El Azul De Tus Ojos

Liora

Aún estaba en shock después de toda la conversación, pero la emoción en mi pecho era indescriptible. No solo porque Viktor y yo íbamos a casarnos, sino porque él había decidido enfrentar sus miedos y tomar la decisión. Sabía que no había sido fácil para él.

Sentada en sus piernas, nuestros labios se fundieron en un beso profundo. Sentí su amor y su deseo mezclarse, y me aferré a él, queriendo que este momento durara para siempre.

Cuando nos separamos, lo miré con una sonrisa pícara.

—Provócame —susurré, desafiándolo con mis ojos.

Viktor sonrió, levantándose conmigo en sus brazos y llevándome a su habitación.

Cuando abre su habitación me tira en la cama y jadeo al sentir su mirada cuando me lanza. Nuevamente, llevaba un vestido, porque era lo único que me querían comprar, aunque cada vez que Viktor me veía con ese tipo de prenda le encantaba con todo el significado de la prenda.

Viktor se pone sobre mí\, me da unos besos en mis mejillas\, mientras con sus manos va a mis musl*os\, acaricia la parte interna y suspiro al sentir esas carici*as.

—De verdad te encanta que te toque —Sonrió para asentir, me da un beso en los labios —Bueno, menos mal mi cosa favorita es tocarte.

No me la había metid*o\, solo me hacía chillar de plac*er y era un juego entre los dos. Pero hoy por fin quería tocarlo a él\, quería que él sintiera el mismo placer\, hoy iba a derribar al osito grandulón.

—Quiero tocarte —Sus ojos azules se cruzan conmigo\, me agarra de los musl*os y pone sobre él\, jadeo cuando siento como nos frotam*os.

—Entonces manda tú, enana —Me muerdo el labio, estaba nerviosa. Hacía mucho tiempo no estaba con alguien, jamás creí que fuera buena en eso, sentía que era muy mala y le cogí miedo.

—Intentaré —Murmuró, puedo ver su ceño fruncido, sin embargo, no me dice nada.

Me quedo sobre él\, para darle un casto beso y luego ir hacia su cuell*o\, lo beso\, le doy una leve mordida y siento como su miembr*o se estaba levantando. Sonrió satisfecha\, lo conseguí\, le gustaba algo de lo que estaba haciendo.

Cuando levanto mi rostro para verlo\, estaba jadeand*o. Era la escena más sexy que había visto en mi vida. Me hago a un lado y me quito la ropa interior\, estaba más necesitad*a que antes.

Me bajo para mostrarle mis pech*os. Se veía confundido, pero cuando me vio sacarlas al aire se  emocionó; voy a su pantalón y le bajo todo dejándolo al aire.

—¡Hey! —Me regaña.

—Un poquito, la puntic*a —Él suelta una carcajada.

—Jamás pensé que una mujer diría eso, Dios —Hago puchero, mientras me vuelvo a subir sobre él, pero contrario a lo que pensaba, me empiezo a frot*ar con él. Siempre había querido intentar esto, me muevo despacio.

—Mira\, no hice nada al final —Jade*o mientras llevo mi cabeza hacia atrás. Lo queria dentr*o\, pero sabía que él daría el grito a cielo\, porque sentía que seguía siendo muy joven. Necesitaba borrar de la cabeza que era una niña que solo quería jugar con él.

Sigo moviéndome hacia arriba y abajo, siento mi clitor*is en la gloria. Por las expresiones que estaba viendo de Viktor, estaba igual que yo.

—Dios mío\, me pones la tentación cada vez peor —Me rio\, pero termino gritando de plac*er cuando sus manos van a mis pech*os y me jala los pezon*es al mismo tiempo —Tu cuerpo es demasiado perfecto.

—Métel*o —Ordeno, me mira, totalmente serio.

—No, no lo haré.

—¡Pero yo quiero! —Chillo enojada, moviendo más rápido mis caderas y escucho el jade*o de Viktor.

—Solo estás pensando desde el momento de lo calient*e que estás.

—Cada noche te imagino acariciando mis pech*os\, metiéndom*e los dedos mientras gim*o como loca —Le respondo\, mientras sigo frotándom*e con él\, cada vez más cerca\, cuando termino mi diálogo\, vuelvo a sentir el jalón en mis pezon*es.

—Sigue con eso, sigue contándome como quieres que te foll*e —Sonrió mientras mis ojos en blanco cuando siento mis piernas temblar.

—Dios\, quiero sentir como me la met*es y me agarras del cuello mientras me dices que soy tuya\, que yo no pueda decir nada por qué estoy tembland*o de tanto placer que me das —Escucho un gruñido que es como ordena que me veng*a y no espero nada más\, eso hago. En el proceso grito su nombre y él grita el mío.

Al mirar hacía bajo veo sus fluid*os y los míos. Sin pensarlo dos veces llevo mis dedos para probar un poco. Uhm, no era malo, pero no sé si a todo el mundo le gustaría ese tipo de sabor.

—Eres demasiado curiosa —Me dice Viktor, extiende su mano para darme, agarrarme del cuello y acercarme para darme un beso —Creo que sabe mejor por qué es tuyo —Sonrió en medio del beso, me vuelve acercar para seguir unos segundos más —. ¿Te quieres bañar?

—Sí —Le digo sin quitar mi sonrisa, ambos nos movemos con cuidado, siento aún mis piernas muy débiles, creo que él lo nota, porque me agarra con cuidado para llevarme a la bañera.

Antes de eso, me ayuda a quitarme el vestido, nunca me había visto desnuda por completo y se toma unos segundos para verme, muy fijamente. Pienso que después se da cuenta de que me estaba mirando demasiado, que se da la vuelta y se desnuda.

Santa pacha bendita, Dios estaba demasiado feliz cuando hizo a este hombre en todos los sentidos de la palabra.

—Me estás mirando mucho, enana —Asiento con mucho orgullo.

—Las cosas guapas siempre se deben de ver —Me mira con una ceja enarcada, pero luego niega con una sonrisa, para darme un beso.

—Después no te quejes si te quiero mantener como Dios te trajo al mundo —Me rio y pongo mis manos alrededor de su cuello.

—Yo encantada, para ver si caes más rápido a la tentación —Él niega con la cabeza con una sonrisa.

—Quiero que lo pienses correctamente, ¿bueno? —Asiento con un puchero, él besa ese puchero.

Nos metemos en la bañera juntos, el agua estaba tibia, se sentía delicioso. Había recogido mi cabello para no mojarlo. Viktor era el hombre más atento del mundo.

Dos días después de eso, llamaron al grandulón de dos metros. Tenía que hacer un viaje a Noruega.

—¡Yo quiero ir! —Me cruzo de brazos, no quería separarme de él, no quería, me negaba a hacerlo.

—No puedo, enana —Me da un beso en la frente, en menos de dos horas ya tenía todo para irse —Haré todo lo más rápido posible —Esta vez me da un beso en los labios —Ten cuidado.

—Tu igual —Susurro cuando lo veo alejarse en el carro.

Tres días, nos estaban apuntando a todos con arma, nuestro querido coestrella Ángelo.