Todos habían fallado, pero, el, sería el. El mejor hacker, el más sensato. ¡El era el mejor! No, tenía que ser el mejor.
Había tomado el caso con orgullo y determinación, pero tenía días sin tener nada de la ladrona... Si, había escuchado que era una chica pero nadie la había visto.
¿Quien diría que todo comenzaría con cinco segundos en camara y un Boomerang en forma de R?
¿Cómo funciona un Boomerang en forma de R?
Solo está ladrona hacia que funcionará ese tipo de cosas, irreales, desafiantes y... Sofisticadas
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CAPITULO 24
Denisa y John iban con la droga con el más meticuloso cuidado. Nadie les prestaba atención solo se concentraba en sus pláticas y no se daban cuenta de lo que pasaba.
Denisa tomó del brazo a John que iba a alejarse más de lo que debía, pensó que seguramente buscando una excusa para tropezar con la hija de Joel Montesanto.
—La misión.—Dijo con voz cantada.
—Estoy concentrado.—Afirmo con tono serio.
—Si, claro.
Salieron de la fiesta y subieron unos escalones de la estancia.
Al final del pasillo había dos hombres altos con traje y ceños fruncido. Denisa fue la que se atrevió a preguntar a un poco de distancia de ellos.
—¿Ustedes son los hombres de Valeria Nuñez?
Ambos hombres intercambiaron miradas y asíntieron.
—Bueno emm...—John comenzo a hablar con notable nerviosismo.—Estarán cuidandonos aquí las espaldas.
—Sabemos el plan, niño.—Le dijo el chico más alto con un tatuaje grande que tenía en el cuello.—Ya colocamos los explosivos en el techo y en lugares secretos de la fiesta, y ya tenemos el permiso para que el otro entre a la cabina de cámaras.
—Perfecto, que eficientes.—Denisa le sonríe al hombre pero el mantiene su mirada fija sin emoción alguna.—Ahora, debemos dejarle una pequeña carta a Joel Montesanto.
.........
Sintió el la mano que la apretaba con fuerza en su antebrazo pero mantenia la compostura.
—¿Que haces aquí?—Pregunto Ricardo con cuidado y sonriéndole con dulzura.
—¿No es obvio?—Pregunto con una pequeña carcajada.—Disfrutando la fiesta.
—Ambos sabemos que es más que eso.—Ricardo tomo la mano de Rouse y le dió una vuelta ligera. Rouse vio como los músculos de su cuello comenzaban a tensarse.
—¿Que crees tu que hago aquí?—Le pregunto acercándose más a el.
—Estas planeando una venganza para el jefe...—Hizo una pausa. Rouse tenía miedo que lo mencionara.—por el incendio.
Por primera vez la sonrisa de Rouse desapareció por completo, ya no era encantadora, no aparentaba su enojo con una sonrisa.
—El incendio.—Repitio ella como si pronunciar la palabra le genera un sabor amargo.—Fue...hace tanto tiempo.
—Si.—concordó Ricardo.—Lo siento mucho.
—No estabas en la ciudad para saberlo.
—El el jefe no tuvo la culpa.—Susurro el.
—¿Seguirás desconfiando de mi?—Pregunto separándose su agarre y dejando de bailar, ambos dejando atrás las apariencias y mirándose visiblemente tensos.
—¿Aceptaste venir por venganza si o no?
Rouse lo miro a sus ojos azules, detecto su cuerpo tenso, molesto y hasta preocupado. Nego con la cabeza y cerró los ojos.
Comenzó a sonreír.
—Hablamos más tarde, Ricardo.
Y se alejó sin que terminara la canción dejando a Ricardo parada en la pista de baile.
.........
Damián miro a Rouse, como se alejaba de Ricardo con elegancia pero había visto todo, como de la nada lo miro con enojo.
Podría estar cerca de la debilidad de la chica.
Ese hombre lo sabía Pero tenía el presentimiento de que se metía con el le iría peor que con Rouse.
Miro hacia donde se dirigía Rouse, ella pasó con paso apresurado junto a un hombre el cual miro con asombro.
Ese hombre no la reconoció pero cuando se voltio Damián lo reconoció enseguida. Dió la vuelta para huir de su antiguo compañero policial.
Salió de la pista de baile,. dirigiéndose fuera, al jardín donde había un montón de rosas rojas. Se apoyo en el barandal.
La última vez que había visto a Medina había lanzado una mesa, le gritó al hombre que siempre había confiado en el, no podía soportar verlo a la cara.
—¿Damian?—Escucho su voz, no se atrevió a alzar la mirada.—¿Eres tu Damián?
—Si.—Suspiro y tomo aire.—Soy yo.
Enrique se acercó a el con suavidad.
—Me sorprende verte aquí.—Dijo el con ese tono, quería sacarle información.
—Me invitaron.—Le respondió Damián con una sonrisa forzada.—¿Y tú qué haces aquí?
—Estoy encubierto, en realidad hay muchos policías encubiertos.—Damian se tensó.
—¿En serio?—Pregunto con precaución.
—Si.—Enrique dudo un momento antes de agregar.—Estamos tratando de atrapar a un sicario.
—¿Un sicario? Estamos en una fiesta de las personas más ricas del estado.—Dice Damián y toma su compostura para mirar a Enrique.
—Eso mimos digo.—Enrique miro hacia atrás.—Parece que muchos de estos ricos están involucrados o estubieron involucrados.
—¿Las personas aquí están en peligro?
—todo parece indicar un ataque terrorista, se dieron cuenta que los buscamos y están planeando destruir el lugar para luego escapar.
El incendio.
Lo recordó enseguida. Sabía el plan, podría ayudar en algo aquí para que los atraparan. Y si lo que buscaba Rouse era destruir a estás personas lo lograría. De forma legal.
—¿Puedo ayudar?
Enrique le sonrió.
—Pense que estabas harto de mi, Vega.
Damián miro a otro lado.
—No fue... Mi intención.—Se disculpo.—Lo juro, es una larga historia que no te puedo contar.
—Damian, se leer a la persona ¿Recuerdas? Siempre fíjate en los pequeños detalles.
Debió suponerlo, tal vez Medina no era el mejor hacker pero tenía años de experiencia interrogando.
El sabía que no era culpable pero sabía que ocultaba algo.
—Puedes ayudar, pero ten mucho cuidado. Estamos buscando a uno de los sicarios más influyentes en este grupo.—De su bolsillo saco una foto, una cara de había visto hace unos minutos.—Su nombre es Ricardo, ten mucho cuidado con el, vigila de cerca. Las personas a las que se le acercaron.
—tendré cuidado.
—Lo se.—Afirma Enrique y le da una palmada en el hombro.—Me alegra tenerte cerca Damián.
Medina se alejo de vuelta a la fiesta.
A Damián también le alegraría si tan solo no estuviera acorralado.
Sabía que Ricardo era peor que Rouse.
¿Pero en realidad era peor o eran iguales?
Enrique dijo que muchas de las personas aquí estaban involucrados con el, Rouse lo conocía bien, bailó con el.
¿Y si se conocían desde antes?
¿Rouse también era una sicaria?
.........
—¿Segura que lo viste?—Le pregunto Denisa tomándole de la mano.
—Estoy segura, ese era Enrique Medina.
—¿La policía está aquí?—Pregunto John alarmado.
Rouse comenzó a dar círculos en su lugar.
—Deberias estar abajo, tratando de drogar a tu jefe.
Rouse comenzó zo a dar más vueltas, pensando rápido.
Su plan estaba saliendo un poco de control, si la policía estaba aquí no iba a poder hacer el incendio como se debía.
No conseguiría drogar al jefe, no dejaría la carta, no conseguiría el maletín ¡Nunca tendría una oportunidad como está!
Y sospechaba que todo era culpa de Damián.