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Oro

Oro

Status: En proceso
Genre:Intrigante / Malentendidos / Pareja destinada / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía / Edad media
Popularitas:52.9k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Sexto libro de la saga colores.

Tras seis años encerrada en un convento, Lady Tiffany Mercier encuentra la forma de escapar y en su gran encrucijada por conseguir la libertad, se topa con Chester Clark, un terrateniente que a jurado, por motivos personales no involucrarse con nadie de la nobleza.

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8. Reencuentro familiar

...TIFFANY:...

— ¡Es tu hermano! No entiendo ¿Cómo es qué es...

¿Hermano? ¿Entonces Chester era mi primo? No podía creer tal cosa, ni siquiera se parecían. Esto no podía ser cierto.

— Ah, lo siento — Dijo, acariciando su frente — Es que me acostumbré a llamarlo hermano — Suspiré aliviada — Es más un hermanastro — Volví a sorprenderme.

— ¿Hermanastro?

— Es algo un poco largo de contar — Dijo, tomando el hacha nuevamente.

— Tengo tiempo para escuchar. ¿Mi tío tuvo algún amorío o qué?

— No, no fue mi padre — Al nombrarlo parecía como si el aire se cortara con un cuchillo — Mi madre tuvo un amorío con el padre de Chester.

Así que la historia del padre del señor Chester en realidad era la historia de la marquesa Celia con su padre y el hombre que lo mandó a golpear vendría siendo mi tío.

Jamás creí que mi tía fuera desleal y que mi tío fuera capaz de algo así.

— ¿En dónde encaja que es tu hermanastro?

— Por Sebastian, él no era hijo de Lorenzo, sino de William, el padre de Chester — Confesó y me sobresalté.

Eso significaba que Chester era el hermano de Sebastian, por eso encontraba tanto parecido. Esto era muy escándaloso y demasiado para asimilar, era una casualidad enorme que yo terminara subiendo a su carreta y quedándome en su casa.

— ¿Qué hay de mi tío Lorenzo? ¿Cómo tomó esto? ¿Él lo sabe?

Entornó una expresión atormentada.

— Lo supo, en su momento, todo se complicó, al saber que Sebastian no llevaba su sangre, quiso desheredar y quitarle todo lo que le correspondía como primogénito, pero al menos no llegó lejos y tampoco se regó por todo el reino y hasta ahora son muy pocos los que saben la verdad.

En seis años que estuve encerrada y al parecer había pasado un tornado de acontecimientos en la familia.

— ¿Y tú padre se quedó quieto?

— Está muerto — Cortó y solté un gemido de asombro — La muerte es lo único que lo detuvo — Desvió su mirada al tronco.

— Lo siento... Yo no lo sabía...

— No, descuida, entiendo que no sepas, estabas en un convento todos estos años — Dijo, observando mi aspecto — Pero... ¿Cómo es qué terminaste aquí? Justamente con Chester.

— Solo se trató de una casualidad — Dije, un poco nerviosa — Él hizo una entrega de mercancía al convento donde estaba y me escondí en la carreta, me descubrió pero no me delató, estoy quedándome aquí hasta que consiga dinero suficiente para marcharme.

— ¿Por qué escapaste? — Preguntó, curioso.

Observé a todas partes — Es un lugar horrible — Bajé mi voz — Las monjas que están a cargo son maltratadoras y les gusta implementar castigo severos, era demasiado para mí, ya no soportaba el encierro.

— Entiendo...

— Por favor no les digas a mis padres sobre mí, no me delates — Supliqué, acercándome, tomando su mano — Leandro, necesito que esto se mantenga entre nosotros.

— Tranquila, no diré nada, lo prometo — Hizo una señal de promesa, con sus dedos.

— Gracias, es que no quiero que mis padres vengan a buscarme, ellos me abandonaron allí, dijeron que iban a sacarme en dos años y pasaron seis. ¿Sabes si les pasó algo? — Pregunté, con la esperanza de que fuese por alguna razón.

Se desconcertó — No, la última vez que estuve reunido con toda la familia se encontraban bien, eso fue hace como tres años. No voy mucho a la costa, estoy viviendo en la hacienda que heredé, pero de haberles pasado algo habría recibido alguna carta de Sebastian informando — Me sentí muy decepcionada y triste, Leandro apretó mi mano — No te sientas mal, al menos saliste de ese lugar y veo que estás muy a gusto aquí — Sonrió y me ardió el rostro, tal vez vió cuando estuve en el suelo y lo malinterpretó.

— En cuanto a Chester, no menciones que nos conocemos y que somos familia.

— ¿Por qué? — Arqueó las cejas — Chester puede ser intolerante y cascarrabias, pero no creo que le importe demasiado...

— Él piensa que soy huérfana, solo me está dejando quedarme porque cree que no tengo ni en donde caerme muerta — Lo interrumpí — No le hacía mucha gracia tenerme de huésped, pero le ayudo en el que hacer para pagar la comida y el techo.

— ¿En serio? Yo los ví muy a gusto...

— No es lo que piensas, solo me está ayudando, cuando reuna suficientes piezas me marcharé.

Le solté la mano.

— El señor Chester es soltero y tiene un gusto por la soledad.

Era cierto que el señor Chester parecía estar cómodo en este lugar, apartado de todo y lo entendía, a mí también me gustaba estar aquí.

La soledad no era mala.

— ¿Y tú estás soltero? Te has vuelto muy guapo — Le di un cumplido y se sonrojó.

— No tengo esposa y está apariencia es solo para sentirme bien conmigo mismo — Señaló su cuerpo.

— Me alegro por ti.

Me sonrió.

— Jamás te imaginé como monja, eres una chica demasiado espontánea y extrovertida para estar atada a un hábito cumpliendo normas estrictas — Comentó y volví a mi expresión seria — Estás un poco cambiada y no lo digo por el corte de pelo.

Bajé mi mirada al suelo.

— Mi vida no ha sido color de rosas estos seis años — Necesitaba desahogarme con alguien — Pero, es una conversación que dejaré para después ¿Te quedarás?

— Solo hasta que Chester empiece a estresarse con mis intentos de ayudarle — Bromeó y empezó a cortar la leña.

...CHESTER:...

Fruncí el ceño al ver a la señorita Tiffany agarrándole la mano a lord Leandro. ¿Qué rayos estaba ocurriendo? Me percaté de la sonrisa de él. Ella ni siquiera me dejaba tener tanta cercanía, siempre se alejaba y cuando lo hacía se zafaba de mi agarre, me sorprendió que se dejase acariciar la mejilla, pero de todas formas noté una leve incomodidad de su parte. Pensé que era por su falta trato hacia los hombres, pero al verla tan cerca del Mercier ya no supe que pensar.

Recordé su amabilidad hacia los obreros.

Tal vez yo le parecía desagradable a la señorita.

Decidí volver adentro para terminar de encender la estufa y serenar mi mal humor.

Ya ni siquiera conseguía concentrarme en nada, me despeiné el cabello con frustración. Pensar que se seguía endureciendo solo por sentirla cerca, hasta por escuchar sus pasos en la casa.

Recordé sus palabras después de hallarme con Merida. ¿Por qué me diría que pensaba que era diferente y que era un degenerado sin vergüenza? Como si conociera a muchos hombres.

¿Por qué escaparía del convento?

— Traje más madera — Me tensé al escuchar su voz y seguí colocando las ollas arriba.

— Ya no hace falta, apilelas con las demás — Señalé hacia la madera apilada cerca del horno.

Observé como caminaba hacia allá y se agachaba para apilar la madera.

— Ocupese de esto, iré a afuera — Gruñí, sin esperar su respuesta salí de la cocina y caminé hacia el madero.

Leandro seguía cortando la madera. Dejó el hacha a un lado al verme.

— Oh, ya regresaste...

Lo tomé del cuello de la camisa y abrió sus ojos como platos.

— ¿Qué sucede? — Apreté mi agarre y lo sacudí — Chester...

Solté una larga respiración.

Tuve que soltarlo, no podía reclamar nada, verme como un completo salvaje solo porque ella le tomó la mano.

Se quedó desconcertado — Chester ¿Hice algo qué te molestara?

— No, olvídalo.

Su confusión aumentó — Si no estás de humor puedo marcharme.

— No, lo siento — Relajé mis puños.

— ¿La señorita que está aquí es la razón?

— ¡Claro que no! — Elevé la voz, con más mal humor.

Se rió — No tienes nada de que preocuparte, no me voy a fijar en ella.

— ¿Qué parte no entiendes que esto no tiene nada que ver con esa señorita? Ni siquiera me gusta — Gruñí y estrechó sus ojos — ¡Solo estaba probando tus reflejos, estás mal, no me pudiste golpear o esquivar!

— ¿Desde cuándo estos ejercicios implican lucha? — Arqueó las cejas.

— No está de más saberse defender, a veces no se cuenta con dagas.

Me arrepentí de decirlo, el pobre hombre había matado a su propio padre de la desesperación y lo hizo encajando una daga en el corazón.

A pesar de que William me puso al tanto, él me lo confesó en una de las veces que vino a visitarme.

Se rió y me sorprendí — Cierto, la gente del campo necesita muchas formas de defenderse, nunca se sabe cuando se antojen los rufianes.

— ¿Ya desayunaste?

— Solo comí un trozo de pan.

— Necesitas más que eso para mantenerte.

— Sigo comiendo la misma cantidad que cuando no hacía ejercicio, no te preocupes.

Caminamos hacia la casa y entramos a la cocina.

Evalué a ambos cuando Leandro tomó asiento y ella le sirvió un poco de café.

— Gracias — Dijo, sonriendo y ella le dió una expresión amigable.

Apreté mis puños. Le sirvió primero.

— ¿Usted también quiere café? — Me preguntó.

— No — Corté, dándole una mirada desdeñosa, arrastrando una silla, me senté frente a Leandro.

La señorita Tiffany dejó la tetera sobre la mesa y se enfrascó en preparar el desayuno.

— ¿Cuándo irás a la costa? — Le pregunté a Leandro.

— No lo sé, todavía no he pensado en eso. Me gusta el campo, no hay que seguir un protocolo, ni andar con buenas apariencias.

— Pensé que podrías llevarle un mensaje a mi padre — Dije, muy frustrado y Tiffany observó con curiosidad.

— ¿Por qué no le escribes una carta a Sebastian?

Lo fulminé con la mirada.

Agitó sus manos — Lo siento, olvidé que no sabías escribir.

— Pronto aprenderá — Dijo la señorita y mi expresión irritada se aligeró.

— Eso espero, porque yo no le voy a hacer de mensajero, tengo mis propios planes. Tranquilo, William debe estar bien.

— No es por eso — Me incliné sobre el espaldar de la mesa — Necesito saber cuando volverá, no puedo andar ocupandome de sus asuntos.

Leandro sopló el café — Creo que sus asuntos pasaron a ser tuyos. William está aprovechando para recuperar el tiempo perdido.

— ¿Tiempo perdido? — Arqueé las cejas.

— Por supuesto, tiene que estar con Sebastian y mis sobrinos. También con mi madre, puede que haya oportunidad de que vuelvan a estar juntos.

— ¿Sobrinos? — Preguntó Tiffany y la observé, mi ceño se acentuó más.

Leandro bebió de su café, con expresión indiferente.

— Lo siento... Es que me encantan los niños... — Tartamudeó ¿Por qué estaba tan nerviosa?

¿Será por la presencia de Leandro? ¿Tanto la impresionó para qué estuviese así? Claro, un hombre de rasgos rubios solía ser más atractivo para las mujeres.

Me irrité más.

— También son mis sobrinos, deberían venir a visitarme — Dije, cruzando mis brazos.

— ¿Quiénes? ¿Sebastian, su esposa y los niños?

— Por supuesto.

— Les enviaré una carta con tu propuesta.

La señorita Tiffany dejó caer un cucharón, lo recogió rápidamente y lo cambió por uno limpio. Parecía nerviosa.

— Aunque puede que estén muy ocupados...

— No importa, que vengan cuando se desocupen.

Me percaté de que la señorita observaba mucho a Leandro.

Me estaba hirviendo la sangre.

No dije más mientras me servía la comida, atendió primero a Leandro y de último me dejaba a mí.

Comí, evaluando como ella tomaba las porciones de huevo frito con el tocino.

Leandro le pasaba la sal y ella la pimienta.

Decidí terminar rápido para no observar más sus estúpidos comportamientos. Debí amenazar a ese infeliz, dejarle en claro que no podía meterse con la señorita Tiffany porque...

¿Por qué no?

No tenía derecho a nada sobre ella, pero estaba muy enojado de verla muy amable con mi hermanastro, después de ver como le tomaba la mano ya no podía buscarle otro sentido que no fuese que le gustase.

Una mujer tan privada del mundo como ella, por supuesto que iba a sentirse así al ver a un hombre como Leandro.

Yo era mucho más atractivo, tenía a campesinas babeando por mí y esposos celosos al verme cerca de sus esposas.

No debía sentirme tan inseguro, además, la señorita era libre de fijar su vista donde quisiera, pero por más que pensaba en ello me carcomía la furia.

— Leandro, aprovecharé tu visita para que me ayudes, así que no te tardes demasiado con el desayuno — Gruñí, levantándome de la mesa.

— Claro, no tardaré.

— Señorita Tiffany agradecería si limpia las ventanas y le da de comer a los perros — Le ordené y asintió con la cabeza.

1
Paola Martiz
excelente historia 👌
Paola Martiz
todavía no supero lo que le pasó en ese convento 😡 ese degenerado obispo quiero que lo pelen y le hechen sal 😡😡
Sol
hay algo oculto en lo que pretende esa mamá d tiffany /Bye-Bye/ debe ser monetario, ya q solo eso le importa esa señora... en cuanto a Chester es fuerte ver ese brillo q tiene su padre x celia y Sebastian cosa que nunk vio q recibió su madre o el mismo, soltar es bueno y dejar el pasado atrás seguir adelante con quienes quieren ser parte para sumar en la felicidad... vamos Chester ya soltaste deja q sean felices solo busca tu felicidad y lucha x ella brinda amor respeto comunicación a tu familia q estas conformando ahora con Tiffani
Melisuga
¿Qué tiene esa bruja en contra de la felicidad de Tiffany? ¿Será que es una bastarda de su marido que tuvo que criar a la fuerza? ¿Y por qué se empeñan en querer la desdicha de los que la rodean? ¿Tan infeliz es?
Melisuga
*pretenciones
Melisuga
*ha llevado
Melisuga
Chester tiene mucho dolor guardado. Creo que su relación con Tiffany lo está ayudando a liberar una parte de esa tristeza, aunque sea de manera tan cortante y brusca.
Mariannys Benítez 🇻🇪
esa mamá de Tiffany es tonta o se hace? sra por favor resccione
Emiux Emiux
😂😂😂😂😂 sip, son buenos para acelerar esos trabajitos
Letizia Mar
que poca está mujer de madre no tiene nada que coraje 🤬😡😡😡
Emiux Emiux
Será que no es hija de ella, será hija solo del señor y una amante ???
Por eso el odio hacia ella
Emiux Emiux
Ahora sabes lo que los otros sienten contigo Chester 🤭🤭🤭🤭
Emiux Emiux
😂😂😂😂😂 demonios señorito
Liliana Diaz
esa vieja provoca agarrarla por el cuello y torsercelo como a una gallina
Emiux Emiux
Qué bonito capítulo, ella necesitaba encontrar al hombre indicado, que la amara y curara sus heridas
Sixta Tulia Blanco Gomez
maldita vieja que la arroye una carreta
Paola Martiz
ambos son lindos 😍
Emiux Emiux
😭😭😭😭😭 pobrecita
Orozco Beatriz
autora, espero y mejores con el favor de Dios. Bendiciones!!
Eliana Cardona
Pero cual es el problema con esta bruja de 💩💩, por que no quiere a tifanny 😡😡será que es NO es su hija 🤔🤔
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