En medio de la adversidad y la desconfianza, dos almas se ven unidas por un destino implacable. Ella, acusada injustamente y condenada por un crimen que nunca cometió. Él, sediento de venganza y convencido de su culpabilidad. Obligados a un matrimonio forzado por circunstancias ajenas, se embarcan en un viaje lleno de secretos, intrigas y pasiones ocultas. ¿Podrán superar el peso del pasado y encontrar la verdad que los liberará? Descúbrelo en esta apasionante novela de amor y redención.
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Capitulo XXIV Enfrentamiento
El día en el que Daphne y Gabriel se enfrentarían en el juicio llegó, ella se fue con todo su arsenal, no le dio la oportunidad a Gabriel de defender a ese delincuente que se lucraba con la necesidad de los demás, el juicio fue corto y Daphne logro llevar a la cárcel a Sandro Castell quien era investigado en otros países y nunca le habían podido probar nada.
"Se ha superado a usted misma, abogada López", dijo Gabriel acercándose a Daphne después del juicio.
"Simplemente, hice mi trabajo, a los verdaderos criminales hay que encerrarlos", respondió Daphne con frialdad.
"Usted sabe mucho de eso, aunque usted no pago con cárcel su crimen", comento Gabriel queriendo lastimar a Daphne.
"Yo no cometí ningún delito, mi único crimen fue defenderme de un poco hombre, vxxxxxx de mujeres, aunque usted de eso sí sabe, ya que es igual de miserable", respondió Daphne descargando toda la rabia que tenía en contra de Gabriel.
"Sigues con el mismo cuento, mi hermano era una persona ejemplar y en cuanto a lo otro nunca me diste la oportunidad de disculparme, yo estaba cegado por la rabia", explico Gabriel.
"No me interesan sus disculpas, lo que usted me hizo no se le hace a nadie y si me disculpa me tengo que ir", dijo Daphne tomando sus cosas para irse.
Gabriel la sostuvo del brazo, no quería dejarla ir, no quería perderla de nuevo, que ella desapareciera como lo hizo en el pasado.
"Señor Hoffman por favor suélteme", dijo Daphne tratando de zafarse del agarre de Gabriel.
"No quiero, ahora mismo te vienes conmigo y ni se te ocurra armar un escándalo", amenazo Gabriel sujetando con más fuerza a Daphne.
"Creo que la abogada le dijo que la soltara, acaso no la escucho", Ángel llegó justamente en el momento preciso para impedir que Gabriel se llevará a Daphne.
"No se meta en esto, detective, ella es mi mujer y si me da la gana la suelto y si no, no", respondió Gabriel queriendo intimidar a Ángel.
"Puede ser lo que usted diga, pero si ella le pidió que la soltara pues usted lo hace y punto o es que acaso quiere enfrentar cargos por violencia y maltrato hacia la mujer", respondió Ángel con determinación.
A Gabriel no le quedó de otra que dejar en paz a Daphne, sus ojos se inyectaron de rabia y de celos, pues Daphne se había ido con ese imbécil. Por otro lado, Daphne estaba agradecida con Ángel por librarla de Gabriel, ella sintió terror al pensar que su ex logrará llevársela a la fuerza.
"¿Qué fue todo eso?, ¿realmente eres la mujer de Gabriel Hoffman?", pregunto Ángel confundido.
"Es una historia bastante larga, es una parte de mi pasado que me persigue y sin opciones me toca enfrentar", respondió Daphne con tristeza.
"Me gustaría escuchar tu historia, aún es temprano, te invito a mi departamento y te escucho, prometo devolverte a tu casa temprano", dijo Ángel sacándole una sonrisa a Daphne.
"Está bien, como negarme si me lo pides con esa cara", contesto Daphne sonriendo.
Ángel condujo su auto hasta su residencia, era una zona bastante popular por ser un lugar exclusivo, era raro que un policía viviera en un lugar así. Entraron al edificio y el portero saludo al detective con mucha confianza, al parecer tenía años viviendo en aquel lugar.
"Es muy bonito tu departamento", dijo Daphne recorriendo el lugar con la mirada.
"Gracias, sé que pensaras en como hizo un policía para pagar algo así, pero déjame decirte que es un regalo de mi familia", respondió Ángel sinceramente.
"¿Tu familia?, ¿quiénes son?", pregunto Daphne curiosa.
"El grupo Sandoval, los dueños de una empresa importadora, imagino que has escuchado de ellos", comento Ángel desinteresado.
"Si, claro, tu familia es una sé las familias más adineradas del país, ¿cómo es que tú eres policía y no trabajas en el negocio familiar?", pregunto Daphne sorprendida.
"Soy la oveja negra de la familia", dijo Ángel con ironía.
"Te entiendo, también soy la oveja negra de la familia", respondió Daphne melancólica.
"Te invito algo de tomar para que hablemos", comento Ángel sirviendo dos vasos de whisky.
Daphne acepto y se sentaron a hablar, ella le contó su vida y lo que había pasado con Gabriel, claro no le contó lo de la vxxxxxx eso era muy doloroso y muy íntimo como para andarlo divulgando; sin embargo, le contó lo de Alberto y su vida en prisión. Ángel estaba asombrado con aquel relato, como era posible que le hicieran tanto daño, ella era solo una niña y esa gente se aprovechó de eso. Indignado y lleno de rabia le prometió a Daphne ayudarla a probar su inocencia. Gabriel se iba a arrepentir de haber dejado ir a una mujer tan valiosa como la que tenía frente a él.
Después de algunas horas conversando Ángel llevo a Daphne hasta su casa, al ver las rosas blancas en el jardín sonrió, a él también le gustaban esas flores, definitivamente tenía que luchar por conquistar el corazón de Daphne, ella valía la pena.
"Ya estás en tu casa sana y salva", comento Ángel con una sonrisa cautivadora en su rostro.
"Muchas gracias Ángel, me hizo bien desahogarme contigo", respondió Daphne devolviéndole la sonrisa.
"Cuando quieras aquí estoy para escucharte", contesto Ángel sinceramente.
Ángel bajo del auto para abrirle la puerta a Daphne, era todo un caballero, amable, atento y eso era algo que no pasaba desapercibido por ninguna mujer.
"Espero que pases buenas noches y puedas descansar", le dijo Ángel besando la mejilla de Daphne.
"Igual tú, estamos en contacto", respondió Daphne dando la vuelta para entrar a su casa.
Una vez Daphne entro a la casa, Ángel subió a su auto y se marchó. La escena que acababa de pasar fue vista por Gertrudis quien sonrió al ver que Daphne había llegado con un hombre tan guapo. Y es que Ángel era realmente guapo, tenía treinta años, alto, cabello claro, ojos negros, un cuerpo bien trabajado, su rostro parecía tallado por los propios dioses, cualquier mujer se enamoraría de él con solo verlo.
mi única recomendación es cuidar un poco más la ortografía y pequeños errores de escritura.