Club Blue Moon: El Precio De La Inocencia

Una copa me fue entregada después que firme el documento, él levantó su copa, y me hizo una señal para que me la tomara, le di un sorbo, no soy amante de las bebidas alcohólica.

Teniendo a mi madre como ejemplo de lo que hace el alcohol y las drogas, nunca me he atrevido a usar nada de eso, pero ahora estoy obligada a todo lo que nunca quise hacer incluso a venderme.

— ¿No te gusta el vino?

— No.

— ¿Que quieres tomar?

— Agua.

Susan se rió, el señor Sawiris puso mala cara, no había pasado un minuto de que firme el contrato y ya había un problema, la música en el club comenzó a sonar un poco más fuerte, y el momento incómodo se hizo tan largo, que de verdad, quería que algo pasara para que rompiera el silencio que había, apesar de que la música sonaba.

— Revisa tu cuenta de banco.

— Si, señor.

Saque mi teléfono, entre a la aplicación del banco, puse mi contraseña, y mire mi estado bancarios, 250 mil dólares había sido transferidos a mi cuenta.

— ¿El dinero está en tu cuenta?

— Si señor, los 250 mil están en mi cuenta.

— ¿250 mil?, pregunto Susan.

El Señor Sawiris, la miro, de una forma tan terrible, que con la mirada la destrozó sin decir una sola palabra, un momento incluso más incómodo que el anterior, ¿Que debo hacer ahora?, supongo que debo esperar órdenes.

— ¿Puedo ir al baño?

— Claro.

Me pare lentamente de la silla, baje las escaleras, y fui al baño, me mire al espejo, sentía que me energía vital, había sido detenida en tan solo unos minutos, entre a uno de los inodoros, cerré la puerta, y solo me sente a respirar profundo, no quiero hacer nada de esto, pero estoy obligada por el destino.

Saque mi teléfono del bolso, mire la pantalla, que tenía una foto de mi abuelita y yo, esa foto fue la última vez que fuimos felices, sin enfermedad, sin deudas, sin hospitales, sin mi madre, que lastima que después de que nuestras vidas eran tan felices, vino la enfermedad y lo aplasto todo de un solo golpe, ¿Cuando volveremos hacer así?, ¿Cuando volveremos hacer felices?, ¿Cuando se irá está enfermedad de nuestra vida?

— ¿Te estás escondiendo en el baño zorra?

Esa era la voz de Susan molesta, ella vino atrás de mi hasta aquí, debe estar muy molesta, por qué cree que le voy a quitar su mejor cliente, a este nombre no lo quiero, ni a ningún otro, solo tome está oportunidad, por el bienestar de mi abuelo, cuando todo esto termine haré de cuenta que nunca paso.

Me levanté del inodoro, entre el teléfono en el bolso, abrí la puerta y salí.

— ¿Que quieres?

— ¿Tu crees que vales todo ese dinero?, ¿Cómo lo lograste?, ¿250 mil dólares?, por una puta ordinaria y sin chiste.

— Es su dinero, si el me ofreció ese dinero, es entre él y yo, ¿Que tiene que ver eso contigo?

— Ya te sientes especial, estúpida, las cosas que él te va hacer, jajajaja, vas a desear estar muerta, además tú sabes que es lo que más le gusta, te lo voy a decir, los gritos, jajajaja, me imagino a una chica como tú gritando.

Ella intenta asustarme, incluso, si tiene deseos extraños, lo único que no puede hacer es matarme, después todo lo demás lo he visto, mi madre y sus novios, que cosas asquerosas no hicieron, y que no ví cuando viví con ella, incluso esos asquerosos intentaron tocarme, por eso nunca deje que nadie pusiera sus manos sobre mi, por qué me da asco tan solo de pensarlo.

Pero ese es un buen dato, si le gustan los gritos, y no grito, entonces me dejara ir más pronto, y saldré es esto más rápido.

— Gracias por los consejos, lo tomaré en cuenta.

— Si te enamoras de él, estás perdida, mujeres como nosotros, no estamos calificadas para tener este tipo de hombre.

¿Amor?, como se puede amar a alguien que te ve como una mercancía, esto no a comenzando, y ya espero que se acabe, el amor no creo que se hiciera para mí, y tampoco tengo ilusiones inútiles, espera, es eso, ¿ella está enamorada de él?

— El amor es una trampa, no creo caer en eso, mejor desaste de esas ilusiones tuyas, y deja de celar al Señor Sawiris, tu misma lo dijiste, no estamos calificadas, esto es un negocio, compra y venta, yo lo hago por qué lo necesito, tu no se por que lo haces, pero yo no estoy buscando un hombre que me salve, busco un negocio que me ayude a sálvame.

— Vamos a ver, si después que duermas con él, vas a tener este desinterés, voy hacer el espejo en el que te vas a mirar más tarde.

Había pasado un tiempo, no podía quedarme más en el baño, así que intenté salir, pero me agarró del brazo y me dijo.

— Eres una tonta, no sabes que tipo de hombre es él, te ayudaré está vez, él es del tipo del hombre que ve, que desea, que toma lo que quiere y cuando se aburre de eso, lo tira a la basura, y tú no vas hacer la excepción.

Me libre de se agarre, y salí del baño, no iba a dar respuesta a lo que era obvio para mí, se que ese es el tipo de hombre que es él, he pasado seis meses en el Club mirando todas sus acciones, que hay para sorpenderse de lo que dice esta mujer, desesperada por mantener un hombre que desde el principio nunca a sido suyo, ni de nadie más.

Subí las escaleras, él estaba de pie, parecía impaciente, me miró de forma extraña cuando termine de subir las escaleras, me quedé parada también, no sabía por su expresión, si estaba enojado o pensativo, supongo que debo prestar de ahora en adelante atención a sus expresiones faciales.

— Vamonos.

Camino frente a mi, y bajo la escaleras, y camine detrás de él, el Club se estaba poniendo más animado, salimos por la puerta principal, el auto del señor Sawiris, no estaba esperando, el hombre que me fue a buscar nos abrió la puerta, el subió al auto y luego yo, la puerta se cerró, el hombre subió y el auto arrancó.

— ¿A dónde señor?

— Vamos al departamento.

— Si, señor.

Todo el camino solo hubo silencio, nadie hablo, me acomode en el asiento, trataba ni de despirar profundo, pero que me sentía incómoda, después de alrededor de 40 minutos llegamos a un gran y lujoso edificio, el auto se detuvo en la puerta, el hombre salió del auto y nos abrió la puerta, yo salí primero y luego el Señor Sawiris, él cambio hacia adentro y yo detrás de él, fue hacia el ascensor, cuando yo entre, le dió al botón del décimo piso, solo subimos él y yo.

Después de llegar al destino, la puerta del ascensor se abrió, solo había una puerta en ese piso, el saco una tarjeta y abrio la puerta, la cerradura, parecía la de un hotel, él, me hizo una señal para que pasara, yo entre sin pensarlo, él detrás de mi, cerró la puerta.

Tan solo la sala parecía un sueño, todos los muebles eran en cuero negro, pero las paredes blancas, es como si la luz y las oscuridad lucharán en este lugar.

— Vas a vivir aquí, por estos tres meses.

— Si, señor.

Me agarró de un brazo, abrió la puerta de una habitación, me tiró a una enorme, cama, y se puso sobre mí, se quedó observandome, como un animal salvaje a una indefensa presa.

— ¿No tienes miedo?

— No.

— ¿Por qué no tienes miedo?

— Yo elegí ser una presa, y ya se que voy hacer devorada, así que de que debo tener, si bueno o malo, al final fue mi elección.

Se paró, y se alejo de mi, dejándome tumbada en la cama.

— No te voy a comer todavía, eres un plato que me voy a comer muy despacio, por eso pague tan caro, descansa, esta es tu habitación, el closet tiene ropa de todo los tipos para ti.

Dicho esto, salió de la habitación y cerro la puerta después de salir.