Anastasia alegre, espontánea y feliz... En su segunda vida conocerá al Gran General, un hombre recto, estricto y de pocas palabras.
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La reunión
La cita para esta reunión costó mucho lograrla, así que tenemos que ser muy cuidadosos, porque para que esta red haya funcionado por tanto tiempo, significa que han sido muy cautelosos, por lo que deben ser muy desconfiados.
- Entonces si buscamos niños, será mejor que finjamos ser una pareja enamorada
- ¿Cómo?
- claro cómo no ibas a presentar
- Como hermanos que buscaban una familia
- no a qué hermanos les gustaría tener más hermanos, si te preguntan diles que no hemos podido tener hijos, ellos deben saber que para esta sociedad tan machista es importante reafirmar los apellidos.
- Entonces, fingiremos ser una pareja enamorada que no ha podido tener hijos, es una buena idea, ahora debemos beber la poción, tenemos que ocupar bien el tiempo, porque si bebemos otra poción enseguida tendremos serios problemas de salud, para saber cuanto tiempo, nos queda usaremos estas pulseras, cuando comience a parpadear, significa que nos queda menos de tres minutos.
Ambos bebieron la poción y cambiaron inmediatamente su apariencia. El pelo de Alexander se tornó Rubio sus ojos variaron a un azul muy intenso, por el contrario de Anastasia su pelo se volvió rojo y sus ojos de un verde muy claro.
- Por qué me miras así
- no a todos les viene el rubio
- O sea que me veo mejor en mi estado natural
- presumido
- bueno, debo decirlo tu también te ves mejor al natural, aunque creo que cuando más linda te he visto, ha sido cuando estabas en tu habitación sin ningun arreglo
- eres raro soldadito... ¿qué haces?
- tomo tu mano, somos una pareja enamorada
- bien
Caminaron unos minutos más por el bosque, cuando vieron una cabaña bastante humilde.
- Buenos días buscamos las aves que van al norte
- sí, adelante los estábamos esperando.
Al entrar Anastasia vio a dos hombres jóvenes bien vestidos muy diferentes a como ella se había imaginado que serían. En una mesa cercana a ellos, habían cuatro hombres con grandes espadas y con miradas oscuras, que escondieron el rostro inmediatamente al verlos entrar.
- cuénteme porque están aquí
- Mi esposa y yo necesitamos un producto nuevo.
- ¿su esposa?
- así es
- sabes que un producto nuevo costaría el doble, que te habían contado
- entiendo no hay problema con el dinero
- bien debes dejar una parte como garantía y mañana en la Plaza Central uno de mis hombres le entregará la dirección a tu esposa
- ¿a mi esposa? me gustaría que todo el trato fuese conmigo
- lo siento pero es importante para el trato, de lo contrario no habrá acuerdo
- Pero cuál es la diferencia... yo puedo...
- Querido no te preocupes
- ves, tu esposa ha hablado, veo que es más valiente que tú.
Alexander solo asintió con la cabeza.
- bien, después que nos entreguen la dirección tendríamos que esperar mucho tiempo...
- si quieres un producto nuevo quizás sea una semana o dos, eso es relativo
- entiendo.
El general dejó una bolsa con monedas sobre la mesa y ambos salieron del lugar, caminando tranquilamente.
- creo que salió bastante bien.
- ¿bien? te dije que no intervinieras, sabes lo peligroso que es que te encuentres con ellos a solas
- pero si no lo hacía, no harían el trato y perderíamos todas las pistas
- podríamos encontrar otra forma de contactarlos
-sabes en el fondo qué nos costaría mucho volver a acercarnos, además dijo que en una semana, seguramente tienen hasta mujeres embarazadas
- puede ser, de estos hombres nada me sorprende.
- bueno y ahora qué hacemos, no me pueden ver así
- si quieres podemos caminar un poco hay un lago cerca y esperar los minutos que faltan para que se pase el efecto
- Sí está bien caminemos hacia el lago...