El Cruel Multimillonario y la Novia Ciega

Adam: Llegamos a la mansión y Sara está más calmada.

Sara, ¿podemos conversar un instante en mi oficina?

Sara: Entro en la oficina de Adam y él me sienta en el sofá. Escucho su respiración pesada y me preocupo por lo inquieto que parece. Puedo oírlo caminando de un lado a otro.

¿Está todo bien?

Adam: Sara, te estoy entregando nuestro contrato de matrimonio, estás libre.

Apenas consigo formular esa frase, después de años luchando para no sentir nada, sufriendo en silencio e ignorando el dolor, bajé la guardia para un ángel, al que yo mismo me encargué de romperle las alas. No la culpo por no sentir nada por mí, todo lo que hice fue causarle dolor a la única luz que dejé entrar en mi vida.

Sara: Adam...

Adam: Sé que cumples con tu palabra, pero te estoy liberando, Sara. Lize vendrá a buscarte, le envié un mensaje.

Sara: Adam sale de la oficina y cada paso que da hacia la salida me hace sentir miedo y desesperación. Me encojo en el sofá aguardando a Lize completamente devastada. Adam me prometió que cuando acabara conmigo, iba a desear la muerte, cumplió su última palabra. Solo de pensar en volver a vivir en la misma casa que Melissa siento dolor en el pecho.

Adam: Josiane, arregla todas las cosas de Sara, Lize vendrá a buscarla.

Josiane: Señor Adam, ¿a dónde va así?

Adam toma el casco y sale, sus ojos están inundados y su voz salió embargada, nunca lo vi tan destruido. Subo y no encuentro a Sara, arreglo sus cosas llorando, estaba tan segura de que se estaban involucrando.

Katy: ¿Por qué estás arreglando las cosas de Sara, Josi?

Josiane: Ella se va.

Katy: Pero, pero Adam...

Josiane: Él salió de aquí devastado. Tal vez ella pidió irse, Katy.

Lize: Entro en la casa de Adam y voy directo a la oficina, veo a Sara encogida abrazada al contrato de matrimonio llorando y siento que me duele el pecho.

Sara, ¿te gusta él?

Sara: ¿Qué importa eso, Lize? Él nunca sería capaz de amarme. ¡Soy un peso para cualquiera!

Lize: Nunca digas eso, Sara, eres la mejor persona que he conocido en la vida. ¿El demonio de Adam te dijo eso?

Sara: No, él dijo que estaba libre. Si estoy libre, ¿por qué me siento tan infeliz?

Lize: Porque te enamoraste.

Sara: No, no podría, Lize, no después de todo. Tenías razón.

Lize: Tenía razón en cuanto a quién era él, no en cuanto a quién se está convirtiendo por ti. Dejarte ir es la prueba de que él cambió, Sara. El Adam al que me referí jamás rompería un contrato o desistiría de una venganza. Ahora todo tiene sentido, aún no había entendido que él estuviera durmiendo contigo de ese modo, hasta incluso me permitió verte y fuera de eso, ¿quién diría que Adam estaría describiendo el cielo para alguien? ¡Vi cómo te miraba!

Sara: Entonces el amor de él es cobarde, Lize, me dejó irme.

Lize: Por lo que me contaste de su infancia, es todo nuevo, tal vez eso esté siendo difícil para él también. Así como estoy viendo que está siendo difícil para ti.

Sara: Entendiste mal, Lize.

Josiane: Disculpa, oímos sin querer. Ella no entendió, Sara, Adam es diferente cuando está contigo. Él salió de aquí al borde de la desesperación, porque tengo la certeza de que no aguantaría verte partir.

Katy: Ya habíamos percibido los cambios de él, Sara, y también la forma apasionada en que te miraba.

Sara: ¡Dios mío! Estoy tan confundida. Pienso muy diferente de eso.

Lize: No pienses, Sara, las pasiones son tan avasalladoras que a veces nacen de una mirada o de un simple toque.

Sara: ¿Ya salió?

Josiane: Ya salió, Sarinha.

Sara: Me siento y seco mis lágrimas. Si todo esto es verdad, si no es lástima y si él se enamoró, ¿por qué se libra de mí?

Vamos, Lize, espero que aún pueda verlas a ustedes dos. Gracias por todo lo que hicieron por mí.

Lize: ¿Estás segura?

Sara dice que sí y nos despedimos, una despedida dolorosa. Salimos de la mansión de Adam, estoy segura de que parte de Sara quedó allí. Llegamos a casa y noto lo triste que está Sara. Mi madre viene a recibirnos, tal vez ella me ayude a animar a Sara.

Madre, ¡Sara volvió!

Mileide: Hija, tu padre te necesita, déjame llevar a Sarinha a su cuarto, quiero matar las saudades de mi niña.

Lize: Ya subo con papá, Sara.

Sara: Siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo cuando Mileide sujeta con fuerza mi brazo, ella me arrastra hasta la cima de la escalera.

Mileide: Sería óptimo simplemente tirarte de aquí, te rompería el cuello, todos iban a pensar que la ciega inútil sufrió un terrible accidente y listo. Pero, ahí Sarinha, iba a perder mi juguete favorito. ¿Y qué gracia tendría la vida? Que sepas que te extrañé y es óptimo tenerte de vuelta en casa.

Sara: Mileide me tira con fuerza al suelo de mi cuarto y sale. Sigo hasta el baño y cierro la puerta con llave, no soporto más esto.

En la playa...

Otávio: Adam me llama y voy hasta él. Lo encuentro literalmente llorando sentado en la playa, llego a paralizarme sin reacción por unos instantes.

Adam…

Adam: ¡Ella se fue!

Otávio: ¿Sara?

Adam: Josiane confirmó, ella se fue.

Otávio: ¿La amas?

Adam: Todo lo que hice fue evitar cualquier sentimiento. Me acuerdo de dormir sin cenar tantas veces aguardando a mis padres, llegué a dormir sentado en la mesa cuando ni siquiera mis pies tocaban el suelo. Ellos prometían y nunca aparecían, entonces decidí no esperar más. Fue bueno, porque así no me decepcionaba y no sufría, pero era vacío. No percibí ese vacío hasta que Sara llegó, ella me mostró otro lado de la vida, fue dulce cuando fui cruel y fue gentil cuando no la merecía. Me hizo sentir el corazón latir fuerte y rápido por primera vez, cuando yo ni siquiera sabía que tenía un corazón, Otávio, y ahora tengo que anular nuestro matrimonio.

Otávio: ¿Es eso lo que quieres? ¿Quieres anular la mejor cosa que ya sucedió en tu vida?

Adam: Ella fue a parar al hospital con una conmoción porque prohibí a todos los funcionarios de la mansión que la ayudaran. Hice cosas terribles con ella, Otávio, anular ese matrimonio es la cosa más difícil que voy a hacer en mi vida, pero no puedo atar a Sara a mí, no la merezco.

Otávio: Fuiste cruel, Adam, eras quien eras. No había humanidad en ti y era difícil hasta incluso ser tu amigo. Pero sabía que toda aquella fachada era una forma de protegerte y si quieres saber mi opinión, no tienes más que protegerte, no necesitas. Ya no eres aquel Adam y Sara es especial. Ella te va a mostrar que mereces ser amado, no la abandones, Adam, ella también te necesita, necesita a alguien que la ame y cuide de ella. La mandaste de vuelta a un lugar que ni siquiera sabes si está segura.