La historia de Brandon Nixon y de Rita Valdéz es un relato conmovedor de resiliencia y redención. Después de que un evento traicionero lo dejara en silla de ruedas, Brandon se encuentra en una encrucijada, no solo enfrentando las limitaciones físicas, sino también el dolor emocional de una traición. Rita por su parte busca desesperadamente un respiro del ambiente tóxico creado por su esposo agresivo. al aceptar el trabajo, como cuidadora de Brandon, Rita no solo encuentra un escape temporal, sino también una oportunidad de sanar y de reconstruir su vida. A través de su mutua dependencia, Brandon y Rita desarrollan una amistad inusual, pero fortalecedora, demostrando que incluso en medio de la adversidad, la esperanza y la compasión pueden florecer, ofreciendo nuevas perspectivas de vida y de amor.
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Capitulo 24 Baile sensual
*BRANDON
Estaba tratando de solucionar el tema de la falta que cometieron mis empleados.
-SEÑOR... PUDIMOS TERMINAR CON ESO. Me informa Noel.
-PERFECTO... AL MENOS ALGO SE SOLUCIONO. Le respondo.
En eso recibo un llamado del señor del Monte.
📱DEL MONTE. Le respondí suspirando pesado.
📱SIENTO MOLESTARLO... ESTE NO SE COMO DESCRIBIRLO... PERO NECESITO QUE VENGA. Me dice enseñándome una imagen.
Veo a Rita bailando de manera sensual usando un conjunto deportivo en negro que consistía en una calza muy corta y un top corto. Tenía varios aros de Ulaula girando en su cintura que los paseaba hacia sus brazos y sus cuartos. Su baile candente a un ritmo musical movido encendía la llama a cualquiera.
Carraspee nervioso viendo la imagen, siento atrás mío a Héctor y Noel mirando la pantalla de mi celular. Los mire serio y se retiraron carraspeando, queriendo disimular.
📱¿CÓMO PASO ESO?. Le pregunto, incorporándome para ir a la casa de su padre.
📱SABE QUE TENGO AL DOCTOR ASLAN QUE HACE SU INVESTIGACION DE COMO LIBERAR A LAS ESPOSAS IDEALES. Me comenta nervioso.
📱SI... EL QUE HIZO EL ANTIDOTO. Le respondo.
📱EXACTO... DEBE VENIR...( Me pide exhalando)... ÉL DESCUBRIO UNA PALABRA QUE SUELEN USAR LOS QUE ADQUIEREN A UNA ESPOSA IDEAL... QUE SEGUN EL TONO O CANTIDAD DE VECES QUE LO DIGAN HACE HACER ALGO A LAS MUJERES... NO SE PERCATO DE QUE LO DIJO EN VOZ ALTA Y ESTABA BRINNA CERCA... QUE AL OIRLO SE PUSO A BAILAR... Y CUÁNTAS MAS VECES LO REPITA INCREMENTA SU RITMO... POR LO QUE LE DIJE QUE DEJE DE DECIRLO... CREO QUE SI USTED VIENE PUEDE HACER QUE PARE... SE VE QUE LE HACE ENTRAR EN UN TIPO DE TRANCE. Me informa mientras me encamino en el auto a su casa.
Héctor se inclinaba hacia mi sin poder evitar dejar de mirar.
Lo miro severo y él solo se encoge de hombros carraspeando.
Llegamos a la entrada del barrio, los de seguridad nos miran comprobando una tablet de los autorizados en entrar y nos dejan pasar al recibir la orden que nos dejen ingresar.
Escuchamos música fuerte y los de seguridad que formaban un círculo grande como tapando. Ellos estaban de espaldas mirando hacia adelante, podia ver en sus rostros incomodidad, de que debian mantener una compostura en una situación dificil.
-QUE BUENO QUE LLEGAN. Exhaló el señor del Monte al vernos.
Indico a sus hombres que se abran y veo a Rita bailando enérgica al ritmo de "danza kuduro", sus movimientos sensuales, su manera de mirar tan provocativa, entendía porque los de seguridad evitaban mirar.
El señor del Monte suspiro hondo mirándome solo a mi.
-Tratamos de que el doctor la libere de ese trance... Pero no pudo... Provoca una reacción en los hombres... Qué entenderá si es que comprende. Me dice gestualizando nervioso.
-Los exita. Le digo.
-Exacto... Hace que fluya en ellos esa sensación candente... Puede hacer que se detenga antes que alguien pierda la razón. Me dice.
-Claro. Le respondo.
Me quito el saco aproximandome a ella que me mantenía la mirada, y si que te hacia subir la temperatura y no querer perder ningún movimiento de ella.
Nos miramos deseosos, candentes, la cubro con el saco, mientras ella me robó el aliento con un beso que me hizo olvidar hasta mi nombre, pero debía mantener la cordura en ese momento, no podía hacerlo ante todos los presentes. Se me subió caballito prendida por mi recorriendo mi cuello.
-La llevo. Le dije a su padre que asintió y notaba lo molesto que estaba con la situación.
-Si... Voy a arreglar unos puntos con el doctor. Dijo con la mandíbula tensa.
Subí al vehículo con ella sobre mi, le indique a Noel que ponga un tema suave, Héctor fue como copiloto y en un momento sentí que se puso lánguida, había quedado dormida prendida por mi.
Se ve que se agotó, quien sabe cuánto tiempo estuvo así, mientras intentaban sacarla de ese trance y al no poder hacerlo me llamo su padre, por un lado me agrado eso, no la tendría lejos de mi.
-Se durmió. Pregunto Héctor.
-Si... Se ve que se canso. Le respondí.
-Disculpa Brandon... Pero no puedo callar. Me dice suspirando.
-Anda... Dilo de una vez. Le respondo.
-Fue ardiente... Su baile te hace acabar en tus pantalones. Exhaló.
-Tenias que decir lo obvio. Le respondo.
-Que habilidad... Dime si no miento Noel. Le dice palmeando su hombro.
-Me quedé en el auto. Le respondió serio Noel.
-Si... Pero podías ver desde donde estabas. Le dijo Héctor.
Noel solo se mantuvo callado sin decir nada, sabía cuando debía mantener la compostura, cosa que no podía Héctor.
-Viejo... Que suerte tienes... Esa mujer es fuego, fuego... Con bailar te enciende... Con solo mirarte... Tiene mmm... Me callo. Dijo cuando sintió que patee su respaldó.
-Si... Será mejor que lo hagas. Le digo.
-¿Qué palabra era?. Pregunto.
-HECTOR. Le reto.
-Bien... Pero no te dijo su padre. Vuelve a preguntar.
-NO. Le dije.
-Preguntale. Me dice.
-¡NO!... ¿QUÉ TIENES EN LA CABEZA?... No la manipulare de ese modo. Le digo molesto.
En eso me llega un mensaje del señor del Monte.
✉️LA PALABRA ES BOMB... SI SIGUE EN EL TRANCE... PRUEBA "DESACTIVA" CON SU NÚMERO DEL TATUAJE. Me escribió.
Entendía la molestia del señor del Monte, para el doctor todo era un experimento, para él se trataba de su hija.
✉️Ok. Le respondí.
✉️AUNQUE DEBO CONFESAR QUE ANTES CONSULTAMOS CON EL QUE FUE SU ESPOSO. DIJO QUE EL PIDIO QUE LA HIPNOTICEN PARA SACARLE LA NECESIDAD DE BAILAR CADA VEZ QUE ESCUCHABA MÚSICA... Y SI SE LE VOLVIA A ACTIVAR... CAPAZ NO PUEDAN VOLVER A SACARLE ESE ESTADO. Me escribió el señor del Monte.
✉️Entiendo. Le respondí.
-¿Quién era?. Me pregunta Héctor que escucho que mi celular sonaba cada rato.
-Del Monte... Quiere saber cómo está su hija. Le miento, ni loco le diré la palabra.
Llegamos a la mansión, Noel quiso alzar a Rita, pero le hice señas que no, yo la llevaría.
-¿No le pesa señor?. Me pregunto preocupado.
-No ... Yo puedo... No te preocupes. Le dije.
-No quiere que ningún hombre la toque. Dice Héctor y lo miro serio.
-No te cansas. Le digo.
-¿De qué?. Pregunta haciéndose el inocente.
-De actuar como idiota... Hay veces que no entiendo cómo soy tu amigo. Le digo serio.
Lleve a Rita hasta el sofá de mi despacho e hice que traigan una manta para que la cubran, parecía una muñeca.
-Se ve que le fundió el baile. Comento Héctor.
Servi unos tragos en un par de vasos y le pase uno.
-Regresemos al tema que estábamos discutiendo. Le indico para que olvide a Rita un rato.
-Podemos plantear en la reunión general el comportamiento del señor Osco. Me dijo poniéndose serio, al hablar de la empresa no bromea, eso es lo que me agrada de él.
-Con el voto de la mayoría podemos hacer que ceda sus acciones... Solo se cabo su propia tumba al venir a la fiesta y difamar sin tener razón. Comento en voz alta.
-Exacto... Creyó tener las de ganar... Pero se equivocó... Sin contar que al querer hundir mi reputación solo se mostró tal cual es. Dice Héctor.
Rita gimió acomodándose en el sofá.
Miramos hacia ella suspirando pesado.
-Supe que su ex... Pidió que la hipnoticen para que no baile... Siento impotencia al no poder ayudarla... Más de lo que hago de estar con ella. Le comenté a Héctor bebiendo mi tragó.
-Puedo entender porque lo hizo. Dijo.
-¿En qué sentido?. Le pregunto.
Él se inclina hacia adelante mirándome directo.
-¿Cómo te sientes al saber que no eres el único que la desea?. Me pregunta.
-¿Qué quieres decir?... ¿La deseas?. Le pregunto con la mandíbula tensa.
-Te lo planteo como amigo... Te estoy preguntando en serio... Piensa... Una mujer así... No cualquiera puede tenerla... Y el afortunado... Si no es seguro en su persona... Hará lo que esté a su alcance para que nadie se fije en ella... Ese imbécil... Por no decir algo más ... Era solo una imitación barata de hombre. Me dice serio Héctor gestualizando.
-Que no podía tener una mujer así si no era pagando y haciendo que la programen a su antojó. Reflexionó
-Tu mismo lo dijiste... Reconoce... Tiene una manera de bailar muy ardiente... Y si o si va a atraer las miradas... Y hay más de uno que no va a querer perder la oportunidad de tenerla... Por más que sea la esposa de alguien. Me dice Héctor.
Quedé pensando mientras bebía mi trago, no solo su manera de bailar era sensual, sino su figura era exquisita, su rostro era hermoso, una obra de arte única.
-No era más que un imbécil inseguro... La mujer tiene la última palabra... Si ella no te dice que si... No puedes tenerla... Y si quieres hacerlo por la fuerza... En el caso de Rita... Te partirá en dos la asiática al saber defenderse. Le digo a Héctor.
-Ves... Tu eres un hombre seguro... No necesitas valerte de tontos trucos para tener a una mujer contigo... Y ella está contigo... Te eligió... No por qué la prepararon para ti ni nada. Me dice Héctor.
-En eso tienes razón. Le respondí, pero tenía mis reservas.
En eso veo que se incorpora Rita tomándose la cabeza y su panza.
-Rita... ¿Estás bien?. Le pregunto.
-Tengo hambre. Dijo y pude escuchar su estómago rugir.
-Le diré a Alfred. Me dice Héctor para dejarnos a solas.
-¿Cómo te sientes?. Le pregunto al aproximarme y ella me mira a los ojos, me toma el rostro plantando un beso intenso.
-Quiero estar contigo. Me dijo abrazándome.
-Lo estás. Le respondí.
Podía notar que estaba dormida, quedó inhalando mi perfume abrazándome fuerte.
-Me acompañas a tomar un bañó... Me siento pegajosa. Me comentó y sonreí.
-Estas cochina. Le susurro.
-No seas malo. Me dice con una mueca.
-Me gusta tu aroma... Me gusta todo de ti. Le confieso.
-Te ganaste la oportunidad de pasarme la esponja por la espalda. Me dice con una sonrisa.
La ayude a incorporar.
-Me siento muy cansada... Me arden las piernas... Cómo si hubiera hecho ejercicio. Me comenta.
Se ve que al dormir se olvida lo que hizo mientras estaba en trance, al menos no lo menciono.
-Te traje un sándwich tostado... Es lo más rápido que salió... Si quiere algo más... Debe esperar. Apareció Héctor avisando.
-Gracias... Esto calmara al león que tengo dentro. Dice Rita comiendo el sándwich.
-Que preparen, mientras, algo más... Para mí también... Con todo lo que hicimos no probé nada. Le digo a Héctor.
-Puedo pedir algo también... Tengo hambre. Me dice.
-Seguro... Pide. Le respondí acompañando a Rita al baño mientras se terminaba su sandwich.
-Sera mejor la bañera... Si estás cansada... Eso te relaja. Le sugerí a Rita.
-Y me acompañas. Me dice.
-Yo me bañé... Me dura toda la semana. Le bromeo y me mira divertida.
-Ja... No te creo... Eres un obsesivo de la higiene. Me dice.
-¿Qué te hace pensar eso?. Le pregunto mientras se carga la bañera.
-Pues... Sin ir más lejos... Siempre tienes un desinfectante de manos... Limpias cada superficie donde vas a apoyar tus cosas... Te bañas varias veces al día. Me describe.
-Crees que me conoces... Pues aunque no lo creas... Hay veces que me gusta estar tirado... Sin querer asearme. Le digo, solo para ver su expresión.
Ella se quita sus prendas y se mete en la bañera bajo mi mirada que le saca una radiografía de su figura tan exquisita.
-Mmmm... El agua está ideal. Comenta.
-Me alegro que sea de tu agrado. Le digo agregando espuma y lociones al agua.
-Me acompañas. Vuelve a insistir.
-No... Ya me bañé. Le respondo.
Ella me mira un momento fijo.
-Bromeas conmigo... Estoy aquí contigo... Siendo que debía estar con mi padre... ¿QUÉ PASO?. Pregunto sería, se ve que ahora reflexionaba la situación.
-No pasa nada. Le respondí.
-BRANDON... DIME. Exigió.
Se sale de la tina envolviendo una toalla en ella.
-Querias estar conmigo y te busque. Le afirme.