En medio de la adversidad y la desconfianza, dos almas se ven unidas por un destino implacable. Ella, acusada injustamente y condenada por un crimen que nunca cometió. Él, sediento de venganza y convencido de su culpabilidad. Obligados a un matrimonio forzado por circunstancias ajenas, se embarcan en un viaje lleno de secretos, intrigas y pasiones ocultas. ¿Podrán superar el peso del pasado y encontrar la verdad que los liberará? Descúbrelo en esta apasionante novela de amor y redención.
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Capitulo XVIII Dándose una oportunidad de ser felices
Daphne se quedó un rato más en la cama, aún no podía creer que se hubiera entregado a Gabriel, el hombre que más la odiaba en el mundo, en ella había sentimientos encontrados, por un lado, está esa sensación tan hermosa que se siente cuando se entrega por amor y, por otro lado, el miedo de saber que el hombre que ama la odia y que en cualquier momento puede volver su vida un infierno, perdida en sus pensamientos no se dio cuenta de que Gabriel había vuelto a la habitación.
"Daría todo mi dinero por saber que estás pensando", dijo Gabriel acercándose a Daphne.
"Solo cosas vagas", respondió Daphne sin darle importancia a sus palabras.
"¿Qué tal si sales de la cama y vamos a caminar un rato?", pregunto Gabriel casualmente.
"Me parece buena idea", respondió Daphne levantándose de la cama envuelta en la sábana.
Gabriel se rio de su actitud, la noche anterior había visto todo su cuerpo desnudo y ahora se tapaba con la sábana. Ella entró al baño y después de asearse se vistió con la ropa que Gabriel había mandado a traer. Daphne salió luciendo hermosa, llevaba puesto unos jeans que se ajustaban a su bien formada figura, una camisa holgada, unos tenis, su cabello recogido en una cola alta y sin una gota de maquillaje, dejando ver la belleza de su piel.
"Ya estoy lista", indico Daphne sonriendo.
"Ok, entonces bella dama, salgamos a caminar", respondió Gabriel sosteniendo la mano de Daphne.
Estuvieron caminando por la orilla de la laguna hablando de cualquier cosa, ambos sin decir una sola palabra decidieron dejar de lado el pasado, aunque fuese por unos días y vivir eso tan bonito que estaban sintiendo, esos dos días y tres noches que pasaron en aquella casa alejada de la ciudad no fue suficiente para demostrar sus sentimientos, día a día se entregaron a la pasión apagando el fuego que salía de sus corazones y el deseo de sus cuerpos.
El fin de semana había terminado y era hora de volver a la realidad, Gabriel tenía un caso que ganar y Daphne volver al encierro de siempre.
"¿Quieres acompañarme al juzgado?", pregunto Gabriel mientras conducía.
"¿Hablas en serio?", respondió Daphne incrédula.
"Por supuesto, conoces el caso y cualquier duda te puedo preguntar" respondió Gabriel sinceramente.
"Obvio que si te acompaño, es mi sueño hecho realidad", respondió Daphne con una gran sonrisa.
"No se diga más, vamos a la casa a cambiarnos y de ahí a tribunales", dijo Gabriel mirando el camino frente a él.
Llegaron a la casa y saludaron a Gertrudis, ella se sorprendió al ver lo felices que se veían los dos, un sentimiento de alivio se apoderó de la mujer, pues ella pensaba que Gabriel podía lástimar a Daphne.
"Estás muy sonriente está mañana", comento Gertrudis mientras ayudaba a Daphne a peinar su cabello.
"Estoy viviendo un sueño, Gabriel me está tratando muy bien y hasta me pidió que lo acompañará a los tribunales", respondió Daphne muy ilusionada.
"No sabes lo feliz que me hace saber que al fin solucionaron sus diferencias", agrego Gertrudis más animada.
"También estoy muy feliz, Gabriel es increíble y su manera de tratarme es con tanta delicadeza, no se ni cómo expresar lo que siento", Daphne había olvidado el por qué dejo que Gabriel se acercara a ella, él era un hombre con mucho camino recorrido, mientras que ella no tenía experiencia en el amor.
"¿Ya estás lista?", pregunto Gabriel entrando a la habitación.
" Si, solo es agarrar mi bolso y salimos", respondió Daphne tomando sus cosas.
"Ok, salgamos que se nos hace tarde", Gabriel tomo la mano de Daphne y salieron a los tribunales, durante el juicio no se presentó ningun inconveniente y Gabriel ganó el caso.
"Felicitaciones Gabriel, Daphne un gusto volver a verte", dijo Marcelo acercándose a ellos y siendo muy íntimo con Daphne.
"Gracias señor Sierra, pero le agradezco que la próxima vez se refiera a mi esposa como señora Hoffman", la revelación de Gabriel dejo a Marcelo anonadado, ni en un millón de años imagino que Daphne fuera la esposa de Gabriel, ya que en la junta él, la trato muy distante.
"Lo siento señor Hoffman, no sabía que la señora era su esposa", respondió Marcelo apenado.
"Bueno ya lo sabes y espero que esto no se repita", Gabriel saco a Daphne de la sala, no iba a permitir que nadie quisiera cortejar a su esposa.
"¿Qué fue todo eso?" pregunto Daphne confundida.
"Solo dejo claro que eres mía", respondió Gabriel.
"Me salió celoso el señor", respondió Daphne rodando los ojos.
"Vuelves a hacer eso y me tocará castigarte", amenazo Gabriel con su voz ronca.
Daphne volvió a poner los ojos en blanco sacándole una sonrisa a Gabriel, quien disfrutaba viendo las niñerías de su esposa.
"No tienes remedio, me gusta que seas tan espontánea y tu sonrisa es muy hermosa, no la pierdas", las palabras de Gabriel eran música en los oídos de Daphne quien a cada minuto que pasaba se enamoraba más de Gabriel.
"Ok, pero tú tampoco cambies, me gustas más cuando no andas amargado y de más humor", respondió Daphne dándole un beso a su esposo.
"Hay que volver a la oficina, aún tengo trabajo que hacer", comento Gabriel caminando hacia la salida.
"¿Pasaré el día en la oficina contigo?", pregunto Daphne caminando junto a Gabriel.
"Si tú quieres claro está", respondió Gabriel sin voltear a ver a Daphne.
"Ok, pero me dejas ayudarte, me gustaría mucho aprender de ti", dijo Daphne animada.
"Lo que tú quieras yo te puedo enseñar", manifestó Gabriel con picardía.
"¿Acaso me está seduciendo, abogado?", pregunto Daphne coqueteando.
"Quiero hacer más que seducirla, señora Hoffman", aclaro Gabriel mirando a Daphne con ojos profundos.
"Déjeme analizar la situación y le daré una respuesta lo más pronto posible", respondió Daphne ignorando las miradas que le lanzaba Gabriel.
Subieron al auto y el chófer los llevo al edificio donde estaban las oficinas de abogados de los Hoffman. Los ojos de los empleados se volvieron a posar sobre Daphne, ya que ella iba agarrada de mano con Gabriel.
mi única recomendación es cuidar un poco más la ortografía y pequeños errores de escritura.