Introducción
En las paradisíacas playas de Bali, nace la aventura y el romance entre dos jóvenes que tienen el mundo a sus pies, donde la pasión y el deseo consumió a Argelia Soria y a Paolo Gabellotti, es así como da inicio su trágico romance. Que como siempre su único final feliz será el fruto de ese amor.
Paolo el jefe de la mafia siciliana descubre años después, que su amor por Argelia había trascendido a la vida eterna, pero a su vida llega una dulce personita a poner su mundo de cabeza.
“No puedo creerlo, Mi papá es, El Jefe de la mafia”. Paola Soria.
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Regalo Sorpresa
Capítulo 14
Era el cumpleaños número diez de Paola Gabellotti, su abuela había organizado una gran celebración. Enzo se encargaba de manejar los negocios de la familia siciliana, para que Paolo estuviera más al pendiente de su hija.
Elisabetta pronto quedaría divorciada de Raphaell, su hermano había cumplido su promesa. Se estaba preparando para ir al cumpleaños de su sobrina cuando su aún esposo entró a la habitación.
—¿A dónde vas?—
—Es el cumpleaños de mi sobrina, así que me voy.—Raphaell la detuvo del brazo.
—Aún no estamos divorciados, así que no tienes permiso de ir. Acabo de llegar de viaje y quiero estar contigo.—
—Pero yo no, así que aléjate de mi.—
—Yo te hice mujer, yo te traté como una reina, sin embargo te dignas a pedirme el divorcio. Peor aún le pides al jefe que me obligue a dártelo.—
—Tienes distorsionada la realidad, siempre me forzaste a estar contigo. Agradece que no le dije a mi hermano, todas las veces que abusaste de mí, los golpes que me diste y como me obligaste a ver cuando fornicabas con tus amantes. Vaya trato, mi familia cumplió con el acuerdo. Pero eso no quiere decir que tenía que morirme a tu lado. Eres un animal, si no me das el divorcio, haré que mi hermano te corté en pedacitos.—
Raphaell estaba obsesionado con Elisabetta, aunque se divorciaran jamás permitiría que se involucrara con otro hombre, según su creencia ella era solamente suya.
Todos disfrutaban de la fiesta de cumpleaños de patito, Leonora había viajado para estar con ella ese día. Su tía Tayde no había podido asistir porque había tenido una cirugía de emergencia, además tenía muchos problemas en su matrimonio. Pero nadie esperaba a cierto invitado, no grato. Entraron dos camionetas, en una de ellas el nuevo alcalde de la ciudad y en la otra Aníbal Soria.
—Abuelo.—expresó Paola y corrió a abrazar a Aníbal, el lazo entre ellos aún era fuerte, después de todo los primeros años de su vida, él había sido su figura paterna.
—Mi niña preciosa, me moría de ganas de verte. Tantos meses lejos, te traje muchos regalos.—
—El que hayas venido es mi mayor regalo, te extrañaba mucho abuelo.—
—Paola por favor aléjate de ese hombre.—decía Paolo que estaba hecho una furia.
—Tranquilo Gabellotti, tengo derecho de ver a mi nieta. Le vas a negar a tu hija que esté con su amado abuelo.—
—Aníbal por favor, no eres bienvenido.—intervino Leonora
—Tu tampoco, también eres una Soria. Pero aquí estás dándole la espalda a tu familia, a tu sangre. Estoy aquí por mi nieta, no podía permitirme otro cumpleaños lejos de ella.—
—No eres bienvenido, así que salgan de mi casa.—le decía Paolo
—Por favor papá, el es mi abuelo.—
—Por eso vine a acompañarlo, tal vez por ser su abuelo no tenga los mismo derechos que tú, sin embargo está preocupado por el bienestar de su nieta.—agregaba el alcalde
—Que absurdo, ¿cuánto dinero te pago? Te doy el doble si lo quitas de mi vista.—le reclamaba Paolo.
—El dinero no da la clase y la educación, estoy aquí en contra de mi buen juicio solo porque ella es mi nieta, es lo único que me queda de mi hija favorita. Pero tampoco voy a arruinarle su cumpleaños, así que dejo los regalos para ella y me voy.—
—No es necesario, llévate todo.—Paolo lo odiaba, su simple presencia lo hacia perder la cabeza, sentía que tomaría a su pequeña Paola y saldría corriendo con ella.
—Adiós mi niña preciosa, me alegra haberte visto. No quería incomodar, solo quería ver a mi pequeña patito.—
Aníbal era muy peligroso, nunca mostraba su verdadero rostro frente a los demás, era un excelente calculador. Había quedado como la víctima frente a su nieta, subieron a sus camionetas y dejaron los regalos para ella aunque Paolo había dicho que no.
—Hija, el no es…—Paola lo interrumpió.
—Tu odias a mi abuelo, pero yo no. Tú no lo conoces, él solo vino a estar conmigo.—
—Paola, el no es quien tú crees.—
—Déjame en paz, tú siempre has odiado a mi abuelo.—
Paola corrió hacia a su habitación, lloraba sin consuelo. Obviamente su padre fue tras ella, pero se había encerrado.
—Hija por favor, hablemos.—
—No quiero escucharte, déjame tranquila. Vete, ve a disfrutar de tu fiesta. Yo no quiero nada.—
Paolo se quedó ahí parado en la puerta, el dolor en los ojos de su hija lo desarmaba completamente. Leonora se acercó para apoyarlo, sabía que no podía continuar así, que tenían que decirle la verdad a patito sobre su abuelo. Mientras volaban devuelta a Madrid, Aníbal le hacía saber sus planes a Gabriel.
—Mi nieta está preciosa, he pensado que si legalmente no puedo hacer que viva conmigo, sería bueno robármela.—
—Gabellotti es capaz de ir hasta su casa para recuperarla.—
—Si, por eso necesito a alguien dentro de su mundo, que lo traicione. Así podré recuperar a mi pequeña patito, ella es el futuro de grupo Soria. No descansaré hasta verlo en prisión, así no podrá impedir que esté con mi nieta.—
Sin duda Aníbal era una amenaza constante, pero tenía que cuidar su imagen, no podía rebajarse al mismo nivel que ellos, aunque era el peor de todos.
con dolores hernandez otra lectora como yo,que leo de diferentes autoras lectora compulsiva,saludos cordiales 🌹🇨🇴🌹🇨🇴🌹 excelente graciasss 🌹🙏