EL HIJO DEL CEO

JOAN

Llegamos a casa de Ariana. Estaban sus padres en la sala jugando con José. Tenían cara de asombro.

— Buenas noches.

—¿Viniste?

— ¿Puedo hablar con usted en privado?

Me señaló el despacho. Caminamos hasta allá.

— Por donde empiezo— suspiré.

— Por el inicio. Supongo— puso una cara de seriedad.

— Necesito de su ayuda. No se qué hacer para que mi madre no pierda sus bienes. He revisado con los abogados el contrato pero es un contrato legal.

— Eso querías hablar. ¿Te vas a casar? Es eso.

— No. No lo haré. Aunque no niego que me siento mal al saber que todo el esfuerzos de mis abuelo será tirado a la basura por culpa de mi madre. La empresa que tanto me ha costado se va a perder. Se que no me ha preguntado pero asumí la presidencia siendo muy joven y dejado de vivir por resolver cada problema que se ha presentado y ahora siento que todo ese esfuerzo se va por el drenaje.

— ¿Qué dicen los abogados?

— Que el contrato es tan legal como mi nombre. También hay una cláusula que dice que si en un año no hay un hijo el matrimonio se disuelve.

— Eso quiere decir que si en un año no hay un hijo heredero, te descartan y te devuelven todo.

— Si.

— ¿Por qué me dices esto? No me digas que estás pensando en casarte.

— No quiero faltar a mi palabra con usted. Amo a Ariana cómo no se imagina pero tampoco quiero que por una estupidez de mi madre, ella pierda todo.

— Se directo y no te andes por las ramas.

En ese momento callé.

— Necesito su ayuda. ¿Qué haría usted en mi lugar?

— La respuesta la tienes tú. Yo te puedo decir que yo haría pero que quieres hacer tu.

— Quiero casarme con Ariana.

Mi celular timbró.

— Es mi madre. Voy a contestar. Ella no sabe que viajé.

— Contesta.

— Hola madre.

— ¿Dónde estas?

— Estoy en Los Ángeles.

— Eres un mal hijo. Por tu culpa me van a quitar todo— Mi madre se puso a llorar— Yo solo quería que te casaras con Grace. Ella es hija única y tú manejarías todo cuando la hereden.

— Madre ya. Es suficiente tu avaricia.

— Haz lo que quieras, mi vida no tiene sentido. Me voy a matar, es la única solución que encuentro y es la única que tú me das— ella gritaba.

— Madre, ¿qué vas a hacer? No hagas ninguna locura. Yo he comprado algunas propiedades y puedes vivir cómodamente.

Mi mamá gritaba que se iba a suicidar una y otra vez. El papá de Ariana me observaba que tenía lágrimas en mis ojos.

— Mamá, ¿Qué fue eso que se escuchó? ¿Qué haces?

— Hasta aquí llegó yo. Ay! Haz logrado lo que querías. Ya no te voy a estorbar.

Escuché gritos de las empleadas.

" Señora Cecilia. ¿Qué ha hecho? Llama a una ambulancia."

— Señor Joan. Su madre se cortó las venas. Hay mucha sangre. Se desmayó— dijo una de las empleadas que tomó el celular de mi madre.

Solté el celular al piso. Me sentía sin fuerza en las piernas que caí de rodillas al piso.

—¿Le pasó algo a Cecilia?

— Se cortó las venas. Me quiero levantar pero mis piernas no reaccionan.

Me levanté como pude.

— Perdóname, por favor. Me tengo que ir. Por favor perdón.

Salí corriendo a tomar un taxi. Llegué al hotel y busqué el primer vuelo a Roma. Sea lo que sea ella es mi madre, la mujer que me dio a luz.

Llegué a Roma agotado mental y físicamente. Fui directo al hospital. Mi mamá estaba muy mal.

— ¿Por qué sigues haciendo cosas que no debes?

Ella abrió sus ojos.

— Si es la única forma para que te cases con Grace lo haré. No puedo perder mis bienes. Si no te casas con ella te juro que la siguiente vez no fallaré en morir.

Me senté. Empecé a llorar como un niño. Amo a mi madre y no puedo simplemente ver cómo ella se quita la vida y no reaccionar.

Me levanté y salí de la habitación. Saqué mi celular y le marqué a Ariana.

— ¿Qué pasó? Te he llamado varias veces y no me contestas. Me tienes preocupada.

— Ariana perdóname. ¿Me puedes perdonar?

— ¿Qué sucedió?

— Voy a romper contigo. Me voy a casar con Grace— escucho que Ariana se pone a llorar.

— ¿Por qué estás diciendo eso?

— Mi madre quiso quitarse la vida y si no me caso con Grace ella se va a suicidar. Quiero que me perdones porque estoy fallando a mi palabra.

— Está bien. Espero seas feliz, cuida a tu mamá— su voz se quebró— maldita seas Joan— colgó la llamada.

Salí del hospital y me subí a mi auto. Ahí estuve por varias horas. Pensando mil tonterías.

Mi vida se ha vuelto un desastre de un momento a otro por culpa de mi madre. No me quiero casar con Grace.