Akira un día despertó en el cuerpo de Mei, una princesa ignorada por su esposo el segundo príncipe, ahora Mei dejará de lado a ese esposo suyo y buscará liberarse de ese matrimonio y unirse al ejército de su padre.
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capítulo 19- la culpable
La doncella de Sumi irrumpe en la residencia del príncipe, aun con todos presentes, la chica se lanza a los píes de Jiro.
- alteza, Sumi-sama, Sumi-sama esta mal, podría haber sido envenenada.
- ¿que? Esto...princesa Mei tú...
Pero antes de poder regañarla, Mei ya había corrido hasta la residencia de Sumi arrastrando a aquella sirvienta consigo.
- alteza, la princesa ha matado a Sumi-san.
Keiko finge llorar en brazos del príncipe pero este la aparta y corre también hacía la residencia de Sumi, ordena que traigan al doctor de la familia, pero que también vayan por los mejores a la ciudad. Cuando Jiro llega, Mei tiene de rodillas a la sirvienta frente a la cama Sumi.
- ¿cual es el antídoto? Si Sumi muere, yo misma voy a cortar tu cabeza! Responde!
- no lo se, no lo seee! Yo no hice nada...
La sirvienta sigue llorando.
- mentira, fuiste tú!
- alteza solo mire como culpa a mi pobre doncella.
Keiko también ha llegado, pero el príncipe la ignora porque ha ido a sujetar la mano de Sumi, el doctor llega poniéndose a trabajar de inmediato.
- Mei! Dame el antídoto, si lo entregas seré benevolente contigo.
- dígale eso a esta mujer.
Mei le sujeta del cabello y la mantiene cerca del príncipe, la mujer solo llora.
- yo no hice nada, nunca he estado aquí...
Al escuchar esas palabras, Jiro recordó que esa chica era la misma que vio entrar a esa residencia llevando una bandeja de té, misma bandeja que al observar mejor, esta sobre la mesa de Sumi, significa que Mei no era responsable y estaba por culparla. Se pone de pié frente a la sirvienta.
- ¿cual es el antídoto? Habla!
- y-yo no lo se, no se nada, me están juzgando injustamente.
- alteza por favor, mi sirvienta no hizo nada malo.
- silencio! Torturen a ambas hasta que den el antídoto.
Keiko se paralizó al escuchar aquella orden, por un momento creyó que hablaba de la sirvienta y de Mei, pero para su sorpresa, es a ella a quien sostienen, Keiko grita y jura que no sabe nada, pero el príncipe ya le dio la espalda, así que en el patio, atan contra un árbol a la sirvienta y cuando están a punto de darle un golpe.
- fue Keiko-sama, ella me dijo que le pusiera el veneno en el té a la concubina Sumi y culpara a la princesa, yo solo seguía órdenes.
La chica lloraba con desesperación, pero, solo la dejaron atada, es a Keiko a quien hacen arrodillarse, mientras van por el príncipe, para informarle que la sirvienta habló, rápidamente Jiro sale, ya que Sumi está siendo atendida.
- danos el antídoto o te torturó aquí mismo.
- pero alteza no he sido yo, debe ser una trampa de la princesa...
- yo no tengo motivos para matar a Sumi, porque mi único objetivo es divorciarme.
Jiro se sorprende al escuchar esas palabras, pero no es momento de pensar en ello, ahora lo importante es conseguir la cura de ese veneno, ordena a lo sirvientes buscar en la habitación de Keiko, mientras está aun alega inocencia, Mei por parte, se mantiene cerca de Sumi.
- Sumi-chan, vamos, debes ser fuerte, aguanta...
El doctor esta haciendo todo lo posible para retardar los efectos del veneno, pero no están funcionando mucho. Keiko se ha colgado de la ropa del príncipe, suplicando, se niega a aceptar que ella fue. Jiro levanta la mano y es entonces que Keiko recibe un golpe del látigo en su espalda, soltando un aterrador grito.
- habla, dame el antídoto...
- alteza...por favor...yo he sido...seguramente la princesa quiere dejarme mal...
Jiro ordena otro golpe y Keiko grita nueva, así continúan cuando la espalda de la chica esta lástimada, incluso la ropa se ha roto por los golpes y Keiko se apoya con las manos en el piso, no puede siquiera creer que este en esa situación, su plan era tan perfecto y ahora, esta siendo castigada.
- ¿seguirás sin decir donde esta el antídoto? Te aseguro que se no hay y Sumi muere, te torturare hasta que supliques que te maten.
Keiko apretó los labios con fuerza, no pueden condenarla, no si no hay pruebas que ella compro el veneno, debe resistir, así pensarán que de verdad no sabe nada. Mei se acerca y le quita a Keiko el prendedor de su cabello, era con una punta muy afilada, así que sujeta su mano.
- este es una manera de torturar que me enseño mi padre.
No puede decir que lo aprendió en su entrenamiento en su vida pasada, por suerte es hija de un general. Sujeto fuertemente la mano de Keiko y ante la mirada de todos y los gritos de la concubina, inserto la parte filosa entre la uñas de Keiko, sus gritos eran desgarradores, por supuesto, esa era una zona muy sensible, los sirvientes incluso cerraron los ojos mientras menos hablará Keiko, más clavaba la punta.
- ¿vas a ha hablar? Aun tienes nueve dedos más
Keiko lloraba con desesperación, pero el príncipe nisiquiera intentaba ayudarla, todo estaba mal, debería ser la princesa quien estuviera en su lugar.
- e-esta de bajo de mi cama...en una caja de madera, debe beberlo directamente de la botella.
Por supuesto, en caso de cualquier accidente, compro el antídoto. Jiro envío enseguida a los sirvientes a buscar esa botella.