Conocerte fue un disparo al corazón
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Capitulo 18
"Cada vez que te enamores no expliques a nadie nada, deja que el amor te invada sin entrar en pormenores"
^^^Mario Benedetti ^^^
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Fernando se subió a su auto, y se dió cuenta de que ya no podía esperar más. Necesitaba hablar con ella. Su corazón latiendo con fuerza mientras se dirigían a Cabrillo Beach. La ansiedad y la determinación se mezclaban en su pecho, necesitaba aclarar lo que estaba sintiendo y descubrir si ella compartía esos sentimientos.
Al llegar a la playa, la busco entre las sombras hasta que la vio, sentada sola en medio de la arena. Su figura recortada contra el cielo oscuro. Con pasos firmes, se acercó, ella sintió que alguien se acercaba y volteo rápidamente enfundando su arma.
- Tranquila, tranquila, soy yo Sam - le dijo Fernando con las manos arriba.
Ella bajo y guardo su arma. Con una expresión de alivio, aunque no pudo evitar sentirse asombrada de que Fernando hubiera venido a buscarla.
- Jefe, ¿Que hace aquí? - pregunto, su voz entre la curiosidad y la confusión.
Él se acercó y se sentó a su lado, sus ojos reflejando la luz tenue de la luna.
- No podía espera Sam. Necesitaba hablar contigo - dijo, con una seriedad que hizo que Samantha se sintiera vulnerable, como si el peso de lo que estaba por venir pudiera cambiarlo todo.
- Hablar... ¿sobre qué? - pregunto ella con curiosidad.
Fernando respiro hondo, reuniendo el valor para hablar desde lo más profundo de su corazón.
- Desde que llegaste, algo ha estado cambiando en mi. Al principio, trate de ignorarlo, de mantener la distancia por el bien de ambos, Pero no puedo seguir negandolo. Sam, me importas más de lo que debería... Mucho más de lo que está permitido entre compañeros, y no quiero seguir ignorando esto que siento.
Samantha lo miro, sus defensas comenzando a desmoronarse.
- Fernando, yo... He estado luchando con lo mismo. Pero después de lo que pasó en New York, me prometi no volver a cometer el mismo error. Y aún así, contigo... Es diferente. No quiero seguir negando lo que siento por ti.
Fernando sonrió, aliviado y emocionado al mismo tiempo.
- No tienes que luchar más, Sam. Estoy aquí, y quiero estar contigo, si tú también lo deseas.
Samantha suspiró, si tiendo que el peso de meses de negación se desvanecía.
- Lo deseo, Jefe... más de lo que he querido en mucho tiempo.
Sin decir más, ambos se dejaron llevar por el momento, inclinándose el uno hacia el otro hasta que sus labios se encontraron en un beso profundo y lleno de todo lo que habían estado reprimiendo.
En ese instante, entre el sonido de las olas y el susurro del viento, supieron que estaban dispuestos a enfrentar lo que fuera necesario para estar juntos.
Se funden en un beso cargado de deseo, un beso lento y sensual, sus bocas se encuentran una y otra vez mientras Samantha enreda sus dedos en el cabello de Fernando y sé entregan por completo. El beso se descontrola y se vuelve salvaje y urgente, saboreando la dulce locura que solo existe entre ellos dos.
Amor, química, atracción es el combustible que hace arden el deseo como una brasa, basta con un simple roce para que ambos ardan en llamas.