Abdelary es una niña albina africana, que junto a su hermano gemelo, son rechazados por su condición al nacer, son criados por su tío un general del rey Amin, y desde muy pequeños su abuelo Bonga les enseña a luchar para que se conviertan en los mejores guerreros.
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capitulo 20
Abdelary se levanta a lavar los platos que quedaron sucios, no se demora casi nada, pero cuando terminó su esposo ya no estaba, se acuesta de nuevo y sonríe, pero cuando se está quedando dormida, siente como alguien se acuesta a su lado, voltea a mirar y vé a Mandla que la mira sonriendo, ella también le sonríe.
Acaricia sus mejillas, luego estira su brazo izquierdo, ella sabe que es para que lo use como almohada y así lo hace, le sonríe y cierra sus ojos, en la madrugada Abdelary se levanta… ¿Para dónde vas?... a darme un baño tengo mucho calor… ¿te acompaño?… vamos entonces… Mandla estaba casi dormido, pero decidió acompañarla.
Llegaron al arroyo y Mandla se sentó en la orilla… ¿Puedes mantener los ojos cerrados mientras me baño?... más cerrado de lo que los tengo, estoy casi dormido, Abdelary da la vuelta y deja que su bata caiga en la arena y en ese momento todo el sueño que tenía Mandla, desapareció… verla así le llamó mucha más la atención que cuando le puso el emplasto.
La luz de la antorcha hacía que su piel se viera más hermosa, al punto que le tocó ingresar al agua para evitar sudar más de la cuenta, en ese momento pensó que si quería enamorar por completo a su esposa, tenía que mantener cierta distancia con ella, cada vez se le dificultaba más estar junto a ella y controlarse, hacia un gran esfuerzo para mantenerse sereno.
¿Decidiste darte un baño también?... sí, pero ya debes ponerte la bata… quiero seguir nadando… no, está rayando el alba póntela ahora… Abdelary no quiso discutir con él y subió rápidamente después de ponerse la bata, Mandla se quedó sentado en el agua pensando, cuando se organizó salió y vio a Mandla muy serio, la miró y agachó la cabeza, Abdelary podía notar la incomodidad que él tenía.
Hasta pensó que cuando estaban en la quebrada él la había visto y no le había gustado ni un poco, esa mañana todos salieron muy temprano, el sol cada vez pegaba más fuerte… ¿Puedo adelantarme un poco?... no lo sé puede ser peligroso… sé cuidarme muy bien, no te preocupes y para que estés más tranquilo, tendré mi arco cerca y esta belleza que siempre me acompaña, mi espada… bueno está bien.
Abdelary inició a cabalgar y Palesa la acompañó, habían avanzado demasiado, llegaron a un pequeño poblado donde algunos hombres tenían a dos niños albinos amarrados, los castigaban con un látigo y pretendían cortarles las manos únicamente por haber robado un pequeño trozo de pan.
Abdelary recordó la golpiza que recibió de niña y tomó su arco, puso una flecha en el y traspasó al hombre que los golpeaba con el látigo, hizo lo mismo con el que tenía el hacha, luego tomó su espada y bajo de su caballo, desató a los niños y amenazó a todo aquel que se atreviera a lastimarlos… escúchenme todos, cualquier persona que se atreva a lastimar a un albino yo misma vendré por él y me las pagará.
Todos retrocedieron, pero algunos gritaban arengas contra ellas, alguien quiso golpearla y con su espada le cortó un brazo, cuando vieron esto todos corrieron, le entregó la niña a Palesa y subió al niño en su caballo… ¿Cómo te llamas?... Nadir… ¿Y tu compañerita?… Bahiti… ¿Son hermanos?... si señora… muchas gracias por ayudarnos… de nada niños.
¿Son de este pueblo?... sí, mi madre se fue y nos dejó solos, dijo que le estábamos… ¿Y su padre?... dejo a nuestra madre cuando nacimos, nadie nos quiere, el niño inicia a llorar, y la niña al verlo llorar, llora también… pues no se preocupen, de ahora en adelante no permitiré que los lastimen, los llevaré al santuario… ese lugar no existe… claro que existe, ya lo verás.
Abdelary llegó al lugar acordado, y llevó a los niños a un lugar sombreado cerca de un pequeño arroyo, para que descansaran, y mientras esto ocurría, Mandla pasaba por el poblado, algunos lloraban a sus muertos… ¿Qué ocurrió aquí?... llegaron dos mujeres, y una de ellas que usaba un velo se ensañó contra nosotros y mató a dos de los nuestros y le cortó un brazo a otro.
¿Y ustedes que le hicieron para que ella reaccionara así contra ustedes?... nada, ni siquiera la conocíamos, además liberó a dos ladrones miserables, que solo han traído ruina y miseria a nuestro pueblo.
Mandla estaba furioso, sabía que aquella mujer era Abdelary… hermano todo debe tener una explicación… eso es cierto... dice Manu, su hombre de confianza... ella tuvo que tener un motivo muy grande para hacer algo así, no creo que sea de las personas que atacan a otros sin razón alguna.
A Mandla poco le importó lo que dijeron sus amigos, cuando llegaron al punto de encuentro, Abdelary había cocinado, los niños ya habían comido, pero seguían en el mismo lugar debido a que las tiendas venían en la caravana… “Abdelary” gritó Mandla… al parecer ya se enteró de lo que pasó, ¿Qué vamos a hacer?... tranquila, a ti no te hará nada.
General, aquí estoy… ¿Cómo pudiste hacerle eso a esas pobres personas?… Abdelary al escuchar esto pone los ojos en blanco y este gesto hace enfurecer más a Mandla… ¿Acaso no sabes que en la vida hay normas y reglas que debemos cumplir y respetar?… mientras decía esto la señalaba con su dedo índice y tocaba su hombro con él y esto la disgusto… “Bueno ya”... le gritó... usted no es mi padre para que me hable golpeado y si tanto le molesta lo que les hice a sus angelitos, pues me importa poco y muérdete el codo si quieres.
¿Cómo te atreves a hablarme así? Escucha esto, si logro ver a los ladrones que salvaste, la van a pasar muy mal… haz, lo que te dé la gana, eres de lo peor, eres un miserable… todos los miraban y Manu inicia a reírse a carcajadas, apenas Abdelary se retira… no que mi mujer era muy brava y que a ti nadie se atrevía a levantarte la voz… algunos soldados sonreían, pero ninguno se atrevía a hacer lo que Manu estaba haciendo… déjame tranquilo Manu… es que tu mujer es una cobra venenosa, ¿no era así que me decías?
Mandla terminó riendo, debido a las burlas de su amigo… querido amigo, por muy sumisa que sea una mujer jamás la desafíes así, siempre perderás la pelea y quedaras ante todos como el villano miserable, las mujeres son más peligrosas de lo que piensas, así que te doy un consejo gratis amigo mío, no discutas con tu mujer.
si ella dice que la leche es roja y tú sabes que es blanca, perfecto es roja y te aseguro que no te meterás en tantos problemas, porque los hombres somos los únicos que perdemos en las peleas… ¿y que me vean como a un tonto como te vemos a ti?, olvídalo… ¡ah bueno!, entonces después no te quejes, pídele perdón y ya, te puedo asegurar que tu mujer reaccionó así por algo muy serio que no te han contado, creo que a esta historia le falta un pedazo… ¿entonces porque no me explico?... tu no le diste tiempo de hablar.