Red Oscura

Noel.

Balder ha sido muy generoso en brindarme su ayuda, aun así sabiendo lo que me persigue.

Salí del baño, me puse uno de los distintos vestidos que me trajo él, me puse unas sandalias, peine mi cabello y me volví a sentar.

Busque entre los cajones para ponerme una venda en mi pierna, pero no había nada, hasta que se escuchó un toque a la puerta.

Y esta misma se abrió, y por ella entró una niña pequeña, pero muy hermosa, me estaba sonriendo a lo que yo no sabía como reaccionar.

Al tenerla frente a mi, me abrazó, era extraño, pero más extraño era sentirme bien al tenerla junto a mi.

Así que correspondí su abrazo, al separarnos acarició mi cabello con sus pequeñas manos y me dio un beso en la mejilla.

- Io sono Eva, (soy Eva) - al escucharla entendí el cómo se llamaba.

- ¿Eva?, es un bonito nombre, yo me llamo Noel.

Sonrió y asintió, acarició nuevamente mi cabello - Sei così bella Noel, (eres muy hermosa, Noel).

Sonreí, pero no sabía que decía, solo entendí mi nombre y eso era abrumador.

- Torno subito, (ya regreso). - dijo algo y salío de la habitación, pero no tardó ni diez minutos cuando regreso con una tablet y puso el traductor para poder comunicarnos.

Me quede tan sorprendida que a sus apenas seis años sea una niña tan extrovertida, desenvuelta y muy inteligente, eso me hace acordarme un poco a mi cuando tenía su edad.

Las horas pasaron y la pequeña Eva ya estaba acostada en la cama junto a mi, me pidió que le leyera un cuento y yo lo hice gustosa.

Acaricie una y otra vez su hermoso cabello rubio y comenzó a bostezar y a cerrar sus pequeños ojitos, al ver el reloj de mesa ya eran las siete y media, era temprano, pero quizás ella a esta hora se dormia.

Seguí arrullándola con mis caricias y mi voz, cuando un toque a la puerta se escuchó. - ¡pase!.

Grite en voz baja, abrieron la puerta y era él, quien traía nuevamente la cena, se sorprendió al ver a Eva en mi cama.

Y lo entendía, yo también estaba muy sorprendida, porque prácticamente ella apenas me conocía tan solo un par de horas.

Ladeo sus labios y mostró una pequeña sonrisa, tomo la tablet y puso el traductor, y mientras cenaba hablamos un poco sin intermediarios humanos.

Y cada palabra que escuchaba me hacía tener más confianza en él, se que es muy rápido solo llevo dos días aquí en su casa, pero mi corazón me lo indicaba.

Así que hable abiertamente con él sobre cómo inició mi tormento en mi país natal y omitiendo las partes más dolorosas y traumaticas para mi, que por desgracia aun no lo puedo superar a pesar de que ya a pasado muchisimos meses.

Balder no respondía, solo me escuchaba atentamente y en sus ojos se notaba que sus pupilas se dilataban con mi relato y sus manos se empuñaban haciéndose notar sus delgadas venas en su dorso y brazo.

Hasta que terminamos de hablar, Balder se llevó a Eva y nuevamente me quede sola en la habitación, meditando las pocas palabras que me dijo él, pero dos palabras en específico se quedaron dando vueltas en mi mente.

...Te protegeré...

Y mientras mi mente repasa una y otra vez la conversación con Balder, me recosté en la cama, cerré mis ojos y dormí plácidamente por primera vez después de tanto tiempo...

...DOS MESES DESPUÉS...

Al levantarme, hice mi cama y me metí a bañar, me cambié y me arreglé un poco, salí de mi habitación para encontrarme con la princesa de esta casa, mi hermosa Eva.

Bajamos juntas para ir al comedor donde ya estaba Balder leyendo su periódico como cada mañana, él al vernos nos sonrió y nos hizo señas para que nos sentaramos.

- buenos días, hija, Noel - me senté al lado de Eva, quien no paraba de hablar con su padre.

Cuando le sirvieron por instinto tome su plato y verifique que no estuviera muy caliente, hacer eso ya era algo habitual desde aquella primera vez que había bajado y compartido mesa con ellos.

Eva al probar aquella sopa de verduras sin darse cuenta que estaba muy caliente, tuvo ese accidente siendo un poco grave porque hasta el doctor la reviso y tuve que ponerle pomadas para su labio lastimado.

Y pues desde esa vez cada que comemos hago lo mismo, no quiero verla sufrir, Eva es una niña muy dulce y no quiero ver sus ojos llenarse de lágrimas, ni tampoco que sufra.

Al regresar el plato, levanté mi vista y Balder solo me veía, ladeo sus labios y solo continuó comiendo, al terminar lo vi levantarse, pero antes de que se fuera me habló.

- Noel, te espero en el despacho - solo asentí, él se fue y yo seguí comiendo al lado de Eva.

Terminé, recogí los platos, tome la mano de Eva y fuimos a la sala para tener todo listo, aun no entendia por que Eva no iba a la escuela, Balder solo decía que era más seguro que tomara clases en casa.

Quizás no entendía su explicación, pero si el amor de padre, esperamos hasta que llego su profesora de Eva, la saludé a lo que contestó mi saludo y lo sentí forzado como todos los días.

Me despedí de Eva y me fui al despacho de Balder, toque dos veces hasta que escuche su voz ronca, resonante y sensual decirme que pase.

Abrí la puerta y él estaba tras su escritorio era la segunda vez que entraba aquí, pero hoy pude notar lo elegante y amplia qué es.

Me senté frente a él, él seguía frente a su computador trabajando y yo solo espere con paciencia, hasta que sus ojos se desviaron posandose en mi.

- Noel, es momento de entrenar - ladeo sus labios y buscó una carpeta de uno de los cajónes de su escritorio - te dije desde un principio que nada te ocultaria.

Y me entregó aquella carpeta - ¿qué paso?, ¿es grave?.

- no es para alarmarse, pero tengo que estar tranquilo y saber que tu te podrás defender - asentí, a pesar que aún no me decía el motivo, pero sabía que no era tan difícil de adivinar - Demetrius se a recuperado y a comenzado a buscarte.

Y reaccioné de la peor manera de la que yo hubiera querido - ¡qué!, no, no, yo, no quiero que me encuentre, Balder, por favor.

- vez, por esa misma razón quiero enseñarte, tienes que ser fría y no dejarte dominar por tus emociones, Noel tranquila, estaremos bien, solo esto es por precaución.

- esta bien, a la hora que digas estaré dispuesta para aprender - asintió, se levantó de su asiento y se acercó a mi, extendiendo su mano para ayudarme a levantarme.

Él no soltó mi mano después de haberme levantado - tranquila, todo estará bien, así que terminando tus clases de Italiano te espero en el campo de tiro y no te preocupes por Eva, Melani la cuidara.

Asentí, y salí del despacho junto a su compañía, seguimos por aquel amplio pasillo, estaba desconcertada por que él aun me sujetaba de la mano y por una extraña razón mi corazón comenzaba a sentirse cálido y mis palpitaciones eran más rápidas, fuimos a la sala donde estaba Eva y su profesora.

Eva sonrió al ver a su padre, se levantó de aquel sofá y fue a su encuentro para abrazarlo, se separó de él y me abrazó a mi, con fuerza y demasiado amor, tanto que lo podía sentir.

Al salir de aquella admosfera maravillosa, volteé a ver a Balder, quien solo nos observaba con una gran sonrisa.

Pero la voz de la profesora de Eva, me hizo voltear y darme cuenta de sus intenciones, se acercó a Balder y discretamente o descaradamente a mi persepcion se abrió más el escote de su blusa.

- señor Balder, ¿podría hablar con usted sobre Eva? - al escucharla, me sorprendí, me sentía indignada por la avilidad qué tenía esa mujer.

- escucho señorita Erika, ¿qué tiene que decir de mi hija? - sonrió mordiéndose los labios siendo muy descarada, podía sentirse qué estaba en celo como los animales en época de apareamiento.

- ¿puede ser en privado? - Balder nos vio por un momento y pensé que se negaría a la petición de aquella mujer, pero solo asintió mostrándole el camino hacia su despacho.

Estaba, ¿enojada?, eso era imposible, como me iba enojar por algo que no me debe importar, o, ¿me importa?, no, no.

Tome la mano de Eva y nos sentamos en el sofá y mientras ella me mostraba lo que estaba haciendo y los avances qué tenía, mi vista se dirigía a ese sitio, pase saliva con dificultad, no podía creer que él aceptará, pero más no podía creer de que yo me sintiera así, y me comportara de esa forma.

Es ridículo, demasiado ridículo, hasta que la vocecita de Eva me hizo salir de mi pelea mental.

- Noel, me ayudas a pintar - desvíe mi vista y me concentre en Eva y asentí.

- claro princesa - sonrió y me dio su libreta.

Pasaron los minutos y Melani llegó, así que fui por mis libros a mi habitación, al bajar las escaleras, los vi salir del despacho, la profesora al verme sonrio de una manera que se sentía triunfadora, y él, pues su rostro era indescriptible.

Bajé el último escalón y pase sin voltear a verlos y me dirigí al comedor donde ya estaba Giuseppe, quien al verme se levantó de la silla y me saludo.

- hola Noel, ¿lista? - asenti y me senté con su ayuda.

Y comenzamos la clase, Giuseppe estaba orgulloso de mi porque en tan poco tiempo había podido dominar su idioma sin tanta complicación, es por esa razón que podía comunicarme más y más con Eva y Balder, gracias al buen Giuseppe y su extraordinaria enseñanza.