Keres Jabbar Elrryan tiene su primer banquete de cumpleaños como hijo menor del Emperador del Imperio Kardext. En el banquete, su padre y hermano mayor le dan dos obsequios que todo el mundo sabe, no es mas que para dejar en claro que Keres es su leal mascota.
Keres es consciente de ello y a pesar de eso acepta los dos obsequios: el título de "Conde" junto a sus deterioradas tierras y un sangriento matrimonio con la Princesa que rechazó a su hermano mayor hace algunos años, ordenando a Keres destruir todo el Reino de Elentia y capturar a la familia Real.
Claramente sabe que el matrimonio es una clase de castigo para ambos y estaba preparado para recibir el desprecio de su esposa.
Pero, ella repetir hasta el cansancio que "lo ama", está intrigado del por qué su esposa se comporta de esa manera cuando se supone debe odiarlo. Y queda más intrigado cuando todo el mundo le dice: "Tú esposa es un demonio, una villana".
«¿...? ¿...?» [Pero si mí esposa es increíblemente adorable]
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DOBLE CARA
Keres no entendía porque su esposa miraba su cuello marcado mediante el reflejo de un espejo con tanta alegría, que parecía como si le hubieran dado el regalo que había querido durante toda su vida.
No supo cuánto tiempo la vio haciendo eso, pero de pronto, ella lo miró y con un semblante brillante le preguntó:
«~¿Puedo marcarte?~»
«Si te atreves a tocarme voy a dormir en otra tienda»
La cara de Oona entristeció tan dramáticamente, que asustó un poco al Conde.
«Si sigues así, será mejor que me vaya de aquí. No voy a caer ésta vez»
Oona ocultó su cara con una almohada quejándose.
«¿Por qué no? Eres mío, no quiero que otra mujer se te acerque mientras estoy recuperándome»
Keres se sonrojó un poco, pero al final respondió:
«En primer lugar, yo no soy un objeto; y en segundo lugar, las mujeres creen que soy alguna clase de asesino serial o asesino a sangre fría, así que no creo que debas preocuparte por eso»
«¿De verdad?»
«Si, la única loca que grita amarme eres tú»
Hubo un momento silencio, en el que Oona sonrió con calidez y mientras abrazaba la almohada dijo:
«Es porque "te amo", me aseguraré de que siempre lo escuches, lo repetiré cómo mínimo una vez al dia»
«...»
«Así que empieza a acostumbrarte, te lo diré hasta que estemos ancianos, todos los días, cada mañana y cada noche»
Keres la miró fijamente. Su pequeña esposa era demasiado frágil, a veces sentía que si no la agarraba con cuidado podría romperla.
Por supuesto, sentía que algo no estaba bien con ésta princesa, no sólo por declararle su ferviente amor cada vez que podía, si no, por su actitud en si.
Él, no tuvo mucho tiempo ni interés en interactuar con damas nobles, pero las pocas interacciones que había tenido, le mostraron que una dama noble, educada, no se comporta como una niña que parece hacer berrinches.
Era consiente que Oona tenía ese comportamiento, no sabía que pensar exactamente. Pero después de pensarlo por días enteros, llegó a dos posibles conclusiones: la primera es que su familia, la familia Real de Elentia no la hubiera educado adecuadamente. Y la segunda, era por lo que Davor le hizo en prisión durante 5 años.
Aunque, estaba seguro que la segunda opción era la más probable. Después de todo, su esposa fue una princesa. Sigue siendo la princesa de Elentia.
Oona solía llorar con gran facilidad, incluso con un mínimo regaño, Keres no se atrevía a regañarla por mucho tiempo. Terminaba accediendo, aunque tampoco le permitía sobrepasar su confianza.
Él no podía ser frío con ella cuando exigía ser mimada por él. Y al mismo tiempo parecía una tierna mascota cuando le ofrecía cariño.
«Oona»
«¿Hum?»
Keres abrió un poco sus manos y todo el cuerpo de Oona ya parecía preparada para saltar a ese lugar. Keres sonrió por primera vez en mucho tiempo con naturalidad al decir:
«Ven aquí»
Los ojitos de Oona mostraron su brillo de entusiasmo y no dudó en enterrarse en los brazos y pecho de Keres.
Keres la abrazó y peinó el cabello dorado con sus dedos.
[Me haces sentir necesitado. De alguna manera, siento que debo cuidarte porque... temo que alguien extraño no pueda hacerlo adecuadamente. Ya que... eres tan hermosa y delicada como las alas de las mariposas]
«General»
La voz de Dylan lo sacó de sus pensamientos.
«General traigo la cena que me dijo»
«Sí, está bien. Dame un momento-»
«Yo voy»
Interrumpió Oona, saliendo del abrazo de Keres, dejándolo sentado.
Oona salió de la tienda y Keres la siguió un poco tarde. Apenas iba a abrir la entrada cuando escuchó el "Plack" platos rompiendose.
«¿Oona?»
Salió rápido y vio a su esposa recogiendo un plato partido en dos y la comida fue derramada.
«Ah»
Su esposa lo miró nerviosa.
«L-lo, estoy un poco torpe. Iré a traer otro»
«No es necesario-»
«¡¡Sólo serán 10 minutos, volveré rápido!!»
Oona salió corriendo con el plato partido a la mitad. Dejando a su esposo con las palabras en la boca.
Keres sólo soltó un suspiro pesado.
«Es difícil lidiar-¡¡!!» [¡¡Espera, ella tenía el cuello descubierto!!]
Estaba por empezar a correr detrás de ella cuando Dylan lo molestó, codeando su brazo.
«Oigan general, no le conocía esas mañas. Pobrecita, todavía está delgada y debe soportarlo a ust-cof» [Otra vez, mi estómago]
Dylan se agarró el vientre, sus piernas temblaron y cayó al suelo de rodillas.
«Ésta vez si se pasó general. El puñetazo que me dio hizo que mis órganos den vuelta como brocheta»
«Si te hubieras callado, esto no habría pasado»
La cara de muerte que le dio su general asustó a Dylan, que sin querer, recordó lo doble cara que era también su señora.
[¿Por qué me mira así? ¿No me puede tener paciencia como la tiene con la señora? ¿Qué le cuesta?. Los dos están mal de la cabeza. Están destinados a estar juntos]
Estuvieron en silencio un muy largo tiempo, hasta que Keres preguntó:
«¿Hablaste con el boticario?»
«Un poco»
«¿Y que opinas?»
«Que es una persona con la que podemos lidiar, ya que no es muy exigente con respecto a la cama y la comida. Debería adaptarse rápidamente» [Sin mencionar que no tendrá opción cuando la señora vaya con el y lo amenace de muerte]
«Estarás cuidando de él»
«¿Eh?»
«Tal vez intente escapar y además, tienes que hacer lo posible para ocultarlo si es que Davor hace el milagro de aparecer en mi territorio»
«¿Del principe heredero?, ¿Acaso se le quitaste algo que quería?»
Keres se enojó y cruzó los brazos al pensar en Erevan.
«No tuve opción, casi que me obligaron. Así que, por precaución, evitemos que Davor lo vea»
«A su orden, general Keres»
Justo después de que Dylan dijera eso, Oona volvió con un nuevo plato de comida.
«~Ya volví~»
Keres ya no se mostró aterrador, pero tampoco mostraba algún sentimiento al ver a Oona y regañarla.
«No vuelvas a correr así ¿Escuchaste? Dijiste que serías obediente»
«Sí, lo siento»
Oona se metió dentro de la tienda de campaña y Dylan se fue.
«Bueno, ya me retiro general. No abuse tanto de la seño-cof»
«Vete en silencio»
«S-si...» [A éste paso mi estómago reventará]
Tomó aire, se paró recto y se fue en dirección a la fogata, dónde estaba la mayoría de sus compañeros.
Pero había un grupo amontonado alrededor de alguien.
«¿Qué pasa?»
Los soldados voltearon a ver a Dylan, y Glen, el espía le dijo todo como decirle:
«La oscura señora atacó al boticario»
«Ah...»
Dylan avanzó y los soldados le dieron paso para llegar hasta el boticario que estaba abrazando sus rodillas mientras parecía acunarse en el suelo.
«Un demonio, un monstruo..., un malvado, una villana. Eso es lo que es esa mujer»
Extrañamente, todos se sintieron identificados con el pobre boticario.
«Hay que decírselo al Conde. Además, ¿Que mujer presume las marcas que le deja su marido con tanto orgullo? Ya no hay respeto»
«Primera vez, heh»
Dijeron todos en coro, aunque con voz baja para que no se oyera hasta la tienda en dónde ahora mismo vivía aquel matrimonio.
Dylan preguntó:
«¿Cuánto tiempo le tomó a la señora volverlo en ésto?»
Un soldado respondió:
«6 minutos y 45 segundos»
«Wow, puso una nueva marca. Cómo sea, vamos a dormir, mañana despertamos temprano. ¿A quien le toca hacer guardia hoy?»