Catalina Miranda es una joven deslumbrante que persigue con fervor sus sueños, a pesar de las adversidades que la rodean. Su familia no cuenta con grandes recursos económicos ni ocupa un alto estrato social, pero cada día luchan con valentía para salir adelante. Para Catalina, su madre y su hermana menor son el centro de su mundo; sueña con conseguir un buen trabajo que les brinde la vida digna que merecen, convirtiéndolas en verdaderas reinas.
Catalina es una soñadora incansable, siempre dispuesta a extender su mano a quienes la rodean. Sin embargo, su vida da un giro inesperado en una oscura noche. Al escuchar murmullos inquietantes provenientes de las afueras de su hogar, se siente atraída por la multitud de vecinos congregados. Con el corazón en un puño y temiendo lo peor, se acerca lentamente, solo para encontrarse con una escena desgarradora que cambiará su vida para siempre.
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Capítulo XIX Gemela
Punto de vista de Amelia.
Soy Amelia Bustamante, la hija menor de la familia Bustamante, somos una de las familias con mayor poder en el bajo mundo. Mi hermano mayor Arturo es un hombre despiadado que no se detenía ante nadie, mis padres murieron hace cinco años y antes de que mi padre fallecierme confesó que teteníana hermana a la cual se robaron cuando éramos unas bebés, desde entonces la había estado buscando y no precisamente para jugar a las hermanitas, pues su aparición sería el fin de mi reinado. Por se ser hija única estoy destinada a grandes cosas, mi hermano es el presidente de la empresa y yo estoy a su lado como su mano derecha, pero al aparecer con esa intrusa yo quedaría en un tercer plano, pues según lo que dijo mi padre yo soy la menor de los tres y si es así quedo fuera de la herencia familiar y eso no lo permitiré.
Cuando la encontré idee un plan para deshacerme de ella, me fue fácil conseguirla pues nuestros rostros son idénticos. En mi plan no había falla alguna, esos hombres entrarían a ese cuchitril y acabarían con toda la familia, todo parecería un robo que salio mal; sinembargo,o los hombres que contrate hicieron todo mal, ya que torturaron a la familia y no lograron acabar con el objetivo. Estaba furiosa, así que los envíe por mi querida hermana. Cosa que también salió mal, pues alguien ayudo a Catalina a escapar de las manos de mis hombres.
Después de ese día no supe nada más de ella hasta hace unos meses cuando la vi en una foto junto al hombre más guapo que jamás había visto: Gabriel Lombardo.
Viéndolo bien mi hermana no era tan estúpida como yo creía, había logrado atrapar al hombre más peligroso de este mundo, tenía que sacar ventaja de esa situación.
Tenía otro plan en mente y esta vez me aseguraría que nadie lo arruinará, voy a utilizar mi parecido con Catalina para poder llegar a ese hombre, de algo me debe servir ser la gemela de esa imbécil.
Vi mi rostro en el espejo frente a mí observando lo idéntica que somos Catalina y yo, lástima que nunca nos conoceremos, ella nunca sabrá de mi existencia.
"Estás muy pensativa", dijo mi hermano entrando a mi habitación con su usual tono despiadado. ¿Qué está maquinando esa cabecita maquiavélica tuya?".
"Sabes que siempre estoy planeando algo para destruir a alguien", mis palabras estaban llenas de orgullo.
"Eres una pequeña traviesa, solo espero que no te metas en problemas", dijo Arturo en tono de amenaza.
"Sabes que nunca me meto en problemas, soy muy discreta con las cosas que hago. Además, si algo llega a pasar sé que no me dejarías sola".
"Está bien, ahora te dejo".
Arturo se fue dejándome otra vez sola con mis pensamientos, volví a tomar mi teléfono y me quedé mirando fijamente la foto de Gabriel Lombardo, ese hombre me encantaba, iba a hacer un placer consolarlo cuando la estúpida de mi hermana desaparezca.
Punto de vista de Catalina
En mi mente sigue resonando las palabras de ese hombre, no le encontraba lógica a lo que dijo, ¿cómo era eso que soy igualita a alguien?, estaba muy confundida ahora más que nunca necesitaba respuestas y para colmo mi adorada suegra que no dejaba de molestar. La última que hizo fue citar a la tal Camila al dichoso almuerzo.
Pov
Salí del restaurante molesta, pero cuando me iba a subir al auto me arrepentí y volví al restaurante, le había prometido a Gabriel tratar de llevármela bien con su madre y bueno lo iba a intentar.
Al acercarme a la mesa ocupada por ello encontré a la ofrecida de Camila sentada al lado de mi esposo, "veo que ya me tienen sustituta", dije en un tono frío.
"¿Catalina?, ven amor siéntate a mi lado", Gabriel se alegró al verme, aunque yo no mostré ninguna expresión.
"Pensé que te habías ido, pero veo que no puedes dejar en paz a mi hijo", el tono que uso Graciela para hablarme hizo que me pusiera de peor humor.
"Decidí quedarme a apoyar a mi esposo, además no debo permitir que su frustración afecte mi relación con mi esposo", mantuve la calma ante el tono de desprecio que uso Graciela conmigo, cada palabra que salió de mi boca fueron puñaladas sutiles para mi querida suegra.
"Siento mucho estar en medio de esta discusión familiar, yo solo quise saludar a mis amigos. Espero y no mal intérpretes las cosas", intervino la hipócrita cobarde de Camila, como si yo me fuera a creer sus mentiras.
Estaba segura de que ella está aquí porque Graciela la mando a llamar.
"No tienes que mentir, sé bien porque estás aquí, ahora si a ti no te importa estar de rogona a mí no tiene por qué importarme, solo ten claro que Gabriel me eligió a mí pudiendo elegirte a ti, piensa en eso", a pesar de mi edad no era una estúpida que permitiría que la humillaran y mucho menos que me vieran la cara de estúpida.
"Vámonos Catalina aquí ya no tenemos nada que hacer", Gabriel se levantó y tomo mi mano "mamá espero que te quede claro, yo amo a mi esposa y no pienso cambiarla por nada ni nadie".
Salimos del restaurante tomados de la mano y caminando mostrando poder en cada paso, los presentes nos miraban fijamente, algunos conociendo quiera mi esposo optaban por bajar la mirada.
Una vez estuvimos en el auto confronté a Gabriel "ya ves que no soy yo quien busca los problemas, tu madre no nos dejara en paz nunca, esa mujer está obsesionada con el hecho de que te cases con la otra arpía".
"Lo mejor que podemos hacer es ignorarla, al final del día ella es mi madre y no puedo darle la espalda".
"No entiendo como todos te temen, es decir, nadie te está pidiendo que la saques de tu vida, pero si debes dejarle las cosas claras porque yo no estoy dispuesta a estar peleando con nadie y si las cosas siguen así terminaran por acabar con nuestro matrimonio".
Ya no quise seguir hablando con Gabriel, el tenia que darse cuenta por si mismo lo que estaba pasando con su madre, solo esperaba que reaccionara antes de que Graciela acabara con nuestro matrimonio.