El corazón de Alessia es destrozado en pleno debut, el príncipe heredero le había prometido amor, pero ha anunciado a otra como su prometida, Magenta, la hermana de Alessia, quien siempre la ha despreciado por ser hija de una concubina. Alessia ahora debe casarse con el gran Archiduque, un hombre con la fama de asesinar a sus prometidas, pero no todo es como dicen, esos son solo cuentos y Alessia, pronto descubrirá que secretos se ocultan en el Archiducado, incluso sabrá quién es ella en realidad…
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Cap. 20 Hermosa, no llores.
Esa noche el Alfa se deleitó varias veces con la belleza que es su Luna, Alessa no pudo hacer nada, aunque lo regañaba de vez en cuando, terminaba en un éxtasis desvanecedor que no le permitía negarse cuando el hombre pedía la siguiente ronda.
Al día siguiente, Draco se despertó con la ninfa enredada en su cuerpo, se sentía bastante satisfecho, aunque ella había protestado, había respondido a sus requerimientos.
Draco se paró y por su enlace llamó a las sirvientas para que preparen un baño, debía limpiar a su hermosa Luna, se puso unos pantalones y entraron dos jóvenes sirvientas directo al baño con baldes de agua caliente y fría, ya esperaban esa orden, había escuchado el revolcón que le dieron a la luna de la manada y sonreían dichosas, que ellos hayan consumado su unión era lo mejor que les podía pasar.
Cuando las jóvenes salieron, Draco tomó a la hermosa Ninfa en sus brazos, para él era muy ligera y pequeña y es que Draco es todo un macho alfa, alto con casi dos metros, era fuerte y musculoso como un Dios.
Alessa se despertó ya en el camino, aún adormilada, no entendía, pero el dolor llegó antes de que pudiera reaccionar.
—Suéltame, me duele todo, me duele mucho — dijo ella mientras lágrimas salían de sus ojos, no era tanto por el dolor, sino porque ahora se da cuenta de que ya no es virgen, que no va a llegar virgen al altar e incluso lo había disfrutado.
Draco solo la metió en la tina para que su cuerpo se sienta mejor, se quitó el pantalón y se metió en la bañera para limpiarla, era muy de lobos, ser protector y considerado con su Mate, era por eso que Draco no entendía a los Alfas que despreciaban a sus Lunas, ellas despertaban el instinto de cuidarlas y protegerlas de inmediato, era absurdo para él verlos lastimarlas.
—Hermosa, no llores, ahora te sentirás mejor, sé que no querías perder tu pureza antes de casarte, pero para nosotros, los lobos es indispensable estar con nuestra pareja, no es por ofenderte, pero debes saber que ahora estás con otro mundo donde las normas de los humanos no son las nuestras — dijo el Alfa con suavidad, se sentó detrás de ella mientras la ninfa se recarga en su pecho apesadumbrada.
Alessa solo asintió ante las palabras de Draco, pero no podía parar de llorar, a ella la habían criado diferente, la habían dicho todo lo contrario, así que según sus conocimientos ella era una mesalina, una casquivana que se había entregado a un hombre antes del matrimonio, aunque ella no puede negar que fue lo más delicioso que había hecho, pero no lo diría en voz alta, no aún.
Draco sacó a su Ninfa del agua y la llevó a la cama en brazos, Alessa se siente mejor, siente que su cuerpo está menos adolorido, su intimidad no arde tanto.
El alfa la puso en la cama para después ponerle un camisón, mientras seca su rizado y largo cabello, él pide a Mary que le pase el ungüento para las rozaduras, al bañarla, vio que su zona íntima está muy irritada y es que sabe que se le ha pasado la mano.
Cuando Alessa está acomodándose para dormir, entra Mary con un cuenco entregándolo a Draco.
— Con cuidado Alfa, ella está sensible — dijo, pero sus palabras tenían más significados que sólo curar la zona, Draco debía cuidar mucho sus palabras, Alessa va a entender que no ha hecho nada malo, pero debe ser con calma, así que el Alfa debía ser más amable al hablarle.
Draco Asintió y tomó el ungüento para su Luna, se acercó y retiró la manta para subir su camisón haciendo que Alessa se ponga inquieta, ella aún no está lista para volverlo hacer, siente que su cuerpo se va a desarmar en cualquier momento.
— ¿Qué haces?, no quiero hacerlo, no me obligues — dijo molesta y un poco llorosa haciendo que Draco se enfurezca, pero aun así se calmó cuanto pudo.
— No es eso, es un ungüento, te dejará de doler ahí, debo ponerlo, fui quien causo eso y debo remediarlo — dijo tranquilo mientras que levanta el camisón dejando la rasada e irritada intimidad de su mate quien está roja como un tomate, Draco puede ver que solo esa pequeña conchita que había disfrutado toda la noche podía estar más roja que las mejillas de Alessa.
Él pasó sus dedos embadurnados del ungüento por la zona dolorida haciéndola estremecer por la sensación de frescura, ella dio un jadeo al sentir el frío ungüento, lo que puso a Draco en apuros, solo de ver esa hermosa imagen más los jadeos de ella, quería poseerla de nuevo, pero se restringe, la dejaría descansar.
—Listo, ahora descansa hermosa Ninfa, después vendré para llevarte a un lugar — dijo tranquilo mientras ella solo se voltea y lo ignora, está molesta.
— ¿Estás enojada?, no me vas a perdonar — Draco susurró en su delicado oído mientras ella no quería mirarlo.
— Te dije que si me tomabas antes del matrimonio no te lo perdonaría — dijo ella dándole la espalda.
— También dijiste que te quitarías la vida y aquí estás, curando tu conchita para que le demos un buen uso después, no te enojes, solo perdona a este lobo que se muere por tenerte debajo de mí gimiendo, sudando con tus lindos senos entre mis… — pero Alessa se sintió terriblemente avergonzada por eses palabras, sabe que es verdad y que ella se había emocionado más de la cuenta para ser alguien que no quiere nada.
— Ya, entendí, ya no lo digas, alguien te puede escuchar — dijo ella inocente mientras que Draco casi da una carcajada, lo más seguro es que todos los hayan escuchado.
El alfa se acercó y lamió los orificios donde está la marca que le dejó haciendo que ella gima de satisfacción, Alessa no podía creer cómo es que ese hombre gobernaba en su cuerpo, ella que jamás había tenido un solo mal pensamiento, ahora era una degenerada.
Draco se puso de pie y salió de ahí tranquilo, quiere ver que pasa con esas lobas que osaron querer asesinar a su mate, además que tendría visitas, 4 alfas de las regiones aledañas vienen a su boda, ellos llegarán rápido a velocidad de lobo, así que está contento, al menos los que sí le importan están para su boda.