Aiden ha reencarnado en un mundo donde quienes dominan son los alfas y quienes son despreciados son los omegas. Ahora él es un pequeño omega obligado a vivir bajo las sombras debido a la familia del alfa que abusó de él y por consecuencia tuvo un hijo de este, quien recibe crueles tratamientos debido a la falta de feromonas de su padre.
Pero ahora, con este nuevo Aiden, todo cambia, moviendo sus piezas a su favor, logra llevarse a su hijo lejos de esa familia y en busca de crear una medicina que pueda salvar a su hijo, se verá en la mira de personas peligrosas que buscan acabar con su medicina experimental, pero recibirá la ayuda de quien menos esperaba, Barett Durov, el padre de su hijo.
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Capítulo 19
El cuerpo de Caden fue enterrado en un hermoso jardín en el cementerio central, Aiden estuvo presente en el entierro junto a la familia de Caden.
Terminada la ceremonia, Aiden se acercó a la madre de Caden para contarle sobre el gran avance que había logrado gracias a él.
"Ahora solo es cuestión de tiempo para que el medicamento se dé a conocer, solo necesito ponerlo a prueba", dijo Aiden.
"Gracias por todo, mi hijo descansará en paz ahora", dijo la madre de Caden con una sonrisa.
Una fresca brisa sopló en el hermoso jardín, el campo verde y las flores traían consigo un delicado aroma con el viento anunciando la primavera.
Después de dejar un ramo de flores sobre la tumba de Caden, Aiden volvió a su casa para continuar su trabajo.
"Gracias por todo", dijo en agradecimiento a Caden.
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Aiden pidió una semana libre de su trabajo en el centro de investigación, los superiores pretendían tener una reunión con él para hablar sobre su reciente comportamiento, pero se negó pidiendo tolerancia por una semana.
Equipó su habitación con un monitor cardíaco para controlar sus signos vitales, junto con un suero y varios medicamentos y suplementos que debían aplicarse mientras estuviera inconsciente.
"¿Es seguro hacer esto?, ¿estará bien?, ¿qué pasa si sucede algo?, ¿a quién debería llamar?", preguntó Michael impaciente.
"No sucederá nada de lo que debas preocuparte, será como si estuviese dormido, solo debes inyectar estos medicamentos en el suero como te indiqué", dijo Aiden calmando a Michael.
Ya había preparado a Michael para que fuera capaz de aplicar los medicamentos mientras él los necesitara, tenía un orden y horarios en los que debía aplicarse cada medicamento, Michael ya había aprendido todo gracias a Aiden.
El medicamento ya estaba listo, era una auto inyección que podía aplicarse en la parte posterior del cuello, exactamente en la glándula, debía hacerse con mucho cuidado, ya que el lugar era frágil.
Aiden iba a usarse a sí mismo como primer sujeto de prueba.
La cuna de Isaac fue colocada provisionalmente en la habitación de Michael hasta que Aiden despertara.
Su pequeño hijo lo miraba sentado desde la cama con curiosidad mientras Aiden preparaba todo.
"Todo va a mejorar, solo espérame un poco y sé un buen niño", dijo Aiden tomando a su hijo en brazos, besó su pequeño rostro y se lo entregó a Michael.
Como la condición de Aiden era un caso grave, el medicamento lo haría dormir durante una semana, en todo ese tiempo la feromona saldría de su cuerpo por lo que la habitación fue cubierta por un aislante de feromonas.
Aiden se acostó en la cama, se colocó la vía intravenosa y tomó la auto inyección en su mano para aplicársela él mismo.
"Nos vemos en una semana, procuren no salir de la casa y cuida de mi pequeño bebé hasta que despierte", dijo Aiden sonriendo y despidiéndose del pequeño Isaac quien lo miraba con tristeza.
"No iremos a ningún lado hasta que usted despierte", aseguró Michael con unas cuantas lágrimas cayendo por su rostro.
Aiden los miró a ambos por última vez y puso la inyección en su glándula con cuidado, un sueño pesado le llegó de repente, se acomodó en la cama y cerró los ojos quedándose dormido.
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Era primavera, el renacimiento de la naturaleza, con su llegada varias plantas y animales comenzaban su periodo de actividad.
En medio del jardín en una hermosa sala de té, la Señora Iria se encontraba disfrutando del agradable clima.
Su medio de diversión en estos días era mirar el video que tenía grabado en el celular que le había entregado el jefe de guardaespaldas, lo miraba en reiteradas ocasiones sintiéndose satisfecha.
"¿Qué es lo que mira, madre?", preguntó Carlota quien también se encontraba ahí.
Venía con frecuencia a la casa de la Señora Iria para hablar sobre la fiesta de compromiso y acordar los detalles para los arreglos, dos meses pasan rápido y tenía que organizar todo perfectamente para que fuera una fiesta de compromiso inolvidable.
El alfa Barett Durov ya era suyo y era algo que debía mostrar al mundo.
"Solo un recordatorio para ese omega", respondió la Señora Iria dejando el celular sobre la mesa.
La sola mención de ese omega era irritable para Carlota, entendía de a quien se refería la Señora Iria al mencionar a ese omega.
"¿Es seguro que ande libre por ahí?", preguntó Carlota temiendo que ese hombre pudiera hacer un escándalo el día de su compromiso.
"Sabe de lo que soy capaz, no se atreverá a hacer nada, así que no te preocupes", dijo con una sonrisa la Señora Iria.
"Pero podría usar a ese niño ilegítimo para su beneficio", replicó Carlota.
Ya era insoportable la idea de que ese niño llevara la sangre de Barett, y si ese omega se atrevía a tratar de que lo reconozcan como parte de la familia Durov, sería intolerable.
"No lo hará, ya me encargué de eso", dijo la Señora Iria explicándole sobre los documentos que había hecho que firmase Aiden.
Ya más tranquila, Carlota volvió a relajarse y disfrutó de las delicias traídas por la empleada junto con una taza de té.
Mientras disfrutaban de su compañía, uno de los empleados apareció anunciando la llegada de Barett a la casa.
Carlota no lo había visto en un tiempo, estaba emocionada por poder ver finalmente a Barett.
La Señora Iria vivía en la casa principal, en cuanto a Barett, él se había mudado desde muy joven a una gran mansión propiedad de la familia Durov.
El padre de Barett, el Señor Durov, era igualmente un Alfa dominante, falleció hace más de nueve años en un accidente aéreo, por lo que Barett tomó control total de todas las empresas y acciones de la familia Durov desde muy joven.
"Buenos días, madre", saludó Barett en cuanto llegó al lugar, venía a la casa principal a visitar a su madre ocasionalmente.
Carlota corrió a su lado dándole un beso dejando una marca de labial sobre la mejilla de Barett.
"Te eché de menos", dijo con una dulce voz.
"Tu madre y yo estamos discutiendo sobre los arreglos para el compromiso, ¿quieres quedarte para dar tu opinión?", preguntó tomando el brazo de Barett.
Barett soltó su brazo y se alejó sin decir nada, ya que su madre estaba acompañada su presencia no era importante.
