El Dolor De Una Partida

Pasado un tiempo llego Cecilia con los dos almuerzos, Alejandro como todo un caballero organizo un espacio para que comieran.

ambos se sentaron a disfrutar de los alimentos entre miradas del uno al otro, Alejandro muy atento le servía en el plato a Adhara mientras que ella sin saber como actuar solo lo observaba y le daba las gracias.

- Le gusto la comida? - pregunta Alejandro.

- Sí, muchas gracias, la comida italiana es deliciosa, es de mis favoritas.

- Ya veo! ahora conozco uno de los gustos de mi esposa -dijo Alejandro sonriente, con esa sonrisa que hipnotiza a cualquiera.

- Quedo con hambre? pregunta Alejandro

- Oh no! no, fue suficiente, porque lo dice?

- Porque nuevamente me esta mirando como si yo fuera exquisito, quiere probarme? Yo no soy italiano pero le aseguro que tengo muy buen saber - dijo Alejandro con una sonrisa amplia haciendo que el rostro de Adhara se tiñera de rojo vivo.

- Discúlpeme! Yo, yo no... Mejor vuelvo a trabajar - se paro Adhara para volver a su lugar y seguir con su trabajo, mientras Alejandro suelta una carcajada sonora al ver su reacción.

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- Rafael, como esta nuestra hija?

- Esta mucho mejor, descansando.

- Rafael no crees que llego el momento de internarla, hoy llego al punto de lastimarse así misma,nunca lo había he...

La mujer no termino de hablar cuando el fuerte grito de su esposo la sorprendió.

- Nunca lo vueltas a insinuar, mi hija no sera internada, jamas permitiré que se diga que la hija de Rafael Smith es una demente. -dijo el hombre bastante furioso.

- Es por el bien de ella, no te puede importar mas lo que la gente diga de ti, eso es lo que tanto la amas.

- Ya te dije que no! Y ni se te ocurra hacer algo a mis espaldas o ya veras como te ira. - le dijo el hombre mostrándole su puño.

- Aveces pienso que tú en realidad no amas a tu hija, solo la usas como arma para cerrar negocios y es por eso que no te conviene internarla, pero dime hasta cuando podrás controlarla, hasta cuando la podrás usar sin que se te salga de las manos su comportamiento - dijo Isabel.

- Callate! - Rafael segado por la ira abofeteó a Isabel tirándola al piso.

- Es mejor que te quedes callada,si no quieres que en lugar de Silvia te interne a ti, y así de una vez y por todas me libre de ti.

Isabel horrorizada por lo que acaba de escuchar, salio corriendo a su habitación donde se encerró, y es que sabe que Rafael es capaz de eso y mucho más, en los años que llevan casados solo ha recibido maltrato de parte de el, infidelidades e incluso le inculco a Silvia tratarla peor que a una desconocida, su única hija no la quería por culpa de ese hombre, hombre al que odia y le teme por lo cual nunca se a atrevió a marcharse, sabe que a donde vaya la buscaría hasta encontrarla y hacerla pagar por su abandono ya que a él siempre ha querido mostrarse como el empresario intachable y con una familia perfecta.

;)

- aquí tiene señor Miller, los balances que me pidió - dijo Adhara colocando una carpeta en el escritorio de Alejandro.

- Que eficiente resulto ser mi esposa - pero porque no mejor me cuenta con sus propias palabras lo que encontró?

- Bueno, a decir verdad, las propuestas carecen de fundamentos para asegurar que esas serán las cifras que ganaremos, se basan en suposiciones mas que en realidad, los costos de la materia prima no esta considerada correctamente, por lo que eso generaría perdida para nosotros mas que ganancias, los únicos beneficiados serian ellos, cabe resaltar que esta propuesta si es viable, esta si nos dejaría buenas ganancias a parte de que nos permite explorar otros campos de manera segura ya que no es precisamente a lo que nos dedicamos - dijo Adhara entregándole otra carpeta.

Mientras Adhara explicaba, Alejandro la miraba con atención, emocionado ante cada palabra, no cabía duda que ella era muy capaz, inteligente y que aprendía rápido.

- Perfecto! Entonces tomaremos en cuenta solo la propuesta que le parece viable.

- Como? No la va a revisar usted - pregunto Adhara bastante sorprendida.

- No hace falta, confió en su criterio, no por nada se graduó con honores en una de las mejores universidades del extranjero - menciono Alejandro a lo que Adhara se sintió alagada y saco pecho, ella se sentía realmente orgullosa de su desempeño académico y de haberle dado esa alegría a su padre por lo que una tristeza profunda se instalo en sus ojos al recordarlo.

- Nos vamos? - le propuso Alejandro al notar el cambio en sus ojos, el siempre trataba de hacerla olvidar su tristeza por eso aprovechaba cada oportunidad para bromear aunque también le encantaba verla sonrojada.

- Esta bien, vamos!

Tomados de la mano salieron de la oficina hasta llegar al parqueadero dedo del edificio donde cada uno se subió a su auto con destino a la mansión.

- Buenas tardes, señores - saluda la empleada

- Buenas tardes - responden unánime.

Desea algo especial para la cena señora?

Adhara quien se sobresaltó un poco ante la pregunta de la empleada, respondió con voz muy suave, casi un susurro.

- No, el señor y yo no cenaremos en casa esta noche.

Alejandro atento a la respuesta de Adhara., sonrió satisfecho y es que para la chica no era fácil adaptarse a ser llamada señora y a tener que decirle esposo a Alejandro. Pero tendría que acostumbrarse porque pronto seria eso, en toda la extensión de la palabra.

- Les pido un permiso, voy a subir a mi habitación - dijo la chica un poco tímida.

Adhara empezó a subir las escaleras escuchando los pasos de Alejandro detrás de ella, sin voltearse a mirar, entro a su habitación, cerro la puerta y se tumbó en su cama.

Que difícil me es acostumbrarme a todo esto papá, de verdad que es una situación que nunca pensé vivir, te extraño mucho papá - decía Adhara mientras abrazaba su almohada y derramaba algunas lágrimas, por un momento cerro los ojos y se quedó dormida.

- Mi princesa yo estoy siempre junto a ti, no te he dejado sola, además estas con Alejandro que es un buen hombre, no estés triste, no dejes de vivir y de disfrutar lo que la vida tiene para ti por estar seguir sumida en el dolor, hazlo por ti y por mí, vive, sonríe, ama y déjate amar. Te mereces todo mí niña - le decía el padre de Adhara mientras la envolvía en sus brazos y acariciaba su cabello.

- No quiero estar sin ti papá, te extraño mucho, le decía la joven, mientras lo abrazaba con fuerza.

- Lo sé, pero quiero que seas feliz, mi princesa, te amo.

Adhara despertó de su sueño con lágrimas en sus ojos pero con paz en su interior, su padre le había dicho que la amaba y que quería verla feliz, se seco con las manos sus lágrimas y se puso de pie.

- Lo intentare papá, por ti y por mí, intentare ser feliz.