Luca pierde la cordura en un viaje de trabajo por California, al cruzarse en su vida con una joven mujer.
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Capitulo 20
Luca
No había prestado atención a la ropa, hasta que Fabrizio saco el tema, estaba tan apurado en comprar el bendito teléfono y llevárselo a Zhavia, que ni siquiera me había cambiado. Llegué, me acosté y al levantarme simplemente salí como estaba. No sabía que decir, me quedé en un estado dubitativo algunos segundos.
- Es qué no pase la noche en el hotel.- Le dije pero casi dudando, mi tono de voz no salió seguro de lo que decía, lo que solo levanto más sospechas en mi querido amigo
- Qué dices? Ví tu auto cuando llegue en la madrugada con la chica del boliche, si estabas.- Fabrizio me lo dijo con cara de policía que quiere sacar una confesión, al no obtener respuesta de mí persona, solo suspiro.- De acuerdo, sino me quieres contar, está bien. Pero sea quien sea, el interés te hizo salir apurado que ni en cambiarte pensaste.- Y largó una carcajada. Las palabras de Fabrizio me dejaron pensando, ya que en verdad salí apurado para ver a Zhavia, había rechazado a una modelo, y no una modelo cualquiera e incluso me había olvidado completamente de la morena que se acercó desde el inició. Qué me pasaba?.
Ese día me quedé en el hotel, termine de ver lo del proyecto, quedé más tarde con Fabrizio para dar los últimos toques al contrato y presentarlo al grupo del proyecto de casas sustentables. Me había propuesto a mi mismo estar ocupado ese día y no buscar a Zhavia para nada, ni siquiera permitirme pensar en ella.
Por la tarde llego Fabrizio, terminamos de ver el contrato, arreglamos todas las cláusulas y puntos que habíamos acordado, y quedamos en presentarlo al otro día, para que Travis Smith y sus socios, puedan consultarlo con su abogado. Esa noche, como todas desde que estábamos allí, Bruno y Fabrizio iban a salir, pensé en quedarme pero decidí que mejor no, si me quedaba iba a terminar en algo que estuve evitando, Zhavia. Estábamos ya en el boliche, en nuestra mesa, unas bellas mujeres estaban ya con nosotros, era increíble pero ni bien entrábamos al lugar ya las mujeres nos miraban, y apenas y ocupamos el reservado vip y ya teníamos compañía femenina. Estaba en eso con una bella rubia, de piel bronceada, hermosos ojos color avellana, de mucha charla ella con una pose muy sensual en su cuerpo y su hablar y realmente no terminaba de concentrarme, simplemente no podía. Era como si mi cuerpo y mi mente se resistieran a estar con alguien que no fuera Zhavia, estaba disperso. Pensaba en que no la había visto, en que le dejé el celular y ella jamás me escribió, por qué no lo hizo? Le había dejado mi número anotado en la caja y quedamos en que me agendaria y luego me mandaría un mensaje, y no tuve noticias de ella en todo el día. Eso me molestó y no entiendo porqué, estuve con la ansiedad de resivir un mensaje suyo todo el día. Sonaba mi celular y al ver la pantalla no era un mensaje suyo y la decepción me invadía. Qué mierda me estaba pasando?! No podía estar así, no por aquella chiquilla, no era más que eso, y no teníamos más que sexo. No entendía a mi cabeza en ese momento.
En un momento de la noche no pude más, tuve que dejar la charla en pausa con aquella bella mujer y alejarme un poco para marcarle a Zhavia. Yo tenía su número, lo tuve siempre, pero quería que ella dé el primer paso. No podía con mi ego, no podía ser yo el que la buscará siempre. Bastante había dejado mi orgullo al ir a su casa apresurado a su encuentro, no me reconocía, yo no era así, yo no hacía estás cosas, ni siquiera lo hice con mis parejas formales. Pero tenía la indescriptible necesidad de verla, de sentir su voz, de tocar su piel, de tenerla encima mío o debajo de mí, la necesitaba, y ninguna mujer en este antro sería lo mismo, debía ser ella. Marco el número y nada que atiende, empiezo a enojarme, al cuarto intento por fin escucho una voz, su voz.
- Hola?.- Era ella y de fondo sé escuchaba muchísimo ruido.
- Zhavia?.
- Si.. quién es?.- Dice ella con ese tono de voz tan tierno que me enloquece.
- Luca.
- Ey! cómo estás?.
- Aquí esperando que me marqués tú.
- Lo siento, se me pasó pero mira.. tengo el celular encima. Paso algo?.
- Dónde estás?.
- En el bar de la otra vez, donde tocaron las bandas.
- En el sótano ése?.
- Jaja si, ahí mismo.
- Quieres hacer algo?.
- Mmm si, sentarme encima de tu cara.- Lo dice con aquella voz mezcla de sensual y tierna que solo me hace arder.
- Quédate ahí, ya salgo a buscarte.- Salgo a velocidad luz del lugar, ni me despido de los chicos, ni me acuerdo de la rubia que había quedado esperándome, solo me largo del lugar a buscar a Zhavia a aquella cueva dónde se encontraba. Solo quería llegar y sacarla de allí, y tenerla para mí.
Al llegar ella se encuentra afuera hablando con un chico, están de mucha charla y risas lo cual me molesta un poco. Si sabía que venía a buscarla, por qué hacer ese espectáculo? No podía hacerlo antes? O de última, hacerlo adentro para que no la vea? Sé que no somos exclusivos ni nada por el estilo, pero de todas formas por qué hacer eso arriesgando a qué la viera? Pensé en bajar y golpear a aquel tipo o irme del lugar, pero moría de ganas de estar con ella, tragué saliva y solo toque la bocina, ella se giró y al verme, se despidió de aquel hombre y vino al auto con una sonrisa en su rostro. Al subir me sonríe y se acerca a besarme, correspondo aquel beso.
- Qué hacías con ése?.
- Con él?.
- Si.
- Nada, solo hablábamos, es un amigo. Por?.
- No, por nada.- Arranco el auto y ella enseguida pone música, vamos en silencio, pero ella tararea la canción que suena, lo que me saca una sonrisa, por alguna razón que desconozco toda ella y su persona es una bocanada de aire fresco para mi, no puedo enojarme con ella. Llegamos al hotel, bajamos y la tomo de la mano casi sin darme cuenta, ella mira nuestras manos y luego me observa, dibuja una sonrisa en su bella boca. Subimos a la habitación, y apenas entramos cierro la puerta y ella se abraza mi cuello y me besa.