Una Nueva Oportunidad

Todos nos encontrábamos celebrando y disfrutando de nuestros días de primavera, Alondra y el conejo mantienen comunicación por cartas durante todo el invierno, un día llega una carta a nuestra casa dirigida a Alondra.

Alondra: Abro la carta y comienzo a leer; Para la mujer de mi vida, para mi ángel en la tierra me alegro informarte que la fecha de nuestra boda es dentro de un mes espero que esté lista pronto iré por ustedes. Leí la carta en voz alta para que mis hermanas escucharan y todas quedamos en sorpresa.

Mady: vaya, vaya, sí lo logró.

Bianca: sí tenemos boda y vamos a comenzar con el vestido.

Alondra: ya va, ya va, no tan rápido este, vamos a sentarnos, ustedes qué piensan de mudarse junto conmigo no me quiero separar de ustedes a pesar de que quiero mucho al conejo.

Mady: no nos queremos separar pero sabemos que a cada una de nosotras nos llegará un hombre con el cual haremos nuestra familia y aunque tengamos que separarnos de casa no significa que perdamos nuestra comunicación, así que no te preocupes que siempre nos mantendremos en contacto y visitando.

Bianca: además si llegasen a tener una pelea fuerte ya sabes dónde te puedes esconder para que no te consiga y hacerlo sufrir. NOS miramos y nos echamos a reír nuestro día pasó con tranquilidad para asimilar la noticia al día siguiente nos despertamos como de costumbre y comenzamos con el diseño del vestido ese día no descansamos hasta tener el diseño listo tanto del vestido como del velo y una sorpresa que le teníamos preparada Mady y yo. El mes se fue a un abrir y cerrar de ojos y cuando quisimos ver ya estábamos en el ducado del este, a menos de una semana de la boda todo era un corre corre los sirvientes, los caballeros todo se movían de un lado al otro para agilizar los preparativos, al cuarto día de llegar preparamos una cena donde estarían presentes los padres del conejo nosotras y la sorpresa, llegó la hora de la cena y a lo que iban a servir la comida dos personas diferentes se acercan Alondra para entregarle su comida ella al verlo se levanta y los abraza nosotros nos unimos ese abrazo y cuando se separan.

Matías: dónde está el ladrón que quiere llevar a mi niña.

Nora: dónde está la comida de los de las bestias esta noche, nosotros cinco nos echamos a reír por lo que estaban diciendo sin embargo el conejo y su familia estaban muy preocupados.

Alondra: Uriel déjame presentarte a Matías y a Nora ella nos ayudaron a mí a establecernos en el norte y son como nuestros hermanos mayores.

Uriel: mucho gusto les aseguro que daría mi vida por Alondra y pondré mi mundo a sus pies. Tras esas palabras todo saludan y continuamos la cena entre risas y anécdotas del viaje y de nuestra niñez, los padres de Uriel también compartieron vivencias de su hijo de pequeño y todos nos reíamos fue una velada tranquila y nos retiramos a nuestros cuartos la noche antes de la boda dormimos juntas las hermanas ese día nos levantamos muy temprano a prepararnos, más a la novia porque era su día especial la prepararon, entre Nora con un pequeño desayuno y le pusimos su vestido de novia cuando bajamos nos dirigimos al templo, quién entregó Alondra fue Matías la ceremonia transcurrió entre risas y lágrimas al finalizar nos dirigimos al ducado para celebrar un banquete varios nobles fueron unos no reconocían y otros no y a nosotras no daba totalmente igual porque estábamos celebrando la felicidad de nuestra hermana, llegada a la hora de retirarse la novia la acompañamos.

Bianca: hermana permite que seamos nosotras las que te preparemos para la noche de boda.

Mady: deja todo en nuestras manos. llegamos al cuarto y ella entró a bañarse a lo que se salió le soltamos el cabello lo dejamos medio suelto le tapamos los ojos y le pusimos una lencería muy atrevida y encima una bata y le destapamos los ojos.

Bianca: no te vayas a quitar la bata hasta que no llegue a tu esposo.

Mady: no vayas a curiosear debajo de la bata espera que esté con tu esposo y si más salimos de la alcoba.

Alondra: estaba muy nerviosa después de escuchar las palabras de mi hermana pero decidí confiar en ellas sabiendo que no me harían nada malo y me dispuso a esperar a mi esposo

Uriel: llegó la hora de retirarme y estaba muy nervioso se veía demasiado bella y estaba feliz, yo era el hombre más afortunado por tenerla a ella a mi lado voy a mi habitación me aseo y me dirijo al cuarto donde está mi amada abro la puerta y la encuentro sentada en la cama

Alondra: Hola conejo

Uriel: Hola mi ángel

Alondra: siéntate te tengo una sorpresa o más bien una sorpresa para los dos, él se siente y yo me paro enfrente de él poco a poco voy abriendo la bata que tenía puesta cuando termino de quitarme la bata, hasta yo me sorprendo y me pongo colorada no sabía que esta era la sorpresa que tenían mis hermanas.

Uriel: haberla abrir esa bata es un deleite, pero verla en esa diminuta ropa me incita a devorarla, me levanté me acerqué a ella, le tomé la barbilla y la miré a los ojos. Te amo mi ángel La besé despacio y luego devoré sus labios

Alondra: ver su expresión me gustó, que me besara me desconecto de la realidad en medio del beso me guío a la cama y me acostó con suavidad sentir su cuerpo tan cerca del mío era alucinante comenzó a repartir besos y mis mejillas, en mi cuello, en mis hombros sentir sus caricias por todo mi cuerpo se sentía muy bien, cuando abrí mis ojos no tenía ropa estaba como Dios nos trajo al mundo quitó mi ropa interior y frotó nuestras partes íntimas haciendo estremecer mi cuerpo luego poco a poco se fue abriendo camino dentro de mí lento para no dañarme en una sensación nueva pero me gustaba nuestra noche de boda continuó una ronda más hasta que caímos agotados.