Un alfa encuentra a su pareja destinada...
*Para conocer la historia de la familia de la Alquimista, puedes leer la Novela "Mi sugar Rey conoce a mi Dragón"
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Cabaña
Lucio: Princesa, será mejor conseguir ropa más sencilla
Azucena: si, aquí cerca vi una tienda, usaré una capa mientras…
Cuando entraron a la tienda la vendedora le hablo a Lucio primero…
Vendedora: - Buenas tardes, señor, busca ropa para su esposa.
Lucio abrazo a su Azucena…
Lucio: Si por favor, ropa cómoda para mi querida esposa…
Vendedora: Bien, señora acompáñeme por aquí.
Azucena le dio una mirada fulminante a Lucio y entro a cambiarse de ropa.
Salió después con un ceñido vestido marrón con pequeños puntos azules y un lazo en su larga y oscura cabellera del mismo tono.
Lucio: Querida te ves preciosa.
Azucena: Gracias querido, ahora tu también te vas a cambiar de ropa…
Lucio: Si querida, señora por favor me puede dar un traje sencillo en los mismos colores que mi amada esposa.
Vendedora: Tengo un traje marrón con la camisa del mismo tono que el vestido de su esposa
Lucio: Perfecto…
Después de que salieron de la tienda continuaron su viaje a caballo, hasta el último poblado que limitaba con el Clan Lycan.
Lucio: No se ve mucha gente, pensé que estarían sacando el metal
Azucena: Si mucha gente se enterara, se correría el rumor, de que están trabajando cerca de tu frontera, deben estar haciendo en la noche, de forma oculta.
Lucio: Entonces tendremos que quedarnos esta noche en el pueblo…
Azucena: ¿Por qué sonríes?
Lucio: Solo, que creo que estamos cerca de encontrar los responsables del intento de envenenamiento, solo eso.
Azucena: Busquemos un lugar donde pasar la noche…
Lucio: No sabes cuantas veces he soñado porque me digas eso…
Azucena: ¡No es gracioso! ¡No te burles!
Lucio: Es mi verdad, mi flor…
Caminaron por el pequeño pueblo, pero no encontraron ninguna posada.
Azucena se acercó a un pequeño mercado para preguntar.
Vendedora: En estas fechas, están todas las posadas completas, pero les puedo rentar una cabaña pequeña que tengo cerca del río.
Lucio: Una cabaña es perfecto…
Vendedora: Pago por adelantado
Lucio: No hay problema…
Vendedora: Bien, sigan por este camino y cuando vean el río doblan a la izquierda, es la única cabaña por ese sector.
Lucio: Muchas gracias…
Vendedora: Aproveche de comprar comida, que ya estamos por cerrar, por decreto de la reina no podemos salir en la noche, al parecer andan criaturas salvajes peligrosas.
Azucena: Si por favor, llevare algunas cosas para cocinar.
Lucio miraba embobado a Azucena como compraba ingredientes para la comida.
Azucena: Estamos listos
Lucio: Claro, querida, vamos a descansar
Vendedora: Por su ropa se nota que son un lindo matrimonio.
Azucena: pero…
Lucio: ¿Cierto? Nos vemos muy bien juntos.
Ambos hicieron el recorrido hasta la pequeña cabaña. Cuando entraron se dieron cuenta que había una sola habitación, una pequeña cocina, una mesa y tres sillas.
Azucena: Tú duermes en el suelo.
Lucio: Hace frío
Azucena: Dijiste que los lycan no sentían frío
Lucio: El suelo es duro
Azucena: Bien, princeso, duerma en la cama y yo duermo en el piso
Lucio: Es que esta noche no dormirás
Azucena: (sonrojada) ¿Qué?
Lucio: Porque saldremos a explorar, ¿Qué pensó mi flor?
Azucena: Olvídalo, prepararé la cena.
Lucio: ¿Comeré algo hecho por las manos de una princesa?
Azucena: Yo cocino y tú lavas los platos
Lucio: Lo que diga mi flor, le hago…
Después de un rato, la comida estaba lista…
Azucena: Esta listo, para que comas
Lucio: Huele maravilloso
Azucena: Solo huele, pruébalo primero, es una comida normal
Lucio: ¡Esta riquísimo! ¿Cómo es posible que una princesa sepa cocinar tan bien?
Azucena: Mi madre cocina mucho mejor y nos enseño a mi hermano y a mí.
Lucio: ¿El príncipe Ehliam también sabe cocinar?
Azucena: Sí, mi madre quiso que tomáramos cuando niños las mismas clases, cuando estuvimos mas grandes, mi hermano se especializo en la espada y yo en la alquimia.
Lucio: Eso es sorprendente… esto está muy sabroso
Azucena: Si crees que es rico, deberías probar algún día la comida hecha por mi madre o algunos de sus pasteles.
Lucio: ¿También sabes hacer pasteles?
Azucena: Si, aunque los de mi prima Laura son mejores, ella continuo con la tienda de pasteles de mi madre.
Lucio: ¿Y tu primo administra el ducado Costa?
Azucena: Si ellos, perdieron a sus padres, cuando eran muy pequeños, por lo que se criaron muy cercanos a nosotros.
Lucio: Te ves tan linda cuando sonríes y hablas de tu familia.
Azucena: (sonrojada) termina de comer, para que vayamos a explorar
Lucio: Ojalá que mis hijos puedan tener la vida que tuviste cuando eras pequeña y que puedan crecer rodeados de amor.
Azucena: ¿Te gustaría tener muchos hijos?
Lucio: Si, varios cachorritos corriendo por el castillo de piedra y que todas mis hijas se parezcan a ti… que tengan un largo cabello negro, unos hermosos ojos azules, una piel tan blanca como la luna llena, que al reírse se le formen pequeños hoyuelos en las mejillas, que sean inteligentes, justas…
Azucena: Será mejor ir a explorar la frontera…
Lucio: Si mi flor, vamos.
Ambos salieron de la cabaña rumbo a las montañas que estaban en la fronteras, cubiertos con una oscura capa negra…