Lazos De Amor, Sangre, Poder Y Dinero

Alex sigue las indicaciones del GPS para llegar a la dirección que le dio Eliana, no sabe exactamente a lo que se está metiendo, pero ahora está seguro de que la joven de ojos azules debe pertenecer a una familia importante del país, puede observar que lo están siguiendo dos vehículos de seguridad.

- "Parece que no eres muy del agrado de tu primo", dijo Alex.

- "Andrew siempre ha sido un idiota, debo reconocer que no es tan malo con los negocios, pero cree que el mundo le debe pleitesía. Te diría que lo ignores, pero eso sería peligroso", comentó Eliana.

- "Los tipos como él pueden causar mucho daño, me agrada que digas que no lo ignore, porque significa que piensas que puedo seguir en tu vida", expresó Alex.

- "Depende si no sales espantando cuando te diga quien soy", dijo Eliana, con una sonrisa nerviosa.

- "¿Eres una princesa de la mafia?, ¿tu padre es el más grande mafioso del país?", consultó Alex en tono de broma, mientras se estacionaba.

- "Sí", respondió Eliana, volteando a mirarlo.

Alex la miró, ella parecía hablar muy en serio, una relación así podría ser muy peligrosa, era salir huyendo o quedarse, pero aquella conexión que se forma entre dos personas que parecen unidas por el destino, parecía haberse formado entre ellos y no podía irse aunque la razón le dijera que lo hiciera.

Eliana volteó, sacó el seguro de la puerta, lo hizo tan despacio, pero sabía que tenía que bajarse de una vez.

- "Si me quedo tal vez muera, pero si me voy me arrepentiré toda la vida", expresó Alex, tomando su mano.

Eliana volteó y sonrió, se notaba en el rostro de Alex lo nervioso que estaba, pero sujetaba su mano tan fuerte que podía sentir los latidos de su corazón.

- "Mejor ingresa al estacionamiento, necesito explicarte mejor, si aún quieres quedarte", manifestó Eliana.

- "Claro", dijo Alex.

Minutos más tarde, Alex ingresó al Penthouse con Eliana, se podía ver la ciudad nocturna desde aquel lugar.

- "Toma asiento, y siéntete cómodo. Mi dinero, el que yo he generado es totalmente lícito, aunque admito que algunas de las cosas que he hecho, linda en el límite de lo legal. Pero mi padre, no sé cuánto de su vida es legal y cuánto de su vida es totalmente criminal. Estoy segura de que es un mafioso, aunque ahora se revista de honorabilidad", expresó Eliana, con las piernas algo temblorosas, sentándose al lado de Alex.

- "¿Y por qué no te alejas de él?, si ya hiciste tu fortuna aléjate, si quieres empezar de nuevo vamos a Nueva York y si eres inversionista, conozco a alguien que seguro podría llevarte a otros niveles. Me gustas y mucho, podríamos intentarlo lejos...", expresó Alex, mirándola con ternura.

Había olvidado lo que era sentir que alguien quiera protegerla, se había tenido que convertir en una fiera y cuidarse a sí misma, pero la sensación de saber que no está sola es increíble.

- "Alex, vamos de a poco. Yo no sé aún como hablar de todo lo que soy, y por qué hago ciertas cosas; dame tiempo para saber si tú y yo... Realmente tú también me gustas", dijo Eliana sin dejar de mirarlo.

Ambos se miran, él acaricia su rostro, ambos sienten una sensación que va más allá de una mera atracción, una conexión especial y única; se van acercando lentamente.

Ambos se dan un beso que empieza tierno, despacio y delicado; pero poco a poco se va intensificando. Se sentía una complicidad entre ambos, que ella no comprendía, de pronto se estaban besando con intensidad, mientras él la había acercado y la sostenía de la espalda; el beso se había vuelto tan intenso, que se habían olvidado de la noción del tiempo; un beso apasionado que se sentía en cada fibra de su ser.

Alex no se atreve a bajar sus manos, porque querría más de ella y recién están empezando. Eliana se aferra al cuello de Alex, había olvidado lo que era sentir el corazón inundando todo su ser, durante cinco años pensó que lo mejor era estar sola; ahora siente que debe darse una oportunidad.

Cuando ambos se separan, se quedan anhelantes de más; Eliana se dirige hacia la ventana, no puede creer que sienta el deseo a flor de piel, no quiere apresurarse, necesita calmarse.

- "Me llamo Eliana Safra", dijo la joven de ojos azules, sin voltear.

- "¿Safra?, ¿así no se apellida el presidente de este país?", cuestionó Alex y ella voltea a mirarlo. "¿Eres la hija del presidente?", inquirió.

- "Sí, pero él no es lo que creen", respondió Eliana.

Ambos se quedan mirando, Alex ya tenía el nombre de la mujer que lo ha cautivado, está confundido habló primero como si su padre fuera un mafioso y resulta que es el presidente de la nación, ¿qué clase de familia realmente son los Safra?.