Extraños

Nit

Pasan los minutos y nada que aparece Alessandro, por suerte Roberts no me ha dejado sola, pero Alessandro es el que debería estar aquí.

Notamos que las personas están yendo hasta otro lado de la enorme casa, nos preocupamos un poco ya que la gente murmura cosas, pero no entiendo lo que dicen.

-¿Vamos a ver?- me pregunta señalando el lugar.

Asiento

Nos acercamos al lugar y se empieza a escuchar gritos y golpes. Un sentimiento de miedo se apoderaba de mi, empecé a pensar que él que podía estar peleando es Alessandro, hasta que un grito de Fiorella me lo confirmo.

-Basta, no pelees Ale- el grito de Fiorella se repetía una y otra vez- alguien que los detenga- podía escuchar sus gritos, pero no lograba ver nada ya que las personas no me dejaban pasar. Como pude me escabullí entre las personas dejando atrás a Roberts que intenta pasar, pero no lo logra. Llegue al frente de la gran batalla de golpes que tiene Alessandro y Cristian. Tenía esa sensación de que eran ellos los que peleaban y puedo deducir fácilmente el porqué de la pelea. Los observe, no podía hacer nada, si no escucha a Fiorella estoy segura que mucho menos a mí. La pelea la iba ganando Alessandro por mucho debo decir, la sangre de Cristian lo confirma y que está en el suelo mientras que Alessandro sobre él dándole como si fuera un saco de boxeo, de pronto veo como un chico se acerca a Alessandro y le da un golpe en toda la cara tumbandolo al suelo, ese golpe sin duda lo dejo mareado ya que no pudo cubrirse del siguiente que le dio, pero esta vez del otro lado de la cara. No pude resistir tan pocas bolas de un hombre que golpea a otro desprevenido y al ver que nadie hacia nada, le di una patada en la espalda haciendo que cayera al suelo justo al lado de Alessandro, el poco hombre volteo a ver quién le había dado la patada y se encontró con mi rostro, uno muy furioso debo decir, lo se porque mi sangre la sentía hervir mientras lo veía.

-No te metas en pelea de dos, IMBECIL- no termine de decir la oración cuando mi puño se fue directo a su nariz haciendo que sangrara de inmediato, sus manos por instinto se fueron directo a su nariz y al vérselas llenas de sangre quiso pararse, pero esta vez fue inmovilizado por Rodrigo, volteo a ver a Alessandro que estaba igual de inmovilizado, pero por Roberts, también vi como Fiorella retenía a Cristian y yo era el centro de atención de todos los invitados.

Salí de esa habitación como alma que lleva el diablo, hasta el minibar que había cerca de la pista, pedí un whisky en las rocas y me lo tomé de un trago para calmar mis nervios, pero como no funcionó decidí salir del lugar con toda la intención de irme. Pero escucho unos gritos llamando desde adentro de la fiesta, al voltear veo que es Alessandro junto a Roberts y Rodrigo.

-¿Éstas bien?- pregunta Alessandro sosteniendo mi rostro- ¿No te hizo nada ese imbécil?- negué, pero esquive su mirada no podía seguir mirándolo después de lo que hizo.

-Rodrigo ven, necesitamos tu ayuda- una chica se acerca algo asustada e intenta llevarse al hombre.

-Si, ya voy, vamos Roberts- le da una palmada en el brazo- Un placer conocerte Nit, espero que no sea la última- me sonríe al igual que yo.

-Nos vemos Nit, cuídate- se despide Roberts y yo asiento

-Debo irme- me solté de su agarre y empecé a caminar.

-Espera, se que no estuvo bien lo que hice, deja que te explique- mi rabia aun estaba presente y si escucho una estupidez no solo el imbécil saldrá con la nariz rota.

-No tienes que explicarme nada, está más que claro- seguí mi camino sin mirar atrás. Se puso frente a mí evitando que siguiera mi camino. – si no quieres terminar con la nariz rota será mejor que te quites- le advertí. Sonrió.

¿Sonrió?

-¿Se puede saber qué es lo gracioso?- mis puños ya estaban cerrados por inercia.

-Tu- me dice y en el momento que mi mano se alza para pegarle, él se pega a mí robándome un beso que obvio no correspondo, pero que me gusta y me odio por eso. Lo empuje con todas mis fuerzas y cuando se alejó note que tenía un golpe muy notorio en la mejilla derecha, me acerque.

-Esto debe doler- lo acaricie, él sostuvo mi mano delicadamente, casi como si fuera una caricia, me miro a los ojos muy fijamente, pude notar arrepentimiento en ellos, pero si fuera así, ¿eso ayudara?

-Lo siento, de verdad lo siento, hay cosas que no puedo controlar, pero te juro que lo intento, aunque hoy no fue uno de esos días- di un paso atrás.

-¿Te gusta?- noté como se tenso y ahí está mi respuesta.

-No, es cosa del pasado, ella no me gusta- su pasado, el bendito pasado, un pasado que por lo visto no está olvidado.

-Eso no fue lo que pareció- inquirí, volteo sus ojos y resoplo, no es un tema que le guste, no es un tema que me guste, es un puto problema el hecho de que en este momento las palabras de mi hermana vienen a mi mente, las palabras de Claudio inundan mi cabeza.

TE AMAMOS Y VERTE SUFRIR NOS DUELE TAMBIÉN.

-Alessandro- suspiré, él me dio su atención- No quiero ser esa a la que usas para olvidar, está claro que sientes algo por ella, no se que hayan sido en el pasado, ni que son ahora, pero se nota que te afecta lo que le pase a ella. Esta noche fuiste el peor acompañante, cuando la vistes te pusiste nervioso e incluso hasta te emocionaste, luego para terminar la noche me dejas sola en una fiesta que no conozco a nadie para pelearte con el novio de ella- me miraba, pero esquivó su mirada luego de unos segundos de silencio.

-Las cosas son mas complicadas de lo que crees, de verdad me interesas y no es para olvidarme de nadie, desde que te vi en el bar y luego en la subasta no he dejado de pensar en ti. De verdad me gustas y contigo me he sentido vivo después de tanto tiempo. Se que hoy he sido un idiota incluso soy mas imbécil que al que golpeaste, pero te pido una segunda oportunidad, por favor- sus manos agarraron las mías, para suplicarme con sus hermosos ojos una segunda oportunidad.

No creo en las segundas oportunidades

Me solté de su agarre y me alejé de él sin darle una respuesta. Tomé el primer taxi que vi, quería llegar a casa, quería acostarme, quería llorar un poco para calmar tanta rabia y tristeza y sobre todo quería quitarme esta mierda llamada corcel.

Al llegar a casa veo que está mi hermana viendo una serie, pero no veo a Claudio por ningún lado y agradezco que no lo este, creo que me quiso dar una noche a solas con mi hermana para arreglar las cosas.

-Hola- dije mientras me acercaba a ella.

-Hola, ¿Cómo te fue?- se que se preocupó, ya que no llegue una mega sonrisa.

-¿Puedes quitarme esta mierda?- sin querer se me salió esa voz chillona que haces cuando quieres llorar, ella no dijo nada y se puso a mis espaldas intentando quitarlo. -Lo siento, se que te preocupas por mi y que lo que intentabas decirme era lo correcto, aunque tienes razón, las mentiras no es la mejor forma de iniciar una relación, pero esta vez no fue mi pasado el causante de no llegar con una sonrisa, sino el de él- mi hermana termino de aflojar el bendito corcel y me tumbe en el sofá.

-¿Que paso Nit?- la mire y agache la mirada, de verdad no quiero hablar, no me siento acta para hablar ahora.

-Nada que no supiera que podía pasar- subí mis hombros con media sonrisa – Val iré a dormir, me siento cansada, muy cansada- ella asintió. Me levante y al llegar a la puerta de mi habitación, voltee a verla y ella aún seguía mirándome – Mañana te cuento como le rompí la nariz a un imbécil- ella soltó una risa y yo hice lo mismo.

-Espero que si- se levanta y yo entro a mi habitación, donde me quite el disfraz y más atrás el maquillaje, quedando solo en ropa interior y me recosté en mi cama mirando hacia arriba, pensando en todo lo sucedido y soltando un par de lágrimas que no pude retener.