He reencarnado en Carlisle, un hombre cuya historia tuvo un final absurdo, tenía una buena vida, una esposa leal, pero lo cambió cuando su antigua amor regreso pidiendo ayuda y al final, quedaron juntos, pese a que ella lo había traicionado antes. Pero yo, no pienso seguir esa historia, así que la cambiaré a mi favor...
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Capítulo 23.
Debido a que el licantropo se había quedado inconsciente, regreso a su forma humana y ha sido encadenado en una de las celdas de los calabozos del palacio, y Aiden le tiro una sábana vieja encima. Este al despertar quiso transformarse para escapar, pero, las cadenas eran fuertes y estas llevaban un hechizo, el mismo que el mago imperial había puesto en Carlisle para contener su transformación.
—¿que demonios?, ¿que me han hecho?— pregunta el hombre.
—un pequeño obsequio del mago imperial.— responde Aiden.— ahora, empecemos por como te llamas.
El hombre soltó un gruñido enseñando sus caninos, mientras tira de la cadenas intentando liberarse.
—habla, ¿como te llamas?, ¿por qué has maldecido a mi hermana?— insiste Aiden.
—eso es obvió, él creyó que al transformarme iría a buscarlo y sería su pareja.— la voz de Arya se escucha desde la entrada.
—¿es así?— mira con enojó al hombre.— mi hermana no es alguien a quien puedas poseer.
—es mía desde el momento que la transforme...y el otro, ese que dice quererla, tarde o temprano se irá con quien corresponde.— se burla.
Arya sonríe ladina.— eso no pasará, confío en su alteza, el jamás se iría con otra, quien sea que le paso la maldición, no significa nada para él.
—abre los ojos, te cree para mí...no puedes escapar de nuestro destino.— insiste.
—¡suficiente!, ¿quien eres?— pregunta Aiden.
El hombre de ojos verdes dirige su mirada a Aiden.— Marius Lazar.
—muy bien Marius, ¿puedes quitarle la maldición a mi hermana?— pregunta Aiden.
—una vez transformado, jamás vuelves a ser humano...pero, si se queda a mi lado, dejará esa hambre de corazones humanos.— sonríe.
—eso jamás...prefiero vivir soportando el hambre.— responde Arya.
—imposible...debe de haber una forma de liberar la maldición.— insiste Aiden ya molesto.
—no hay manera, además, ella y el Duque, son los primeros humanos transformados después de más de cien años, no hay cura, así que, solo debe venir conmigo y podrá ser aceptada en mi hogar, no importa si es una marcada.—
—¿marcada?, ¿que quieres decir con eso?— pregunta Arya.
—es como se les conoce a quienes se les transformó por medio de la mordida, en mi manada hay unos pocos, aquellos que fueron marcados hace más de cien años y aprendieron a vivir de ese modo.— responde.
—¿tú eres uno de esos marcados?, ¿por eso has marcado a mi hermana?—
—yo soy linaje puro...pero, me gusto la princesa y la quise para mí, por eso la marque, ahora solo le queda venir conmigo...— Marius mantiene su mirada en Arya.
—si te mató, ¿la maldición se va?— Arya sostiene las manos en los barrotes de la celda.
—no, pero si eso pasa, te volverás una salvaje, porque perderás el vínculo que nos une...por mí es que no eres solo un animal salvaje.— se burla.
—malnacido...entonces tendrás que vivir en esta celda por toda tu eternidad.— asegura Aiden.
Aiden toma de la mano a Arya para salir de ese lugar. Arya puede ver la preocupación de su hermano, pues él tenía esperanza de que capturando a ese hombre encontrarían una cura. Carlisle se acerca a ellos preguntando si lograron algo, pero, enseguida nota la decepción en Aiden.
—hermano, ve a descansar, hablaré con su alteza.— sujeta el brazo de Carlisle.
Ya que están a solas le cuenta la poca información que Marius le dio, la cual no era de ayuda, y lo peor de todo, es que no pueden cortarle la cabeza o Arya corre peligro de perder el control.
Más tarde esa misma noche, Carlisle bajo a los calabozos, Marius aun seguía despierto y ante la presencia de Carlisle dejo escapar un gruñido.
—si me dices como romper la maldición, te liberó y dejo que te la lleves.— propone Carlisle.
—¿harías eso?, ¡ha!, lo dudo, la aprecias demasiado...puedo sentir tu aroma en ella...debí tomarla esa noche que la marque.— responde Marius.
—es mi esposa, es normal consumar el matrimonio, pero, si realmente te interesa, eso no debe importar, ¿no?— toma asiento delante de la celda.
—¿por qué dejarías que la lleve?, puedo ver que te importa, si no, te hubieras ido con la otra...ella ha venido por ti también.—
—no tengo interés en vivir con esta maldición, ¿por qué me iría con aquella desconocida?— se encoge de hombros.— así que, si me das una solución, te dejo ir y te entrego a la princesa.
—no hay cura, se lo dije a ella...así que, ella misma vendrá a buscarme, me necesita.— responde con una expresión de arrogancia.
—ella nunca se irá contigo si yo no la rechazo, así que piensa, si la quieres, dime como romper maldición.— se pone de pie.
Marius se queda en silencio un momento, parecía pensativo y finalmente tras dejar escapar un suspiro.
—el alfa tiene el don de romper la maldición de los marcados, pero...en la manada no hay alfa, desapareció hace años, y no hay sucesor.— responde.
Y por como esta todo, duda que el alfa regrese, nadie ha podido dar con él aunque hayan recorrido el mundo.
—¿y como es que se da un alfa?, si desapareció, ¿no tiene heredero?— pregunta.
—el alfa le pasa el don a su heredero, o en caso de que muera el alfa, el don se pasa al siguiente en la línea de sucesión, es decir su hijo, y si el hijo muere o no lo tiene, pasa al siguiente pariente joven...—
—¿y porqué no hay alfa?, si el don se pasa de esa manera.— eso le causa curiosidad.
—el alfa desapareció...pero, el siguiente en la línea no heredero el don, así que los ancianos asumen que sigue vivo, y sin ese don, no pueden nombrar alfa a nadie más.— responde.
—¿en que consiste ese don? Que por lo visto es muy importante.—
—le permite usar magia y someter a quien quiera revelarse contra él o la manada, y otros dones, entre ellos, romper romper la maldición de los marcados.— asegura.
Carlisle se queda en silencio, pues, aunque el alfa posea el poder de romper la maldición, si los licantropos no saben donde esta, aunque él busque será imposible encontrarlo.
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