ERROR: Rojo Carmesí

Abrió sus ojos sintiendo el peso del sueño y del sueño ue tuvo esa noche.

Recordó como en su sueño Erica le gritaba por ser un criminal e infiel por las supuestas pruebas de Rouse, a su madre llorando y a la psicópata escondida entre las sombras con una sonrisa.

Lo peor de ese sueño es que ahora que la había hecho enojar podría pasar y para rematar hoy iría con Erica a visitar a su madre por primera vez. la presentaría como su novia oficial. Ese día no podría estar tan lleno de emoción (claro que no estaba emocionado)

Después de que Rouse cambiará totalmente su actitud y su manera de mirarlo, que por cierto le revolvía el estómago su nueva forma de verlo. Tubo que llamar a Erica para que lo buscara. Si, fue algo tonto pero Rouse lo había dejado tirado en el otro lado de la ciudad sin dinero y sin su auto ¿Que más podría hacer?

—¿Y si no le caigo bien?—Pregunta Erica se revolvía en el asiento del auto de Damián.—Creo que comienza a hacer bastante calor.

—Erica, el aire acondicionado está encendido.—Damian la mira de reojo y la chica hace un puchero.—Mi mamá ama a todo el mundo, tienes que ser realmente una mala persona para que te desprecie.

—¿Y si soy una horrible persona?—Damian soltó una risita.—Ademas no quiero que me quiera necesito que me adore.

—Yo te adoro.—Damian toma su mano y la besa. Ve de reojo como Erica se sonroja.-Creeme, eres perfecta.

.........

Era hora de jugar su juego favorito.

—¿Que peluca escojo?—Pregunta Rouse a su reflejo.

Da un paso a la derecha y responde.

—¿Que te detiene de usar ambas?—se responde a si misma.

Da un paso a la.izquierda y esboza una sonrisa.

—¿Cómo no lo pensé antes?

La operación espiar a Damián sería un éxito de el día, claro sería breve porque decidio que devia trabajar en su próxima conquista el guapo jóven Ricardo. Uy estaba loca por el desde que estaba en el orfanato, aunque claro en ese entonces solo era Rick el delincuente.

—Primero usaré la peluca rubia.

.........

Estaba súper nerviosa cuando Damián aparco en el estacionamiento de una casa grande, un gran jardín y macetas colgantes del techo.

Miro a Damián cuando saco la llave del auto y la guardo en su bolsillo.

Sentía como su corazón casi salía de su pecho. Damián bajo del auto sin decir nada más.

No hubo otro beso reconfortante, ni una mirada de comprension. Solo la ignoro y ahora la esperaba fuera del auto. Quizás quería darle su espacio o quizás solo estaba distraído.

Desde que conocía a Damián siempre había sido así, por su exigente y peligroso trabajo. Pero desde que comenzó ese caso en particular ha estado más raro de lo usual.

Pensará que Erica no se da cuenta pero ella lo sabe. Trata de ser optimista, es lo que su madre siempre le enseño.

Las sonrisas pueden arreglar los problemas del corazón.

Ahora que lo pensaba ese dicho le comenzaba a sonar algo ridículo. Y ella no sabía porque seguía confiando en su consejo porque jamás ¡JAMAS! Le había funcionado realmente.

Con excepción de Damián, su sonrisa siempre parecía reconfortarlo pero eso estaba cambiando. Odiaba cuando las cosas comenzaban a cambiar y a consecuencia su tic en el ojo había vuelto.

Tomó la manilla con el ceño fruncido y cierra la puerta con fuerza. En su ojo vuelve su tic nervioso. Damián no la mira, solo mira a la casa así que Erica decide adornar su rostro con una sonrisa.

—¿Aquí pasaste tu infancia?—Se deslizó delante de el. El le dirigió la mirada y asintió.

—Tengo muchos recuerdos de cuando era niño.—Levanto el brazo y señaló.

Erica miró detrás de el y vio que señalaba un árbol con una forma peculiar. Está inclinado en forma de L.

—Me sentaba ahí o escalaba ese árbol, dije que cuando sería grande serie un mono del zoológico.

Erica no pudo evitar soltar una gran carcajada y miro de vuelta a Damián que tenía laa mejillas rojas.

—El Mono Damián.—Erica dice eso en voz alta y Damián pasa las manos por su cabello.

—El mono Damián se volvió policía.

Erica sonríe de nuevo y se pone de puntillas y le da un beso en la mejilla a Damián.

—¡Mi niño!—Erica se sobresalta al escuchar la voz de una mujer. Volteo y vio a una señora de baja estatura y un poco regordeta.—Oh por Dios Santo tu debes de ser Erica.—La señora se acerca hacia Erica y le da un fuerte abrazo.

Erica le lanza una mirada a Damián. Ayuda, quiso decirle.

—Erica, ella es mi madre.

.........

Ver a su madre y a Erica juntas para Damián fue como ver a un arcoiris y magia de hadas.

Suspiró y subo la escaleras mientras escucha como Erica le enseña canciones de Taylor Swift a mi madre.

¡Taylor Swift!

Definitivamente perdió las esperanzas de que a su alrededor todos fueran números y cálculos y cosas grises. Se sorprendió a si mismo tarareando Blanck Space.

Desde que la conocía Erica había puesto esa canción varias veces y comenzaba a aprenderse la letra.

Abrió la puerta de su antigua habitación de adolescente y vio lo que subió a revisar.

—Boys only want love if it's torture

Don't say I didn't, say I didn't warn ya.

La chica rubia cantaba la canción recostada en su cama con un juguete de dinosaurio en las manos.

Damián con paso fuerte y decidido de hacerca hacia la chica.

—¿Que se supone que estás haciendo?—Pregunta murmurando.

—Me aburro. Erica tiene buen gusto musical.—Sonrie y comienza a tararear la canción.

—¿No te basto molestando en la tienda?

—¿Molestar?—Rouse se incorporó en la cama. Había logrado molestarla.—Literalmente solo te atendí y te di el cambio de las galletas que compraste para tu novia.

Damián suspiro y miro a todos lados buscando una salida. Cuando llegó a la casa y la vio merodeando por el jardín no sabía que hacer para que Erica no la viera y ella decide entrar en su habitación.

—Ademas te vigilo.

—¿Vigilarme? ¡Me tienes contra la espada y la pared! Además tu me dejaste botado.

—Casi arruinas mi misión, no te voy a perdonar tan fácil.

—¿Y que quieres?

—Por ahora nada.—Rouse se encoge de hombro y comienza a caminar por toda la habitación.

Una nueva canción comienza a sonar y Rouse comienza a tararear.

Damian abre la puerta y se asegura que nadie venga subiendo por las escaleras.

Una nueva canción de Taylor Swift comienza a sonar.

Cuando devuelve la mirada hacia Rouse ella le toma de los brazos.

—your so gorgeaos.—Le susurra a la cara siguiendo la canción.

Damián se sorprende cuando nota que la chica tiene más fuerza de lo que pensaba.

Rouse se acerca más y por alguna razón Damián no puede separarse de ella.

—¿Este es mi castigo? Para salvarme tengo que escucharte cantar Taylor Swift.

—No, aunque me estás dando una buena idea.—Rouse ríe y se hacerca más.—te daré en dónde más te duele.

—¿De nuevo?

—Si, Pero está vez será más radical. Vas a bajar las escaleras y le dirás a tu mami y a tu novia que renunciaste a tu puesto de policía porque ahora quieres ser actor.

Si no fueran otras circunstancias Damián lanzaría la.risa más escandalosa que nunca había soltado jamás. Trato de zafarse de la chica pero ella se aferró más a el.

Damián bajo la cabeza la alzo de inmediato cuando vio el escote de la chica.

—estas loca.—Miro a sus ojos y a las lentillas azules que traía puesta.

—Esa conversación ya la habíamos tenido.

Rouse miro su pecho y luego volvio a mirar a Damián a los ojos, está vez su mirada ya no se mostraba atrevida, ni juguetona, ni siquiera retadora ni espantosa. Está vez su mirada era dulce y sus ojos brillaban Pero quizás era la decoración de las lentillas o solo su imaginación.

—Apuesto a qué Erica no te ha dicho que tus ojos son hermosos.—Susurro y se acercó un sentrimetro más.

Sus palabras aturdieron a Damián que solo frunció el ceño. Quería apartarse, tenía la fuerza suficiente para hacerlo y lo iba a hacer cuando Rouse suspiró y sintió su cuerpo muy apegado al de el.

—¿Por qué siempre tienes que mencionarla?—Pregunto Damián sinnquitarle la mirada de los labios.

—Para recordarte que tienes novia.

—No necesito que me lo recuerdes, gracias.—Dirijio su mirada a sus ojos y rogó para no estar sonrojado.

—¿Seguro?

Rouse pasa sus manos suaves por la nuca de Damián y el siente como todo la piel se le pone de gallina. A penas tomó consciencia cuando Rouse estaba solo a centímetros de su rostro.

—hueles a ese perfume de coco, comienzo a detestarlo.—Le dijo está vez mirándola a los ojos con el ceño fruncido.

Ella hace un puchero.

—Quizas si me acerco más cambies de opinión.

Rouse se puso de puntilla y aferró más sus manos a la nuca de Damián. El cerro los ojos...

—¡Damian!

El se sobresalto cuando escucho el grito de su novia y se separó de Rouse tomándole de las manos. Rouse parecía casi tan asustada como el. No dejo que la chica loca dijera o pretestara algo y la cargo y la lanzo debajo de su cama.

—¡Damián! ¡Tu mamá hizo galletas!

—¡Ya voy!