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ESPINAS DE ROSAS

ESPINAS DE ROSAS

Status: Terminada
Genre:Completas / Hijo/a genio / Malentendidos / Traiciones y engaños
Popularitas:3.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Cristina

Nuestro planeta, este hermoso nido donde vivimos parece no querernos aquí. es un planeta feroz, estamos a diario expuestos a todas sus infamias desde lluvia hasta volcanes, el mar que nos refresca nos da oxígeno y alimento y también se eleva, inmisericorde borra ciudades enteras de sus costas, tifones, terremotos. La tierra cuando así le provoca se hunde, se desliza sin importar cuantos de sus hijos queden tapiados Los seres humanos nos hemos abocado a socorrernos los unos a los otros, siempre nos sentimos inclinados a proteger al más débil. Desde tiempos inmemoriales nos hemos organizados para paliar embates de la madre gea. allí donde un accidente natural nos lesione estaremos prestos a ayudarle. en esto basamos nuestra existencia. Ustedes no están solos cuentan con nosotros. Estamos en el mismo barco tratando de mantener el rumbo. Aqui nacimos y moriremos. pero mientras tanto con ilusión y con esperanza parimos hijos, sembramos árboles y forjamos futuro para las nuevas generaciones.

NovelToon tiene autorización de Cristina para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO XVIII

La cálida mañana en pleno agosto en el valle

no deja de sorprendernos. Suerte que escogió el paseo. Desde las seis el sol

brillo fuerte, la tupida vegetación forma un techo natural con altos y viejos

samanes de raíces gruesas expuestas y tallos anchos, Los caobos largos y flacos

que a duras penas sobreviven entre los apamates y entre ellos los bucares y

josefinos. Por eso es tan vistoso el paseo ya los apamates lucieron su dorada

carga, los josefinos rellenan espacios matizando aquí y allá con hojas color

oro- rubí mientras el bucare se viste de Nazareno. El fresco paseo se volvió

con el tiempo un largo túnel de amplias veredas demarcadas por Los arbustos de

“tú y yo” con sus diminutas flores rojas en par y protegidas por pequeñas púas.

Recorre paralelamente la entrada principal y baja hacia el centro de la ciudad

bordeando el rio. Da acceso a los balnearios y es lugar obligado de los atletas

y aficionados para mantenerse en forma o entrenar. Cuenta con dos puestos de

vigilancia policial y una carpa militar.

 Camuflada entre la multitud, Eduardo la

divisó fácil: alta, delgada vestía un traje deportivo gris, zapatos deportivos

y su mochila azul de nubecitas blancas. Son tantos y ella no está pendiente de

nadie, solo disfruta la naturaleza y se entrena. Sometió su melena roja con una

cola y la tapo con una visera. corren a diferentes velocidades el grupo grande.

Adecuó su velocidad a la de ella a diferente distancia, no se distrajo cumplió la

distancia y tiempo. La vio lavándose en las pilas públicas y sentándose a

descansar. Cerró los ojos y miro el verde techo. Esperó que descansara, se lavó

y acortó la distancia. Se sentó detrás de su banco. Le mandó un mensaje.

-Hola, -saludo - buenos días. ¿Cansada?

 -Buenos días. Si, corrí una hora y ¿tu

saliste a correr?

-Si también termine. Estoy en el paseo, te

pondrías brava si me acerco a ti. – vio que se alteró - Quédate quieta. Por

favor solo me voy a sentar a tu lado.

 -No Eduardo, no - suplicó-

 -Es necesario Maggie – vamos a enfrentarlo

poco a poco. juntos. Solo respira y si quiere cierra los ojos- se sentó a su

lado, la noto muy alterada, temblaba. Le quitó el celular de las manos. Lo apagó

y lo metió en la mochila, se quede quieto sintiendo su olor. La niña estaba

aterrada, tenía tenso los músculos y los ojos cerrados. Hizo un movimiento para

escapar. Le atrapó la mano. Forcejeo para soltarse.

 -Quieta – la amenazó Eduardo- por favor trata

de comportarte, te van a salir cardenales. Solo tranquilízate. Respira. -le

alcanzo la botella de agua- la acepto con la mano libre. no la soltó. No hicieron

movimientos, se calmaban. Relajo la mano. Sin mirarla aprovechó y entrelazo los

dedos. Sintió su calor e hizo el mayor esfuerzo por controlarse. Sonó el

celular.

 Se lo alcanzó. Leyó el mensaje.

 El grupo de la cuadra, preocupado la interrogan.

 - ¿Necesitas ayuda?  -Eloy el entrenador y dos jóvenes desde

lejos. Saludan-

 -No.  -contestaba- Gracias. Ya voy para la casa. Nos vemos en la tarde en el

rio. Levantaron la mano despidiéndose. Ellos lo conocen, en la fonda nunca se le

acercaron. Pero siempre lo tienen vigilado. Además, de alguien muy

especializado indagando la historia de la vida de Eduardo y la de mi familia, su

padre preocupado se lo advirtió, no son ellos.

 -Me voy para la casa. suéltame -exigía Maggie

-Yo te acompaño, estas molesta- le besaba la

mano.

 -No hagas eso. No, no lo estoy. Al menos no

contigo –

 La miró a hurtadilla, entendió lo que le

pasaba. No sabía afrontar el cúmulo de emociones y optaba por llorar. Es una

niña.

 -Maggie, te lo ruego, en el nombre de Dios no

llores. -Cuanto diera por abrazarla -pensaba - y

transmitirle todo mi afecto. Así la calmaría más fácil. Pero no es el momento.

Me siento tan impotente, miro sin ver las copas de los árboles. Reprimió sus

lágrimas.

 -Me odias, le pregunte- trate de soltar su

mano, me atrapo los dedos. Aun temblaba y tenía la cara trasfigurada. Estaba

pálida. Parecía de mármol. Con un rictus extraño.

-Tampoco. Es que me siento tan extraña. Tenía

tanto miedo a este momento y tenía razón. No sé qué decirte. Le apretó la mano

y calló.

 -No digas nada. Solo estemos aquí un rato y

luego te acompaño a tu casa -le soltó la mano, y se relajó en el banco, con la

mirada perdida entre las hierbas y la planta espinosa con flores pares rojas,

vi como poco a poco los músculos de su cara se relajaban, los árboles

abanicaron y la brisa nos refresco. La miro, ya tenía color en su cara, sus

labios eran rojos y su mirada seguía siendo verde. Volvía a ser la Ninfa del

Aire, del Agua. Solo una lagrima en la mejilla la delataba, pensó en   sorberla y

comprobar la dulzura de la lagrima solitaria, no se atrevió a tanto. Solo le dio

más agua. que agradecida la tomo.

 -A regañadientes se levante le ofrece la mano

para que se levante, la ayude con la mochila. Tenía la mano tranquila, tibia y

le toqué sus uñas cortas bien cuidadas y las sentí en mi espalda, que

inmisericorde se enterraban. Las perfile con las yemas de mis dedos y cambio mi

respiración, me controle, pero era tarde ella sintió hasta el brusco cambio de

mis palpitaciones cardíacas.

 -Vamos Maggie, somos más fuerte que esto – la

instaba, le soltó la mano y la dirigió por la cintura. Respiró hondo. Reconoció

que estar juntos es su tortura.

Caminaron en silencio tres cuadras. La

calurosa mañana amenazo la frágil piel de Maggie. Eduardo se quitó la chaqueta,

está sudada, pero en trescientos metros se le achicharra esa piel dorada.

Acepto agradecida, bajo la visera para cubrir su cara. La fonda estaba repleta.

Olía a café, arepa, a pan, a huevos, a plátanos maduros fritos, a queso asado,

a empanada. Era la hora del desayuno. Marian los vio y preocupada le hizo una

seña a uno del equipo que allí estaba y lo sentó en la caja. Se acerco sigilosa.

Mientras señala una mesa casi escondida cerca de la lavandería. Adela llego

primero, quito las hojas muertas de la mata de parchita que al crecer formo una

enramada que aprovecharon como pérgola y se veía bien el ambiente de tres mesas

bajo los bejucos enredados de la planta con sus frutos y flores colgando al

descuido. Las frutas redondas, olorosas y amarillas al alcance de la mano.

Les trajo una cesta de pasteles andinos. Los antojos de Maggie

-Anoche junto con los dulces preparo cincuenta pasteles –

comentó - por eso se acostó tarde. Pero que decir. Le quedaron divinos. Solo

logre apartarle estos cinco. Los dejo - continuo la muchacha- no peleen tanto.

Tienen cara de hambre y esa dama es mala aconsejando.

1
Mireya Coromoto Landaeta
En este capitulo ví una descripción muy bonita del paisaje y eso enriquece el texto.
Mireya Coromoto Landaeta
Está chica para su edad es muy madura y responsable además de luchadora.
Mireya Coromoto Landaeta
yo pienso igual. El la vigilia. Su conciencia no lo deja en paz y siente pena por ella.
Mireya Coromoto Landaeta
Hasta ahora la lectura se me hace agradable. Maggi ha demostrado una gran madurez a pesar de ser una niña y pasar por una experiencia tan difícil. Me gusta la relación con el abuelo y su gran admirador por él.
Aleksa Vargas
ojalá y Se acerquen mas
Aleksa Vargas
por fin!!
Aleksa Vargas
creo que el va a tener que ser más insistente y dejar las precauciones
maria landaeta
/Smile/me estoy metiendo más a entender
maria landaeta
me confundiste cuando el habla de amor y ella sintió dolor cuando la poseyó 😔
maria landaeta
/Awkward/
Aleksa Vargas
cuando van a verseeee
Aleksa Vargas
pobre Eduardo
Aleksa Vargas
pero quién es la morena?
Aleksa Vargas
Eduardo está en las sombras
Aleksa Vargas
Eduardo la anda vigilando, debe estar obsesionado
Aleksa Vargas
quiero ver la visión de Eduardo ahora
Aleksa Vargas
vamos bien, ya vamos entendiendo más a Maggi
Aleksa Vargas
hermoso
Aleksa Vargas
pero ella seguro se va a dar cuenta que la están engañando
Aleksa Vargas
muy buena redacción y coherencia
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