sujeto volvió a decir algo "Catalina Miranda ¡el infierno vive en ti!", continúe mi camino junto a Gabriel sin voltear a ver a ese tipo, Gabriel tomo mi mano como signo de apoyo, estaba muy confundida y en este momento lo necesitaba más que nunca.
Una vez estuvimos solos me apoyé en su pecho y empecé a llorar, ¿Qué es rodó esto?, ¿a qué se refería ese sujeto cuando dijo esas cosas?, mi pobre hermana terminaron con su vida de la la era más humillante que le puede pasar a una persona, siento que estoy en una pesadilla".
"Vamos a descubrir la verdad, yo estoy aquí para ayudarte y no dejar que nada malo te pase", Gabriel me tenía abrazada fuertemente a su pecho.
"No quiero que nada malo te pase, Gabriel prométeme que te vas a cuidar, aunque parecían locuras algo me dice que ese hombre hablaba enserió", le dije mirándolo a los ojos.
"Nada me va a pasar, estoy acostumbrado a esta vida y sé dé los peligros que me rodean, ahora olvidemos esto y vayamos a nuestra luna de miel", dijo caminando a saliendo de la cabaña.
Subimos al auto junto con Sergio y el chófer, aunque por fuera me hacia la fuerte por dentro el mundo se me seguía desmoronando, tenía que saber que misterio encierra todo esto y no podía bajar la guardia, ya que estaba segura que algo mucho más grande se cernía a mi alrededor y que pronto sabría que era.