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RENACIMIENTO EN SILENCIO.

RENACIMIENTO EN SILENCIO.

Status: Terminada
Genre:Mujer poderosa / Maltrato Emocional / Amor-odio / Mujer despreciada / Completas
Popularitas:926.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Frida Escobar

*Sinopsis:*
¿AMOR O VENGANZA? SU SILENCIO ES SU ARMA.

Alejandra despierta con una misión: Olvidar a Ronan y reconstruirse. Pero Victor un peligro enemigo la asecha.
¿Caerá en su juego de poder......... O usara su dolor para volverse imparable?

NovelToon tiene autorización de Frida Escobar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El secreto que puede cambiar todo.

Llegué al departamento cuando ya el sol se escondía detrás de los edificios, tiñendo el cielo de un naranja opaco que se desvanecía poco a poco. Con un aire fresco que movía mi cabello.

Subí las escaleras sin prisas, como si algo dentro de mí me dijera que esa noche sería diferente. Entré a mi habitación y me despojé lentamente de la ropa, dejando que el agua caliente de la regadera cayera sobre mi piel, intentando llevarse el cansancio.

Al salir, me envolví en una bata suave y cálida. Caminé descalza por el pasillo de madera hasta llegar a la terraza. Tomé la silla que había dejado allí hace unos días, como si me esperara, y la arrastré hasta el rincón donde el viento me despeinaba suavemente. Me senté, estiré las piernas sobre la baranda fría y comencé a masajearlas. Cerré los ojos, eché la cabeza hacia atrás, respiré profundo.

Entonces los escuché.

Las voces agudas y alegres de niños riendo y gritando "¡Dulce o truco!" se colaban desde la calle. Miré hacia abajo y los vi. Disfrazados de momias, esqueletos, fantasmas, vampiros. Sonreí inevitablemente. Algo en su inocencia me conmovió.

Llamé a Iván por teléfono y le pedí que trajera dulces. Mientras bajaba, les hice señas a los niños para que esperaran. Corrí a mi habitación, sin pensarlo demasiado, y me puse el primer vestido que encontré en el armario, uno de tirantes oscuros, la bata la dejé tirada en la cama.

Al bajar, Iván ya me esperaba con una bolsa grande de dulces. La puse en un recipiente de plástico mientras le pedía que los distrajera un poco. Tomé el traste en mis manos y salí. Verlos tan emocionados me provocó ternura.

—Mira esa momia —le dije a Iván señalando a un niño todo envuelto en vendas.

—Y esa brujita, seguro así te vestias tú de niña —me dijo él, señalando a una pequeña de trenzas negras.

Nos reímos. Empecé a repartir los dulces, uno por uno, mientras los niños me decían gracias entre risas alegres. Pero entonces, el ambiente cambió.

La llegada de Ronan fue como un momento tenso. Los niños se silenciaron de golpe, algunos dieron un paso atrás. Lo miraron con miedo, hasta que un niño le sonrió y por primera vez ví una sonrisa en sus labios.

Le hice señas a Iván para que se fuera. No quería que Ronan se alterara, ni que se metiera en problemas por mi culpa. Últimamente Ronán se había estado comportando raro.

Me aparté para dejarlo pasar, pero él no entró. Se quedó allí, observando con una seriedad que helaba el ambiente. Entonces una voz infantil rompió el silencio.

—Hola, señor Castillo. Mi papá dijo que viniéramos a su casa —dijo un niño con una capa de superhéroe.

Dos hombres, vestidos con trajes oscuros, bajaron del auto de Ronan cargando cajas. Los niños rodearon el coche y estallaron en gritos de felicidad cuando vieron lo que traían: juguetes, muñecos, e incluso tabletas electrónicas. No podía creerlo. Yo con mi ridículo traste de dulces de supermercado y él... repartiendo tecnología de última generación.

Me sentí pequeña y ridícula.

Entonces Ronan se acercó a mi y solo el hecho que pusiera su mano en mi cintura me dejó paralizada, con firmeza me hizo caminar hasta el carro. Abrió el maletero y dentro había más cajas. Esta vez, para niñas: muñecas, peluches, juegos de té, libros de colorear digital, pero no eran sencillos al contrario se veían muy caras.

—Entregárselas es parte de nuestra empresa —me dijo serio.

Y solo esa frase me derritió.

Nuestra empresa.

Asentí. Con la idea de que era una de esas campañas de relaciones públicas. Aun así, lo hice. Fui repartiendo los juguetes uno por uno, y cada niña me abrazaba con una alegría que me contagiaban sonrisas.

Por un momento, me sentí útil. Parte de algo. Y ver a Ronán viéndome me hacía sentir rara.

Cuando todo terminó, suspiré. El silencio volvió a caer. Entonces miré mis pies y me di cuenta de que seguía descalza. Reí para mí misma, con un poco de vergüenza. Iba a volver adentro, pero entonces Ronan me habló, mirando la calle vacía.

—Mi abuela está internada —me dijo, sacando un puro que encendió con calma.

Lo miré, confundida.

—¿Qué? ¿Qué le pasó?

—Acabo de hablar con el médico—me respondió sin mirarme.

—¿Y qué ocurrió? Yo hablé con ella no hace mucho.

—Su corazón, se sintió mal y la internaron. El doctor dice que necesita estar tranquila.

—No soy la única que la altera —le respondí con honestidad.

Él asintió, dándole una calada al puro sacando el humo lento en el aire.

—Por su salud, lo mejor es no darle más disgustos.

—Por primera vez estoy de acuerdo contigo —dije, bajando la mirada, triste de pensar que se puso así por como le hable.

Sin más palabras, entré al departamento. Me cambié por algo más comodo, recogí mi cabello y salímos con él rumbo al hospital.

El ambiente era frío, silencioso. En el pasillo, Víctor estaba recargado contra la pared. Me escaneó con la mirada, de arriba a abajo, con una sonrisa sarcástica.

—De haber sabido que vendrías, habría traído a León —dijo, refiriéndose al chihuahua.

No pude evitar sonreír.

Ronan me tomó de la cintura, esta vez con una delicadeza que me descorserto. Entramos a la habitación. La abuela, pálida, pero lúcida, me sonrió al verme. Me acerqué con el corazón en la garganta.

—¿Qué ocurrió? ¿Fue por mi culpa? —le pregunté con la culpa en mi cabeza.

Ella negó.

—Ronan, déjanos solas —pidió con una voz suave.

Él obedeció. Cuando salió, me senté a su lado. Ella tomó mi mano con las suyas, que temblaban.

—Necesito decirte algo... algo que no me quiero llevar a la tumba. Acabo de enterarme de algo... es la razón por la que estoy así —susurró.

—No digas eso, abuela. Pero si necesitas desahogarte, aquí estoy.

Su voz tembló cuando me lo dijo:

—Víctor y Ronan… son medio hermanos.

Me quedé helada. Me llevé las manos a la boca, como si eso pudiera contener mi sorpresa.

—¿Cómo? —susurré—. ¿El enemigo de Ronan… es su medio hermano?

Ella asintió, con los ojos vidriosos.

—El desgraciado de mi hijo tuvo un hijo fuera del matrimonio… y no le dijo a nadie, tenía dudas pero ya es un hecho.

La noticia me golpeó dejandome sorprendida. Me sentía mareada.

Entonces, el cuerpo de la abuela comenzó a convulsionar. Grité por ayuda, y en segundos, médicos y enfermeros entraron a la habitación, sacándome a empujones.

Afuera, Ronan y Víctor estaban de pie, en silencio, enfrentados. Sus miradas chocaban como cuchillas.

Y yo, con el corazón latiendome, pensaba:

Si tan solo supieran...

1
Any Estrella Santander Donoso
Es en serio...noo como los encontró?
Any Estrella Santander Donoso
Yaa si se supone que él le quitó el celu y no tenía como saber el número nuevo
Any Estrella Santander Donoso
Vamos con tutti
Any Estrella Santander Donoso
Osea si no se cuida ...bb a bordo
Any Estrella Santander Donoso
Ya era hora
Any Estrella Santander Donoso
Tiene miedo que le pase algo
Any Estrella Santander Donoso
Oohh que bien se lo dijo
Any Estrella Santander Donoso
Que desgraciado se supone que sabe que está embarazada y la golpeó igual
Any Estrella Santander Donoso
Al menos saben que es mentira lo del bb
Any Estrella Santander Donoso
Uuufff él es tan obvio
Any Estrella Santander Donoso
Nooo que no haga tonteras
Any Estrella Santander Donoso
Uff espero no la descubran
Carmen Herazzo
me gustó mucho la historia fue muy interesante felicidades
Any Estrella Santander Donoso
Que locos todos
Any Estrella Santander Donoso
Jajajaja
Any Estrella Santander Donoso
Mm no estuve equivocada eran los 2 Claro ella tenía que casarse con un Castillo y si no perdería todo y él quería el poder de ella para tener todo de lo de Ronan
Any Estrella Santander Donoso
Noo Pero que trama
Any Estrella Santander Donoso
Isabella se hace la tonta
Martha Estrada Estrada
tanto pedo ya vez estando casada se resistió y ahora que ya no son nada le entrega su virginidad que cosas ahora estara embarazada el frito del amor todo lo que pasó y resistirse para nada en un rato todo lo que paso
Any Estrella Santander Donoso
Que desgraciado...y la siguió
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