Beatriz Salinas, conocida como Bea, asume con entusiasmo la vida; sin embargo, pronto su vida cambiará de un momento a otro y una vorágine de emociones, sentimientos y acontecimientos la podrían llevar a conocer al verdadero amor.
Bea desconoce que tras ella existe una persona obsesionada con acabar con su existencia; y que la vida perfecta que creía tener se puede desmoronar en cualquier momento.
¿Podrá Bea liberarse de quien quiere lastimarla?
¿Podrá Bea reconocer el amor de su vida en medio del caos que se avecina?
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2. Un asesino serial
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Bea estaba de la mano de su novio, Bruno Alcázar, corredor de autos, tiene veinticinco años. Ambos se conocieron hace casi dos años, salen desde un año atrás; Bruno es famoso en el mundo nocturno, y un mujeriego empedernido, posee un encanto peculiar que hace ceder ante él; sin embargo, esa natural inocencia de Bea siempre le atrajo, se preparó para conquistarla, lo que fue algo difícil de conseguir, ya que la joven tuvo su reserva ante alguien que parece peligroso, pero que después la terminó atrayendo.
...Bruno Alcázar...
Después de un año de relación ha logrado convencerla de hacer el amor esa noche. Bea aún tiene algunas dudas, pero algunas amigas y compañeras le han comentado sobre lo maravilloso que es experimentar el placer sexual y cree que con el tiempo que ya lleva con Bruno, podría dar el siguiente paso.
Detrás de ellos estaban Ara y Katherine amigas de Bea; así como, Kevin y Harold, amigos de Bruno.
- "Pase, señor Alcázar, bienvenido", dijo uno de los vigilantes haciendo pasar a Bruno y sus acompañantes; quienes rápidamente fueron guiados a una zona vip.
Para Bea y Ara eso era algo nuevo, no solían venir a ese tipo de lugares, habían pasado tanto tiempo estudiando que habían olvidado divertirse. Sus salidas eran a los centros comerciales, paseos a la playa, idas al cine o algún parque de diversiones.
- "Dejen de mirar así, parecen quinceañeras sin vida", susurró Katherine. "No me gustaría que se burlaran de ustedes", agregó, tanto de disimular que aquella inocencia le molestaba, pero debería seguir con su papel de amiga sincera.
Katherine Luca, tiene veinticuatro años, trabaja como modelo para eventos, conoció a Bea y Ara cuando participaron de un evento de turismo sostenible, fue ella quien le presentó a Bruno, ha querido que Bea incursione en el mundo del modelaje, pero ella es una entusiasmada de las leyes.
...Katherine Luca...
Bruno invita a sentarse a Bea, aprovechando para acariciar ligeramente la piel del hombro de su novia, y luego se sienta a su costado, Ara está en un sillón que le ha proporcionado Kevin Taylor, un viejo amigo de Bruno.
Kevin Taylor es un enigma, es un hombre guapo de veinticinco años, mirada de seductor y aspecto de galán de telenovela, parece salir con todas y a la vez no estar relacionado con ninguna, es vecino de Bruno y sobrino de Adrián Valdez, el dueño del bufete de abogados donde ha empezado a trabajar Bea y realizó su pasantía. Conoce a Bruno desde el jardín y últimamente es inseparable de su conquistador amigo.
...Kevin Taylor...
Ara le sonríe a Kevin, y toma asiento tímidamente embobada por aquellos ojos, él le sonríe, pero luego le da la espalda, reconoce que le gusta a la joven, pero aunque pueda simular un interés, de reojo mira hacia la dirección donde están sentados Bea y Bruno, para luego mostrarse con la indiferencia de siempre.
- "¿Qué te gustaría tomar, osita?", preguntó Bruno, acariciando el rostro de su novia.
A Bea no le gustaba mucho ese apodo, y aunque se lo había dicho a Bruno, él por algún tiempo lo dejaba de hacer y luego volvía a lo mismo; así que ella se había rendido; no hay novio perfecto le decía Katherine cuando se quejaba de él, aunque Ara siempre le decía, que talvez no había alguien perfecto, pero si debería salir con quien se sintiera cómoda.
- "Me gustaría una piña colada", respondió Bea con una sonrisa. "Ara, ¿quieres algo?", preguntó, sabía que su amiga, era bastante tímida, había ido solo por acompañarla un momento, y poder contemplar por un instante a Kevin, le gustaba un poco, aunque Bea no lo sabe, pero luego partiría; el amigo del novio de su amiga, podría lucir amable a veces, pero la mayoría de veces resultaba inexpresivo.
- "Solo quiero una soda", respondió Ara algo nerviosa.
Bea iba a preguntar a Katherine, pero su amiga ya estaba en una sesión de besos con Harold, amigos con derecho era la definición que Kat le había dado a esa relación, un concepto que para Bea y Ara eran algo difícil de comprender, pero que ahora sentían menos extraña.
Bruno pidió tragos para todos, mientras seguía abrazando a Bea, besándola algunas veces, estaba pensando en que esa noche sería el momento de tenerla y no la iba a desaprovechar; al final, él siempre consigue lo que quiere o asume la consecuencia.
Por otro lado, en un automóvil blanco abandonado, la policía ha encontrado una mujer, tiene el cabello castaño claro, los ojos miel con la mirada vacía, el cuerpo inerte y el frío de la muerte es la vestimenta de su piel.
- "La muerte ocurrió aproximadamente hace veinticuatro horas", dijo la forense que está examinando el cuerpo; "después de los análisis correspondientes podré darle mayor detalle, pero todo indica que sufrió de inanición y finalmente asfixia", agregó.
- ¿Alguna huella?", preguntó un detective.
- "Tengo que hacer más pruebas, pero temo que si es el mismo patrón, no las encontraré; cada siguiente víctima perfecciona su ataque", expresó el forense.
- "Ya son tres mujeres, estamos ante un asesino serial, debemos encontrar al criminal que está haciendo todo esto", dijo el detective a cargo de la investigación.
La policía está preocupada, hay un asesino serial en la ciudad, asesina mujeres jóvenes, primero las secuestra, las mantiene ocultas sin darles nada para alimentarse, cuando son incapaces de moverse, las termina ahorcando y abandonando en el camino, pero parece no dejar ninguna huella que los lleve hacia él.