La historia se centra en 12 personajes que descubren que poseen poderes especiales y que son la clave para salvar al mundo. Estos personajes tienen que aprender a controlar sus poderes y luchar contra fuerzas oscuras. La historia se desarrolla en el marco de "La Sociedad de Poder", donde los personajes deben enfrentarse a diversos desafíos y peligros.
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9. Secretos ocultos
VIRGO:
Observé a mi alrededor, con la mano en la barbilla. El sitio era agradable, con pocos árboles, alejado de las miradas indiscretas. Habíamos caminado durante horas, siguiendo a Ofiuco en las profundidades del bosque. Como era de esperar, cada cinco minutos, Piscis preguntaba: "¿Ya casi llegamos? ¿Cuánto falta? Tengo hambre".
Volví la vista atrás, asintiendo con una sonrisa; este era el lugar ideal para construir nuestra casa. Ofiuco asintió, antes de dirigirse a Tauro.
—¿Puedes construir la casa o es demasiado complicado para ti?—preguntó Ofiuco, con los labios apretados—Es demasiado grande, así que si no puedes, dime y lo hago yo.
Tauro asintió, antes de arrodillarse en el suelo y extender las manos hacia adelante, cerrando los ojos con fuerza y conteniendo la respiración.
—El secreto reside en imaginar lo que deseas crear y visualizarlo como si ya estuviera aquí—explicó Ofiuco—Puede llevar tiempo, pero no importa, ya que siempre sucede igual con las grandes creaciones.
Ofiuco se aproximó al chico y le puso una mano en el brazo, antes de continuar.
—Relájate, no te tenses y respira, porque no puedes aguantar más de tres minutos sin hacerlo—le indicó—No aprietes demasiado los ojos, porque te dolerán, y confía en ti mismo. Eso es fundamental.
¡Demasiados requisitos!—objetó Libra—Qué suerte que yo no tengo ese poder.
Tauro asintió despacio con la cabeza y cerró los ojos con suavidad. Esperamos en silencio un buen rato, hasta que finalmente sucedió: una pequeña casa, como las casitas de juguete que compran los niños, apareció frente a nosotros.
Tauro abrió los ojos y contempló la pequeña casa de medio metro con desilusión. Sin embargo, en lugar de reírse o mofarse, Ofiuco se mostró asombrado, antes de romper en aplausos, con una amplia sonrisa en el rostro.
—¡Felicidades, Tauro!—lo felicitó el joven—La primera vez que intenté crear algo, me tomó diez minutos de concentración, ¡y además resultó cinco veces más pequeña que tu casita!
Ofiuco le ayudó a ponerse de pie y le dio una palmada en el hombro, antes de volver a su sitio. El chico cerró los ojos y extendió las manos hacia el frente. Instantes después, sus palmas brillaron, y de repente, una enorme casa de dos plantas apareció ante ellos.
—¡Siéntanse como en casa!—exclamó Ofiuco con una gran sonrisa, dirigiéndose a la casa y abriendo la puerta.
Entramos y nos sorprendió gratamente descubrir que el interior estaba completamente listo. En la planta baja había un enorme salón con sofás, sillones y un gran televisor. Al otro lado, una amplia cocina estaba a nuestra disposición, con una nevera llena y todo lo necesario para cocinar.
Subiendo las escaleras, encontramos un segundo piso con siete habitaciones y tres baños. Cada dormitorio tenía dos camas y un gran ventanal con vistas al bosque. Cada cuarto tenía un color distintivo que lo diferenciaba. Por todas partes había cuadros que representaban el mar, playas y montañas...
Me quedé asombrado al ver todo lo que tenía ante mí: ¡era la casa perfecta! Miré a mis amigos, quienes compartían mi misma expresión de asombro. ¡Ofiuco era un genio!
TAURO:
—Debemos decidir quién duerme con quién—anunció Ofiuco, mirándonos con una gran sonrisa al ver nuestra asombrosa reacción ante la casa.
—¿Puedo compartir habitación con Leo?—preguntó Sagitario, dando dos pequeños saltos de alegría.
—Yo deseo dormir con Piscis—dijo Acuario.
—Y yo con Escorpio!—exclamé con entusiasmo.
—Les aviso de antemano: dormiré en la habitación individual—nos advirtió Ofiuco—Suelo patear y roncar mientras duermo, así que si alguien comparte mi cuarto, no dormirá en toda la noche.
Aquí tienes una paráfrasis de cada párrafo, utilizando sinónimos y cambiando la estructura de algunas oraciones para lograr una reescritura fluida:
Todos asentimos, sonriendo con alegría. Los demás eligieron a sus compañeros de habitación: Acuario con Piscis, Capricornio con Virgo y Cáncer con Libra. Después, cada uno se instaló en su cuarto, acomodando sus pertenencias mientras Ofiuco preparaba la comida abajo.
Fui el primero en terminar de ordenar, así que bajé las escaleras de dos en dos antes de entrar en mi habitación. Ofiuco estaba lavando los platos, tarareando una canción suave. Me acerqué a él e inmediatamente percibí el aroma a espaguetis, que me abrió el apetito.
—¡Has hecho un trabajo excelente!—lo felicité, dándole una palmada en el hombro.
El chico se sobresaltó, giró y me miró con una sonrisa.
Aquí tienes una paráfrasis de los párrafos, con un vocabulario alterado para ofrecer una versión diferente:
—Fue sencillo—aseguró—He entrenado desde muy pequeño, por eso soy más fuerte que ustedes. Además, mi abuelo me enseñó a cocinar, así que espero que les guste la comida.
Sonreí, antes de volver a mirar alrededor. De pronto, al contemplar todo a mi alrededor, me sentí insignificante, como un grano de arena.
—Ofiuco —lo llamé—¿Crees que algún día llegaré a ser tan fuerte como tú?
Ofiuco me miró sorprendido, antes de sonreír y asentir.
—Claro que sí—asintió con entusiasmo—Algún día podrías ser incluso más poderoso que mi abuelo y yo. Pero recuerda, el poder no lo es todo. Como siempre dice mi abuelo, la verdadera fuerza reside en el corazón, la decisión y el deseo de ayudar a los demás.
Sonreí agradecido, sintiéndome más tranquilo.
—Además, tengo grandes expectativas en ti—continuó el joven, deteniéndose frente a mí y hablando en voz baja—Después de todo, nuestra relación va más allá de la simple amistad.
Intenté preguntarle a qué se refería, pero en ese instante llegó Piscis, consultándole al chico si podía ayudarla a colocar sus cosas en la parte superior del armario.
—¡Claro!—exclamó Ofiuco, antes de volverse hacia mí y guiñarme un ojo.
Ambos se fueron, dejándome aún más confundido que antes.